El mal fario persigue al ocupante de Los Pinos…
No sólo ha perdido físicamente a otro de los integrantes de su círculo de amigos y colaboradores más cercanos…
No nada más ha sido derrotado en las elecciones estatales en Michoacán…
Tampoco puede cuadrar “su” presupuesto para el 2012 en la Cámara de Diputados…
Y, ¡lo peor!, también se le ha caído Ernesto Cordero, a quien todo México veía –hasta el domingo por la noche— como a su auténtico “delfín”.
Y es que el ex titular de las carteras de Desarrollo Social y de Hacienda y Crédito Público había colocado todos sus huevos en la canasta de Luisa María Calderón.
Pero, tras la derrota de “la primera hermana”, se le estrellaron.
Porque el plan estratégico era que, al ahora imposible triunfo de ésta, el “delfín” se presentara antes los panistas como “el hacedor” de tan importante gesta para la causa de su amigo y jefe.
La gesta heroica, sí, que reivindicaría al padre Luis y al hijo Felipe, invariablemente derrotados en tierras michoacanas.
Triunfante “La Cocoa”, Ernesto Cordero también ganaría.
Por eso se fue a vivir, prácticamente, a tierras purépechas durante la mayor parte de la campaña electoral de Luisa María.
Por tal, él y su jefe Felipe, acrecentaron la intensidad de la campaña sucia en contra del dirigente nacional prísta Humberto Moreira, quien también se convirtió en temporal residente de Michoacán.
Por eso, se justificó Cordero, fue que él bajó en las encuestas. No sólo por pelearse con el propio Moreira y con Enrique Peña Nieto, a quien acusa de complicidad, sino por descuidar su propia causa para echar toda la carne al asador de “La Cocoa”.
Pero de nada valió.
Ni su presencia ni su apoyo ni su papel de buscapleitos.
Tampoco los muchos cientos de millones de pesos que, desde cuando despachaba en Hacienda, dirigió a los programas sociales con los que el panismo compró y cooptó la voluntad de los más menesterosos michoacanos.
Tantos y tantos recursos y ¡no’más no le alcanzaron!
Mal fario el del señor Felipe Calderón.
Como se dice vernáculamente, si en estos momentos pusiera un circo, hasta los enanos le crecerían.
Y eso no es nada bueno.
Ahora mismo debe estar “como agua pa’ chocolate”.
Buscando no quién se la hizo, sino quién se la paga.
Cordero, pues, esta frito.
Ya ayer mismo, lunes por la mañana, “pospuso” una conferencia de prensa que, de acuerdo a sus colaboradores, había sido citada para que el aspirante a la candidatura presidencial panista se refiriera al proceso comicial michoacano.
Una primera ocasión fue postergada arguyendo que se estaba a la espera de los resultados finales del Programa de Resultados Preliminares del instituto electoral del estado que aún gobierna Leonel Godoy.
Más tarde, ya ni siquiera se habló de fijarla para alguna hora del mismo lunes.
Y es que la estrategia “de posicionamiento” de Ernesto Cordero se cayó con la derrota de los hermanos Calderón.
También cayó el “delfín” del ocupante de Los Pinos.
Ya no tiene causa ni gesta que “vender”…
Índice Flamígero: “The show must go on…” y por tal es que los actores de reparto buscan el papel protagónico que ha quedado vacante. Se mueven y promueven Roberto Gil Zuarth y Alejandro Poire. Quienes se encargan del casting objetan la edad de ambos y, en el caso del ahora director del CISEN, su escasa militancia en las filas blanquiazules a las que se sumó en junio de 2008. Quienes objetan al chiapaneco lo hacen por sus ligas con Josefina Vázquez Mota. Pero anote usted otros tres nombres: Salvador Beltrán del Río, a cargo del Instituto Nacional de Migración… El jurista michoacano Rafael Estrada Sámano, actualmente jefe de la legación diplomática en Paraguay… Y, con menos posibilidades –pero en la terna—el senador Ricardo García Cervantes. Ahora que, si la aprietan mucho, Josefina Vázquez Mota podría llegar a la posición que acarició desde diciembre de 2006… ¡y entonces, Cordero tendría camino libre para convertirse, ahora sí, en el “delfín”!
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