sábado, 18 de febrero de 2012

Estela de azufre - Manuel J. Jáuregui #EstelaDeLuz


Manuel J. Jáuregui

Cualquier somera lectura que se le dé al reporte del Auditor Superior de la Federación sobre las cuentas públicas es como para ponerle al ciudadano los pelos de punta.


No nada más de espanto respecto a la opacidad reinante que denuncia el informe, la cual incluso, reconoce, dificulta realizar las auditorías (sobre todo en Estados y municipios), sino también de indignación a consecuencia del robadero y tiradero de dinero público por cuenta de nuestros funcionarios, que de veras abusan del supuesto mayor placer humano: ¡gastar el dinero ajeno!


Han hecho y hacen de los recursos de los ciudadanos una verdadera megambrea, que luego cubren con gruesas lonas de rollos y pretextos mientras por abajo le hacen diques para sifonear la pura crema directamente a sus bolsillos.


Esto tanto en la CFE (¿y dónde está Néstor Moreno?) como en los fondos federales que "administran" los Estados, e incluso en el mismo gasto del Gobierno federal, en obras tan obvias y resaltantes como la llamada "Estela de Luz", convertida por la desaparición de recursos públicos durante su construcción, en una verdadera estela de olor del más puro azufre, dejado ahí por las diabluras cometidas con el presupuesto.

No pocos ciudadanos capitalinos nos comentan su decepción cuando la miran, sobre todo porque se pierde completamente, teniendo como fondo al bello y grande edificio de Ixe Banco (Torre Mayor) que le resta perspectiva (habiendo costado, seguramente, una fracción de lo que costó la ancheta esa que parece enchapada en pendejuelas).


La reacción inicial de la mayoría que la ve por primera vez es: "¿en esto tiramos MIL MILLONES DE PESOS?".


O sea que de arranque estuvo mal escogida su ubicación, pero de ahí en adelante ¡todo se fue para abajo!


Habían dicho tanto el Presidente Calderón como su entonces Secretario de Educación, Lujambio, que el chistecito costaría 339 millones de pesos y que quedaría terminada para celebrar el Bicentenario en septiembre del 2010.


El improvisado mamotreto acabó costando EL TRIPLE y se entregó ¡QUINCE MESES tarde!


¿Y dónde quedaron los casi SETECIENTOS MILLONES de pesos de sobrecosto?

¿Cuánto de esta cantidad consumió la INCOMPETENCIA y cuánto se llevó la corrupción?


Dijo el Auditor en su informe respecto a esta obra "arquitectónica": "Se presentaron incumplimientos y retrasos por parte de TODOS (énfasis nuestro) los participantes responsables".


Lo cual incluye, obviamente, a la actual Administración que la ideó, planeó, concursó, supervisó y recibió.


En esta obra -la evidencia pública lo muestra claramente- tuvieron una infeliz, mas sinérgica concurrencia tanto la INCOMPETENCIA como LA CORRUPCIÓN.

Tan es así que la misma Secretaría de la Función Pública se vio obligada a presentar una denuncia ante la PGR por esta presunción y porque el mismo arquitecto encargado del diseño, Pérez Becerril, la denunció quedando como secuela paliativa inhabilitados varios funcionarios menores.


Mas, cabe hacer notar, inhabilitados no es encarcelados, o sea que les dieron un manazo cuando ameritaban cintarazos.


Claro está, ya sabemos que una cosa es presentar denuncia y otra muy diferente que se investigue y castigue hasta sus últimas consecuencias, sobre todo por tratarse de algo cuya responsabilidad resulta ineludible para "el equipo de casa".


Tristemente hemos visto los ciudadanos cómo la PGR se comporta diferente cuando investiga los desvíos imputables a los panaderos (i.e.: el escándalo de corrupción/extorsión en el municipio panista de Monterrey), a cuando investiga los de los rivales políticos (hankazo, michoacanazo, moreirazo).


En el primer caso es poco ruido y menos nueces, en el segundo es gran estruendo y como quiera pocas nueces, que a veces no alcanzan ni para una palanqueta de a peso (verbigracia: hankazo, michoacanazo).


Estamos seguros, amigo lector, que no batallaremos para convencerlos de que la PÉSIMA administración pública que tenemos -en los TRES niveles de Gobierno- que dilapida recursos públicos, que los malversa, que oculta cuentas, que las revuelve, que hace del gasto público una piscina personal para el chacualeo partidista, es insostenible en un país pobre con las lacerantes carencias que azotan a nuestro amado México.


Definitivamente que el factor honestidad PROBADA y comprobada, tanto como demostrada efectividad administrativa, son factores que el ciudadano deberá tomar muy en cuenta a la hora de evaluar a los candidatos y emitir su VOTO el próximo 1 de julio.

No hay comentarios: