miércoles, 9 de noviembre de 2011

El fin de Il Cavaliere - Por Irene Selser

Daños Colaterales


Lo que se veía venir, al fin ocurrió. Una revuelta parlamentaria lo despojó ayer de la mayoría absoluta, lo que implicó una sentencia de muerte a quien desde 1994 controla las riendas del poder y del dinero en la mediatiza península de Il Cavaliere.

Su salida era una certeza ya desde el pasado sábado, luego de la intensa presión de los mercados financieros sobre Silvio Berlusconi en la cumbre francesa del G20. Y si bien el escenario que se abre es de alta incertidumbre, la peor afrenta al orgullo italiano fue ser el centro de la desconfianza en Cannes. Así lo dice el diario financiero Il Sole 24 Ore: “Es raro escuchar que una cumbre global hable sobre la pérdida de credibilidad de un país y es triste ver que eso es lo que le está pasando a Italia”.

La prensa italiana coincide en que, al menos para los mercados, Berlusconi, 75 años, debe ser sustituido por un grupo de tecnócratas, al cual no le tiemble el puso para aplicar drásticas reformas antes de la elección presidencial de 2013. Tanto él como su ex aliado de la Liga Norte, Umberto Bossi —que ayer lo abandonó a su suerte en el Parlamento, para evitar que Il Cavaliere lo arrastre electoralmente en su caída— se oponen a una elección anticipada —prefieren un gobierno transitorio— ya que según las encuestas ésta sería ganada hoy por la centroizquierda.

El final del sexualmente promiscuo jefe de gobierno —cuyo rostro, sometido a incesantes cirugías se parece cada vez más a una caricatura en cera de sí mismo— se hizo patente en mayo, cuando sufrió una severa derrota ante la centroizquierda en su bastión de Milán, pero también en Napolés, Triste y Cagliari. Pero quizá la verdadera debacle del “macho Alfa del Mediterráneo” comenzó el 13 de diciembre de 2009, cuando en un mitin en Milán, Massimo Tartaglia, con 42 años y problemas mentales, le rompió la cara con una estatuilla del Duomo, en medio de silbidos y gritos de “¡ladrón, bufón, dimisión!”. Un día horribilis para Il Cavaliere, recién divorciado de Veronica Lario, su esposa desde 1979 y madre de tres hijos de sus cinco hijos, quien se hartó de él por sus “inmundicias sin pudor”. La peor de todas: Noemi Letizia, la joven y atractiva rubia menor de edad, una de las tantas ragazzas del “fiestero salvaje”.

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