El próximo año los grandes empresarios no estarán unidos alrededor de un solo candidato presidencial, como sucedió en 2006. Sobresale el caso de Carlos Slim, el más importante. No ha podido obtener del gobierno calderonista la franquicia para suministrar servicios de televisión. Cofetel anuncia que serán licitadas dos nuevas cadenas, y su presidente, Mony de Swaan, con un notable sentido de timing político, ya descartó anticipadamente a Slim. ¿Qué interés tendría en apoyar al candidato del PAN? Probablemente tampoco al del PRI, que es al mismo tiempo el de Televisa, Enrique Peña Nieto. Se le ha visto cerca del senador Beltrones, pero no es fácil que desbanque al ex gobernador del estado de México. ¿Cuáles opciones tiene Slim, entonces? Su caso es el mismo de otros grandes empresarios, por diferentes motivos. La prolongada crisis económica y la violencia son las generadoras de un imparable éxodo. Algunos optaron por irse de México –ahora viven en Houston o San Diego. Hace seis años temían que tuvieran que dejar el país si llegaba a Los Pinos López Obrador, pero su temor vino a hacerse realidad con Calderón. Aun así, el prejuicio ideológico o de clase social se impone en muchos de ellos. Quien ha cultivado lazos con los hombres de negocios es Marcelo Ebrard; les ha dado generosos contratos de obra. Puede ser un puente de comunicación con AMLO de gran importancia. Pero lo que no hay que perder de vista es que detrás de las siglas de los organismos cupulares, el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), hay dinero, pero pocos votos. La veta más rica de votantes se encuentra en los 5 millones de mexicanos que tienen pequeños y medianos negocios.
Crónica de una ganga
A fines de julio del año pasado, la Secretaría de Comunicaciones, cuyo titular era Juan Molinar Horcasitas, con la opinión aprobatoria de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, a cuyo frente había colocado a Mony de Swaan, asignó a Televisa y Nextel una franquicia para explotar comercialmente servicios de telefonía de tercera y cuarta generación; se le conoce como la licitación 21. De inmediato estalló el escándalo: pagarían únicamente 180 millones 300 mil pesos, cuando franquicias relativamente similares habían costado, por ejemplo a Telcel, 3,793 millones y a Telefónica, 1,273 millones de pesos. Ese fue el punto de arranque de un conflicto que 15 meses después sigue sin resolverse. Llegó a la Cámara de Diputados, que pidió a la SCT y a Cofetel cancelar la concesión y convocar a una nueva licitación, pero la petición cayó en el vacío. Las autoridades se empecinaron en favorecer a la televisora y su socia tecnológica. En octubre ocurrió algo inesperado: Televisa se salió de su alianza con Nextel; como se dice coloquialmente, la dejó colgada de la brocha. En enero de este año, Molinar Horcasitas fue destituido –aunque se le dio el beneficio de la renuncia– y fue remplazado por Dionisio Pérez-Jácome, pero desafortunadamente dejó como herencia en Cofetel a Mony de Swaan. El nuevo secretario de Comunicaciones, Pérez-Jácome, se escabulle, evade el problema que creó su antecesor. ¿Bastante complejo el problema, verdad? Y no es todo. La telefónica Iusacell ha presentado más de una docena de demandas para echar abajo el resultado de la licitación. Una ya prendió: el juez segundo de distrito, Alfredo Cid García, resolvió que Nextel y su entonces socia Televisa violaron las bases de la licitación, por lo que ordenó a la Secretaría de Comunicaciones anular los títulos de concesión. Fundamenta su decisión en que constituyeron la empresa NII Digital con la intención de recibir la concesión antes de que se diera a conocer el fallo respectivo, lo cual no era permitido, por lo que debieron ser descalificadas. Operaron así, tal vez porque sabían que tenían el negocio asegurado. Obviamente, eso sólo pudo suceder si las autoridades –Molinar y Mony de Swaan– estuvieran en el acuerdo. Ni Nextel ni Cofetel están dispuestos a acatar el fallo del juez Cid García y solicitarán su revisión. El asunto podría llegar hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Más allá del interés jurídico y comercial de Iusacell está el del país: ¿cómo va a ser posible que una franquicia de telefonía que cuesta miles de millones de pesos quede en manos de una empresa como Nextel, que sólo pagó por ella 180 millones?
@Vox Populi
Asunto: tala de árboles en Veracruz
¿Te preguntas quién podría haber permitido la barbarie de talar más de 250 árboles? Aquí, en la ciudad de Veracruz, la presidenta municipal, Carolina Gudiño Corro, mandó cortar más de 100 árboles jóvenes y centenarios con la peregrina idea de ampliar los carriles de circulación de la famosa alameda Salvador Díaz Mirón; y no derribó más porque la paramos con un amparo. Hazme el favor, como si fueran más importantes los automotores que la salud de los habitantes de la ciudad.
Felipe Celestino Zermeño/Veracruz
R: Eso que hicieron ustedes es lo que hace falta: ponerles un alto a los funcionarios depredadores.
¡Unidad en la izquierda! AMLO presidente.
@m_ebrard muy institucional. Hay que felicitarlo. Faltan políticos así, consecuentes con su posición.
Vaya día para el PAN: pierde Cocoa en Michoacán, a Cordero nadie lo quiere y AMLO va para la grande en el 2012.
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