Después de su reunión con Barak Obama, en su mensaje a los medios de comunicación, Felipe Calderón soltó una frase que llama la atención: “Para mí –dijo–, ha sido una reunión muy importante. Quizá más de lo que ustedes piensan.”
¿A qué se refería Calderón con eso de “quizá más de lo que piensan”? ¿Por qué esa frase? ¿Pasó algo especial que no dieron a conocer públicamente?
Uno no suelta una frase así nomás porque sí, mucho menos si se trata de un mensaje desde la Casa Blanca y con el Presidente de los Estados Unidos a un lado.
Insisto, porqué ese encuentro fue tan importante. Por qué deslizar el “quizá más” de lo que pudiéramos pensar. Sería bueno que nos lo explicara.
En tanto es ocurre –si es que nos explica la razón de su expresión el Presidente de México–, no nos queda más que especular.
Comencemos por el contexto de su propio mensaje. Antes de soltar la frase en cuestión, Calderón hizo un lato en su mensaje con el consabido “Señoras y señoras”, lo cual suele utilizarse en los discursos para entrar al tema de fondo y a la conclusión de lo expuesto. Lo cual nos indica que quiso darle relevancia a lo que diría a continuación.
Fue entonces que dijo: “Para mí ha sido una reunión muy importante. Quizá más de lo que piensan”. Y a renglón seguido refrendó su convicción de tener “en Obama y en su equipo, en las diversas agencias estadounidenses, en su Gobierno, un aliado e, incluso, un amigo en su propia persona”.
¿Era éste el meollo del asunto, la razón de su expresión? Si es así, el problema se centraba en la confianza o desconfianza –como se quiera ver—de parte del mandatario mexicano hacia el gobierno que encabeza Obama. Pero no sólo a él, sino a su equipo de trabajo y a las distintas agencias estadounidenses. Si no, a qué venía toda la enumeración.
Y ello nos lleva cuando menos a dos asuntos: a los cables de WikiLeaks –que han afectado la relación, especialmente con el embajador Carlos Pascual, por la manera de expresarse del Ejército Mexicano y de la falta de coordinación entre las distintas dependencias que enfrentan al crimen organizado–, y al asesinato del agente Zapata.
Ambos temas salieron a relucir públicamente durante la visita –aparte de las menciones en la Casa Blanca– en dos contextos diferentes. El del agente estadounidense, por la vía oficial, con la petición de la extradición. El del Embajador de Estado Unidos en nuestro país, vía una entrevista con el Washinton Post que se publicó antes de la reunión entre los dos mandatarios.
Los reporteros del Post le preguntaron a Felipe Calderón si había perdido la confianza en Carlos Pascual. A lo que Calderón respondió que la confianza “es algo difícil de construir y muy fácil de perder”. Y sacó a colación algunos de los cables de WikiLeaks:
“Es difícil cuando ves el coraje del Ejército. Por ejemplo, ellos han perdido probablemente 300 soldados… y de pronto alguien en la embajada americana dice que no son lo suficientemente valientes”.
Estados Unidos decidió entrar al juego de decir que ellos (el Ejército mexicano y la Marina) no están bien coordinados, agrega Calderón, “y de repente le comienzan a dar información a una agencia y no a la otra e intentan hacerlos competir…”Tenemos una expresión en México, que dice ‘No me ayudes, Compadre’”.
-Seguirá trabajando con el embajador?- apuntaron directo los periodistas.
- Es algo que puedo platicar con el presidente Obama-, deslizó.
¿Sería precisamente a lo que se refirió Calderón cuando soltó su frase del “quizá más de lo que piensan”? ¿Retomó el Presidente de México su confianza en Carlos Pascual y en todo el equipo de trabajo de Obama? ¿Concedió Obama el cambio de Carlos Pascual por otro embajador?
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