Una de las variables más afectadas tras la recesión que se originó en EU y que pegó de lleno en 2009 fue la Inversión Extranjera Directa (IED). El año pasado, la IED hacia México sufrió una dramática caída de 27% a tasa anual, con un saldo acumulado de 18,293 mdd, el más bajo para un año desde 2003.
En cuanto a 2010, al tercer trimestre se acumulaba una entrada de flujos por 14,361 mdd, un aumento respecto al mismo periodo de 2009, de 21%. Los analistas esperan que la IED cierre el año con 19,000 mdd, creciendo respecto al cierre de 2009 pero muy por debajo de los 25,000 mdd que se tuvieron en 2008 y aún más del máximo histórico alcanzado en 2007, de 27,073 mdd.
La cifra de IED que reporta la Secretaría de Economía para este año es incluso cuestionable. En el segundo trimestre se incluyó la operación de fusión de FEMSA-Heineken por un monto de 7,347 mdd, la cual implicó un intercambio accionario y no una inversión real. Entonces, si se descuenta este monto de la IED de lo que va de 2010, ésta se ubica en unos 7,000 mdd, la más baja de los últimos quince años y cerraría el año por debajo de los 14,000 mdd, lo que implicaría una disminución respecto al nivel del año pasado.
Así que Heineken ha salvado al gobierno de tener que exhibir una cifra vergonzosa de IED.
¿Por qué ha sido tan exigua la recuperación de la IED? La primera y más visible razón tiene que ver con el estado de la economía estadounidense, la primera fuente de IED a México. Los mercados crediticios no se han normalizado del todo y esto inhibe nuevos proyectos tanto en EU como fuera. Hasta el segundo trimestre del año, la IED de EU al resto del mundo sumaba 186,615 mdd, un incremento respecto al mismo periodo de 2009, pero menor al nivel en años anteriores.
Así, el problema de México para ver mayores niveles de IED este año ha sido la poca diversificación de sus fuentes de flujos de inversión. Brasil, por ejemplo, tuvo una mayor recuperación de sus entradas de IED porque recibe inversión de más países (ver gráfico). Se espera que este año Brasil reciba 38,000 mdd de inversión foránea, lo que representaría un aumento de 25% respecto al año pasado. Incluso ha buscado ahondar en esta diversificación y espera que los recursos provenientes de China crezcan en los próximos años.
Otra razón por la que México ha perdido posición como receptor de IED es el surgimiento de economías que se han vuelto más atractivas por sus buenas perspectivas de crecimiento y los incentivos que otorgan. En 1990, México recibía 8% de la IED que se dirigía a países en desarrollo, pero disminuyó en 2007 a 5%, en tanto países como Brasil, China, India o Rusia (BRIC) aumentaron su participación en el mismo lapso.
A estos dos problemas que no se han sabido resolver (la falta de diversificación y el fortalecimiento de otras economías emergentes), se le suma uno más: la inseguridad, que ya parece tener un impacto más palpable en la percepción de México hacia el mundo.
Es difícil distinguir este efecto en base a estadísticas. Si se mira la IED por estados, la mayor caída se ha dado en los flujos a la Ciudad de México, pero éste habitualmente ha concentrado más de 50% del total. En tanto, Nuevo León, que de manera creciente se ha visto afectado por el narcotráfico, registró en los últimos años incrementos en sus flujos de 63.3% entre 2007 y 2010 (comparación entre las cifras acumuladas al tercer trimestre).
Los casos que pueden dar una mejor señal de que el narcotráfico está inhibiendo proyectos foráneos de inversión son Michoacán y Tamaulipas. El primero recibió 1,545 mdd hasta el tercer trimestre de 2007 y para 2010 se registró una salida de flujos de 6.3 mdd. En tanto, Tamaulipas recibió 438 mdd en ese mismo periodo de 2007 y para 2010 éste había disminuido a 121 mdd. Tampoco esto es tan concluyente, ya que las cifras de inversión foránea por estados son en general muy volátiles, dependientes de algún proyecto particular que un año puede hacer repuntar la IED para volver a bajar el siguiente año.
Pero, sin duda, esta tercia de problemas (narcotráfico, debilidad de fuentes de inversión y el atractivo de otras economías) ayuda a explicar el pobre desempeño de esta variable en los últimos tiempos.
Mejorar la imagen del país, acometer las transformaciones estructurales que siguen pendientes y promover incentivos que atraigan más IED, deben ser las líneas a seguir, según expertos, para que México vuelva a ser considerado un destino atractivo de la inversión foránea.
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