jueves, 26 de noviembre de 2009

México lleva a Copenhague sus contradicciones climáticas

El gobierno mexicano enfrenta una brecha entre lo que dice y lo que propone con el Fondo Verde, a pesar de ser una propuesta incluyente y vanguardista, deberá poner énfasis en sus políticas ambientales y en los costos- beneficios en la reducción de gases de efecto invernadero

Redacción EjeCentral.com.mx

A unos días de que se lleve a cabo la cumbre contra el Cambio Climático algunos de los gobiernos ya están dando a conocer las propuestas con las que arribarán a Copenhague en la primera semana de diciembre.

Estados Unidos ha confirmado su presencia y además anunció que planea que para 2020 recortar el 17% los gases de efecto invernadero. Sin embargo, ¿cuál es el papel en el que llegará México a Dinamarca?

El gobierno mexicano enfrenta una brecha entre lo que dice y lo que propone con el Fondo Verde. De acuerdo con lo que señala la especialista en temas de medio ambiente, Lisa Antillón, México por un lado se resiste a que los instrumentos impuestos por el Protocolo de Kioto le impongan límites inmediatos a su generación de gases de efecto invernadero y por el otro, pretende el Fondo esté condicionado al principio rector de que el desarrollo económico debe asociarse a niveles decrecientes de emisiones de gases de efecto invernadero.

Antillón sostiene que “México debe entender que al no comprometerse a reducir sus emisiones, no gana tiempo para desarrollarse, si no todo lo contrario, pues exacerba su vulnerabilidad al hambre y a los desastres naturales, al desempleo y a la disolución social”. Por lo que exhorta al gobierno a aprovechar la oportunidad y adquirir compromisos internacionales que le permitan obtener un verdadero desarrollo.

En su análisis sobre la estrategia del país frente al calentamiento global, explica que debido a su responsabilidad histórica plantea que las naciones en desarrollo deben asumir compromisos voluntarios, no vinculantes y sin penalización, por posibles incumplimientos, siempre y cuando ello no limite su potencial de crecimiento económico y de mejora de nivel de vida. La adopción de compromisos medibles debe ser la etapa final de un proceso “paso a paso” que incluya fases intermedias. Sin embargo, para muchos la posición de México podría no ser el mejor proyecto pues es considerado defensivo y gradualista.

Lisa Antillón comenta que para obtener un avance significativo se requiere un compromiso real tanto de países desarrollados como aquellos en desarrollo, debido a que la mayor parte del aumento en las emisiones de gases proviene de esos países tercermundistas.

A pesar de que el Proyecto de Fondo Verde resulta incluyente y vanguardista, la maestra en Relaciones Industriales por la Universidad de Georgetown, asegura que México debe primero cumplir con sus propias leyes ambientales, evolucionar en el paradigma de crecimiento sostenido y realizar una campaña educativa intensa sobre el compromiso de un mejor ambiente.

Hay que recordar que el 97% de los suelos mexicanos presentan algún tipo de degradación y casi todos los cuerpos de agua se encuentran contaminados, es el quinto país de deforestación después de Brasil, Indonesia, la República Democrática del Congo, y los países centroamericanos y que uno de los programas estrella del gobierno federal, Proárbol ha estado en tela de juicio porque no se cumplieron las metas de forestación de este año y pro desvío de recursos.

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