Crimen educativo
Calderón acelera, en sus últimos días, la demolición del Estado, ahora en educación, garantía fundamental otorgada por la Constitución a todo individuo, fincando como obligación del Estado la promoción y atención de todos los tipos y modalidades educativas, de inicial a superior, para el desarrollo de la nación. En contraposición inicia el Presidente un programa de becas para universidades privadas, conocido mecanismo para privatizar la educación superior.
La Constitución postula que los particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y modalidades, en los términos que establezca la ley, pero con recursos privados. El programa de créditos bancarios para estudios en universidades privadas viola la Constitución, el Presidente no tiene facultades para destinar dinero público a instituciones privadas de educación.
Plantea becar a 23 mil jóvenes en instituciones privadas que recibirán, para empezar, 2 mil 500 millones de pesos, pero “meterá todo lo que se necesite”, afirmó Calderón. Viola además nuestra soberanía al acatar un programa que impone el Banco Mundial, lo que oculta, presentándolo demagógicamente como un proyecto que sacará a los jóvenes de la delincuencia.
Participan bancos privados, extranjeros, con dinero prestado que aporta y supervisa Nacional Financiera. Los jóvenes becados tendrán una deuda de 250 mil pesos que deberán pagar con intereses del 10% anuales al concluir sus estudios. Los bancos, sin riesgos, ganarán un porcentaje, los recursos irán a las universidades privadas. Este programa ha sido implantado por el BM en numerosos países con graves fracasos económicos y sociales. El pionero fue Chile, bajo Pinochet, en donde los jóvenes luchan hoy en contra por su exclusión de la educación mercantilizada.
El objetivo del Banco Mundial es inequívocamente la privatización de la educación superior, en contra del sistema mexicano orientado por el artículo tercero y los demás relativos, para promover el desarrollo en la independencia y la justicia. Considera que los beneficios de la educación no se limitan al educando, son para toda la sociedad, por lo que el Estado está obligado a impulsar el sistema educativo con todos los recursos necesarios. El sistema educativo público debe asegurar acceso a la educación superior gratuita, a todos los sectores sociales.
El BM, desde los 80, impone programas para limitar la inversión pública a la educación básica, dejando la educación superior a la inversión privada, induciendo la multiplicación de instituciones privadas. Al restringirse la inversión en las universidades públicas, éstas decaen, insuficientes para atender la demanda, obligan a quienes pueden a buscar la educación privada. La educación superior se convierte en mercancía, los costos son absorbidos por los estudiantes.
Los efectos sociales son desastrosos. Liquidación de la gratuidad, exclusión de los más necesitados, las clases medias con sacrificios pagan colegiaturas elevadas y el sistema de becas deviene un penoso endeudamiento impagable por el desempleo crónico.
El modelo del BM impone la dependencia científica y tecnológica generalizando la incapacidad para el desarrollo autónomo. Las universidades públicas son los motores del desarrollo económico, cultural y social del país, generan 80% de la ciencia y la tecnología, cuentan con el mayor número de programas avalados por los Comités de Evaluación, atienden a un millón 300 mil estudiantes.
Calderón restringe la inversión en la educación superior e impulsa recursos a la privada, demagógicamente en periodo electoral, para ganarse a las clases medias y altas. Pese a la gravedad del giro, salvo algunos artículos en los medios y declaraciones, es alarmante la pasividad de los gremios, los maestros e investigadores, estudiantes que serán sacrificados. La sumisión social ante el crimen educativo que vulnera el futuro del país permite al Presidente trastocar principios esenciales del pacto nacional. Grave.
mbartlett_diaz@hotmail.com
Ex secretario de Estado
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