jueves, 30 de junio de 2011

Increíble pero cierto



Purificación Carpinteyro

Faltan cuatro días para que comience el 2012 político. Aunque formalmente no será sino hasta el 7 de octubre cuando el Consejo General del Instituto Federal Electoral dé el banderazo de salida, extraoficialmente la contienda electoral para la renovación de la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión dará inicio tan pronto cierren las casillas instaladas para las elecciones en Coahuila, Estado de México y Nayarit el domingo en la noche. Aunque Michoacán distraerá la atención de algunos pocos, a partir del lunes próximo todos los recursos materiales y humanos de los partidos se enfocarán a las precandidaturas y a los procesos electorales federales del 2012.

En vísperas de lo que se anticipa y previo al 7 de julio -plazo límite para llevar a cabo cambios en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales y otros ordenamientos en materia electoral aplicables a las elecciones del 2012-, el Instituto Federal Electoral debatió y aprobó importantes reformas a algunos de los reglamentos.

Aparte de las acusaciones de censura en contra de ese instituto, que desde el 11 de junio ocuparon incontables espacios en todos los medios, por el reconocimiento de la obligación del IFE de llevar a cabo procedimientos sancionatorios en contra de los medios que no concedan derecho de réplica a precandidatos y candidatos durante su campaña, la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión trabajó para boicotear las reformas al Reglamento de Acceso a Radio y Televisión en Materia Electoral, y que para su frustración fue aprobado el lunes pasado.

Dos son los temas que impulsaron la intensa campaña mediática en contra: El primero y muy visible se refiere al plazo para poner al aire los spots presentados al IFE por los partidos políticos. Conforme al reglamento anterior, el plazo para transmisión de spots presentados al IFE por los partidos era de 10 días hábiles para emisoras en el interior de la República y de ocho para emisoras en el Distrito Federal. Pero este plazo comenzaba a contarse a partir de que los partidos políticos entregaban el material al IFE, en tanto que con las modificaciones el plazo sólo cuenta a partir de que los medios reciben el material.

Tratando de confundir, la CIRT y sus representantes comparan una manzana con una de sus mitades, exagerando el alcance de las modificaciones para curarse en salud de posteriores incumplimientos. Pero cabe aclarar que cuando los partidos políticos compraban el espacio publicitario a esas mismas emisoras, las transmisiones de spots y sus cambios eran inmediatos, ¿será que la tecnología evolucionó para peor?

El segundo tema, por el que el IFE ha tenido que enfrentar presiones políticas que sin ser públicas -o tan públicas-, pero que está presente en todos los debates con la CIRT, es el de las radios comunitarias. El nuevo reglamento confiere a estas emisoras un trato especial acorde a las dificultades técnicas y humanas a las que se enfrentan para atender a sus comunidades, reconociendo sus fines exclusivamente sociales y su imposibilidad de allegarse recursos para financiar su operación.

Las reformas al reglamento reconocen la existencia de estas radiodifusoras, su naturaleza y origen, y la importancia de la función social que cumplen al atender comunidades en su mayoría apartadas, excluidas y marginadas, muchas de las cuales quedarían incomunicadas si las estaciones de radio que esas mismas comunidades operan dejaran de existir.

Definidas como "medios privados operados por asociaciones civiles sin fines de lucro, que no cuenten con un techo presupuestal público y que se encuentren imposibilitados para obtener ingresos por transmisiones de anuncios comerciales", las radios comunitarias no pueden representar competencia para las emisoras comerciales. Sin embargo, esto en nada ha menguado la cruzada emprendida por la CIRT por desaparecerlas.

A nadie debe extrañar que los esfuerzos del consejero electoral del IFE Marco Baños por impulsar las reformas a favor de estas emisoras contrariaran a una buena parte de los asociados de esa cámara. Pero pese a los amagos de la CIRT el IFE hizo gala de su sentido de justicia, coronando también la labor de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información a favor de las radios comunitarias y de su actual presidenta, Aleida Calleja, quien hasta hace poco presidía la AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias).

Ellos nos confirman que en México hasta lo increíble es posible, y que es factible triunfar incluso teniendo en contra a los poderosos medios.

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