miércoles, 4 de mayo de 2011

El PAN se mueve




PLAZA PÚBLICA
Miguel Ángel Granados Chapa


Afectado por la ruptura de su alianza con el PRD sobre todo en el Estado de México, pero también en Nayarit y Coahuila, Acción Nacional se dispone a ganar tiempo respecto de la elección presidencial del año próximo. Es el primer partido no en formalizar, porque dista de abrir su proceso interno, sino en reconocer públicamente a todos sus aspirantes a la candidatura principal del año próximo. Y realiza labores de limpieza y de advertencia con el mismo propósito.

En esto último consiste la expulsión definitiva (ahora ya sólo impugnable ante instancias externas como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) de Manuel Espino, que encabezó al panismo de 2005 a 2007, en que fue echado de la presidencia por el calderonismo. Es el primer jefe nacional panista al que se despide con cajas destempladas (referencia a los tambores sin tensar que tocan durante la degradación de un mando militar), si bien cuatro líderes renunciaron al partido en desacuerdo con lo que ocurría en él. José González Torres, Efraín González Morfín, Pablo Emilio Madero y Carlos Castillo Peraza -tres de los cuales, salvo el último, fueron asimismo candidatos presidenciales- significaron con su partida una crítica recia al PAN que dirigieron. Antes de que Espino actuara de esa manera, el presidente Felipe Calderón y sus operadores en el partido se anticiparon y le dieron con la puerta en la cara.

De modo extremo y con rigor excesivo, la expulsión de Espino es una alerta a los panistas incómodos con el liderazgo que desde Los Pinos ejerce sobre el partido el presidente de la República. Allí se ha determinado quiénes contiendan, al menos en la primera etapa, y se buscará asimismo asegurar el resultado de la contienda interna, a fin de evitar que triunfe en ella un aspirante contrario al Presidente. Calderón mismo se impuso como candidato a despecho de la voluntad de Fox y notoriamente quiere precaverse de enfrentar un resultado semejante.

Forman el elenco de presidenciables cuatro miembros del gabinete de Calderón: los secretarios Ernesto Cordero, Heriberto Félix, Javier Lozano y Alonso Lujambio; dos legisladores, Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel; y un gobernador, Emilio González Márquez. Otros como él, Marco Antonio Adame y Juan Manuel Oliva, habían expresado su deseo de contender, pero declinaron para fortalecer al jalisciense, que tantas semejanzas tiene con ambos, o se les dijo en Los Pinos que bastaba con un gobernador colocado en la liza.

Así como se achicó la lista -Gustavo Madero había hablado de hasta 10 aspirantes- es seguro que el reparto se reduzca aún más con el solo correr del tiempo, con el reconocimiento de las posibilidades de cada quien, con la voluntad presidencial y con las alianzas que se forjen entre los propios participantes en el proceso. Por ejemplo, es anticipable que el secretario del Trabajo, no obstante tenerse a sí mismo como "el gallo", o "el mero mero", en lo que todo el mundo sabe que es sólo broma, declinará a favor de Cordero, el secretario de Hacienda, creyente como muchos de que hacia allá apunta la voluntad presidencial.

Con todo y ser el más antiguo miembro del gabinete entre los cuatro presidenciables que están en esa condición, Lozano tiene escasas posibilidades de representar al PAN en la pugna por la Presidencia. Es de todos los aspirantes el único que fue miembro del PRI antes de su conversión al panismo, y aunque cada vez se aflojan más los principios y las actitudes del PAN ante esa antigua militancia (el año pasado sostuvo la candidatura de antiguos priistas en por lo menos siete entidades), no son pocos los que, como González Márquez ante ciertas preferencias sexuales, sienten "asquito" por los antiguos tricolores. Aun si pasara la aduana interior, el secretario del Trabajo sería un candidato impresentable por su belicosidad.

Cordero y Heriberto Félix fueron designados para sus responsabilidades actuales el mismo día, el miércoles 9 de diciembre de 2009. A diferencia de quienes anunciaron desde entonces el destapamiento del secretario de Hacienda, en este lugar se dijo el 13 de ese mismo mes, que "si hubo el miércoles pasado un lanzamiento a la contienda de 2012, su protagonista fue el hasta ese momento subsecretario para la pequeña y mediana empresa de la secretaría de Economía", el sinaloense miembro de la familia Clouthier por haber sido yerno del Maquío. Lo dije basado en el "entusiasmo con que su ascenso al primer nivel del gobierno fue saludado por la Concamin, la Concanaco y la Coparmex", que según sus propias palabras "representan a dos millones 983 mil unidades empresariales". Esos organismos de la iniciativa privada auguraron que "con el mismo empeño y dedicación" con que actuó en Economía, Heriberto Félix "sabrá dar desde su nueva posición en la Secretaría de Desarrollo Social lo mejor de sí mismo por el bien de México". No sobra decir que, salvo Lozano -que perdió como candidato priista a diputado en un estado priista-, Félix es el único secretario de Estado con experiencia electoral. Fue candidato al gobierno de Sinaloa en 2004 y casi venció a su oponente Jesús Aguilar.

Alonso Lujambio está construyendo su aspiración mostrando que sabe leer y escribir, algo imprescindible para un secretario de Educación pero no frecuente en los liderazgos panistas. Es ciertamente un profesor, que concentra su atención en la historia del partido, para denotar que recuperaría la tradición de los intelectuales católicos que fundaron el PAN.

(Mañana seguiremos con el tema).

Cajón de Sastre

Catorce mineros están atrapados en un "pocito" de extracción carbonífera en Sabinas, Coahuila. Aunque la oficina de protección civil del gobierno del estado se hace cargo de localizarlos e intentar su rescate, anoche no se tenía noticia de los trabajadores a los que sorprendió un estallido cuyo origen debe determinarse, salvo el hallazgo de tres cuerpos sin vida. En una región donde las minas de carbón trabajan con precarias medidas de seguridad, los pocitos son ejemplo de mayor abulia y abuso. Se trata de tiros de minas abandonadas, en que los propietarios forman parte de la economía informal y contratan a jubilados cuyas pensiones no alcanzan para sobrevivir. No están sindicalizados y carecen de toda prestación. Los trabajadores de Pasta de Conchos estaban contratados por una empresa establecida, perteneciente a un grupo minero poderoso y ya ven ustedes lo que ocurrió, cuantimás en este pocito.

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