Guadalupe Loaeza
Lo siguiente fue escrito antes del comunicado emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, en donde se menciona que no están las condiciones para llevar a cabo las actividades del año de "México en Francia". ¡Qué lástima!
Finalmente, gracias a un acuerdo forzadamente diplomático, se llevará a cabo "El Año de México en Francia", invitación que hiciera el presidente Nicolas Sarkozy durante su viaje a México en marzo de 2009. Desde entonces, un grupo de trabajo francomexicano se ha dedicado a diseñar un espléndido programa el cual tiene que ver con cinco ejes que abarcan diversos temas: cultura, economía, turismo-gastronomía, educación-ciencia-tecnología y desarrollo sustentable. Cuando leí la confirmación, por parte del gobierno francés, acerca de este vastísimo programa, después de las diferencias surgidas entre Francia y México a raíz del caso de Florence Cassez, a quien se le negara el recurso de amparo interpuesto ante la justicia mexicana, no pude evitar de preguntarme si será el año de Sarkozy o de México. De haberlo suprimido, hubiera sido, "una ofensa al pueblo mexicano y una decisión perfectamente inapropiada", ya que el pueblo mexicano es "profundamente amigo de Francia", dijo el presidente galo. Es evidente que con relación al tema de la ciudadana francesa, Sarkozy no quita el dedo del renglón, de allí que añadiera en su comunicado que en cada acto del "Año de México en Francia" dedicado a Florence sería precedido de un discurso oficial sobre su situación "para que no la olviden". De esta forma, el presidente de Francia le dio gusto al pueblo francés y podríamos decir que salió apenas tablas con México, ya que no faltará algún compatriota que se pregunte, ¿por qué la representación mexicana estará dedicada a alguien que está preso y que no se ha probado su inocencia? ¿Qué pensará de esto Felipe Calderón, después de una inversión por parte del gobierno mexicano de 300 millones de euros?
No hay duda que uno de los objetivos de este proyecto tan ambicioso es el de estrechar aún más las tradicionalmente buenas relaciones entre nuestros dos países. De toda Europa, podríamos decir que Francia es el país con el que más hemos compartido gustos, intereses y, naturalmente, muchos episodios históricos. Allí están en varias colonias residenciales del Distrito Federal muestras de la arquitectura francesa; también están presentes el IFAL, la Casa de Francia, la Alianza Francesa, el Liceo Franco Mexicano, la industria automotriz, Air France, el Metro, los numerosos restaurantes franceses y boutiques muy exclusivas, laboratorios farmacéuticos, la perfumería, la importante comunidad francomexicana, el Club France, el cine francés que nos convoca todos los años y hasta los salones de belleza más prestigiados de México. Aquí, por otra parte, están enterrados en muchos panteones de Veracruz y Puebla, soldados, capitanes y generales franceses que combatieron tanto en la Batalla de Puebla, como la de Camarón. En Francia, están la Casa de México, decenas de restaurantes mexicanos, la biblioteca Octavio Paz y cientos de estudiantes mexicanos que se preparan en ciencias, literatura, moda, gastronomía, etcétera, etcétera. Casi todos nuestros artistas del siglo XX pasaron por París y muchos escritores mexicanos le han dedicado centenas de páginas a la Ciudad Luz. También están allí en París los restos de Porfirio Díaz y de otros ilustres mexicanos.
Como Francia, México es, asimismo, una nación con una historia milenaria y orgullosa de sus raíces. La finalidad de más de 360 eventos, de los cuales 230 son culturales, que se presentarán a lo largo del 2011 es invitar a los franceses a descubrir otro México, más allá de los estereotipos. Más de 15 millones de franceses podrán admirar exposiciones patrimoniales como Las Máscaras de Jade en la Pinacoteca de París, Diego Cubista en el Museo de Bellas Artes de Burdeos y la escena artística mexicana en el Museo de Arte. Asimismo podrán admirar una retrospectiva dedicada a la obra de Rufino Tamayo, que se presentará en el museo del Petit Palais y otra de Toledo. También la fotografía mexicana estará presente en el festival de Arles, además del cine en 34 festivales, gracias a los cuales podrán admirar el trabajo de Gabriel Figueroa, con una magna exposición en la Conciergerie. Claro, no podía faltar la literatura mexicana, con homenajes y coloquios con la presencia de Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Alberto Ruy Sánchez y José Emilio Pacheco. El teatro mexicano, con Ximena Escalante, también estará presente, así como nuestra música con el maravilloso cantante mexicano Rolando Villazón.
Independientemente de la posición que se tenga sobre el asunto de Florence Cassez, consideramos que es preciso no mezclar las cosas y evitar que la rica y variada relación cultural, la intensa cooperación técnica, los intercambios económicos y el turismo se congelen por diferencias en materia judicial.
Desafortunadamente, algunos políticos franceses han llamado a boicotear el "Año de México en Francia", sin advertir que entre amigos se vale tener desacuerdos y diferencias, pero no se vale poner en entredicho el trabajo de miles de personas que han hecho posible este proyecto: artistas, intelectuales, creadores, artesanos, promotores económicos, universitarios y tantos más que han puesto su esfuerzo en acercar aún más a dos pueblos amigos.
Por último diremos que respecto a "México en Francia", más que el año de Florence Cassez, me temo que se convertirá en el año de Nicolas Sarkozy. Oh, mon Dieu!!!
1 comentario:
Me parece un comentario muy ponderado y con mucho sentido común, hay otras vias de resolver estos conflictos entre paises civilizados. Sea o no sea culpable esta señora, lo cierto es que está condenada, y entiendo que su pais de origen intente mejorar su situación, y hay vias para ello. Pero mezclar estas gestiones con esta celebración cultural que hermana dos pueblos, me parece una auténtica "sarkozada"!
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