Dos jóvenes murieron hoy en una espectacular y confusa batalla campal entre policías y dos centenares de estudiantes en la autopista que une a la capital mexicana con el balneario de Acapulco. Las víctimas participaban en el bloqueo de la Autopista del Sol a la altura de Chilpancingo, capital del Estado de Guerrero (suroeste del país), en un acto de protesta para exigir al gobernador Ángel Aguirre Rivero la reanudación de clases en la Escuela Normal de Ayotzinapa, ubicada en el municipio de Tixtla.
Los incidentes estallaron al mediodía cuando unos 200 policías estatales intentaron disolver la protesta estudiantil con gases lacrimógenos. Los estudiantes respondieron con piedras y cócteles molotov. En la refriega, según una versión aún sin confirmar, una de las bombas caseras incendió una de los surtidores de una estación de servicio próxima. La policía asegura que realizó disparos al aire para impedir la total destrucción de la gasolinera. El incendio obligó a cortar la circulación de los cuatro carriles de la autopista.
El enfrentamiento dejó dos estudiantes tendidos en la calzada, muertos, varios automovilistas heridos —algunos testigos aseguraron que sus vehículos fueron alcanzados por las balas— y al menos 18 detenidos. La circulación en la autopista estuvo interrumpida durante más de dos horas, hasta que fuerzas del Ejército mexicano y de la Policía Federal se hicieron con el control de la situación y acordonaron la zona.
Los estudiantes, quienes se preparan para ser maestros, pedían la reanudación de clases en su escuela, suspendidas hace varios días por los profesores en demanda de un aumento salarial y oportunidades de trabajo para ellos.
Efectivos del Ejército y de la Policía Federal participan en el operativo Guerrero Seguro contra el crimen organizado puesto en marcha por el Gobierno federal en ese Estado el pasado octubre. Un mes antes los maestros de 170 escuelas públicas de Acapulco iniciaron una serie de huelgas para exigir al gobernador del Estado protección ante la extorsión de que eran objeto por parte de los carteles de la droga. Los narcotraficantes les exigían un porcentaje de su sueldo bajo la amenaza de secuestrarlos y llegaron a asesinar a algunos de ellos con intención de amedrentar a todo el colectivo. La zona es un territorio en disputa entre el cartel del Golfo, fundado por Juan García Abrego, y el cartel independiente de Acapulco.
Un miembro de la organización no gubernamental Red Guerrerense de Derechos Humanos, Manuel Olivares, condenó en declaraciones a la agencia Efe el “asesinato de dos estudiantes, hijos de campesinos, a quemarropa, mientras los narcotraficantes se siguen paseando por las calles del Estado de Guerrero”.
Según datos del Gobierno mexicano, la cifra de homicidios vinculados a la acción del crimen organizado creció en Guerrero un 100 % entre enero y septiembre de 2011 respecto del año anterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario