Su entrenamiento táctico es “altamente letal” porque fueron parte del grupo de Fuerzas Especiales del Ejército, sin embargo, “desertaron” como militares y nadie sabe actualmente su paradero.
Se trata de 121 soldados de élite a los cuales en los últimos dos años, en los momentos más críticos de la guerra contra el narcotráfico, se les ha perdido la pista.
Estos miembros de los Batallones de Fuerzas Especiales y los Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales del Ejército tienen entrenamiento como francotiradores, paracaidistas, expertos en supervivencia, analistas de inteligencia y hasta en reacción rápida.
Cifras oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) indican que en la última década, en la que se vio la irrupción a nivel nacional de ‘Los Zetas’ —grupo fundado en sus principios por ex militares de élite— la deserción no ha detenido su marcha, aun cuando los salarios de la tropa se han incrementado en 115 por ciento desde 2006.
Desde el año 2000, un total de mil 680 miembros élite han abandonado el ejército de acuerdo a información desclasificada de Sedena.
En la solicitud 700179710 de acceso a la información se detalla que también fallecieron el año pasado 10 elementos de las unidades de Fuerzas Especiales en operaciones contra el narcotráfico consideradas de alto impacto.
En total, desde 2000 han fallecido 43 soldados de este grupo élite. Otros 312 han solicitado su retiro voluntario.
Un despacho publicado recientemente por el periódico Milenio indica que los informes Actividades Militares de Interés del Departamento de Estado de Estados Unidos para 2008, 2009 y 2010 muestran cómo Estados Unidos da entrenamiento a los militares mexicanos de élite por medio de cursos de antiterrorismo, buceo de guerra, preparación para Ranger y paracaidismo, entre otros tantos.
En 2010, último año del que se tiene registro completo, Washington pagó estudios a 18 comandos mexicanos en la Base Aérea de Lackland, en Texas, a donde acudieron a tomar el curso “Antiterrorismo Nivel I y II”.
En 2009, dos militares mexicanos identificados como integrantes de Fuerzas Especiales participaron en el entrenamiento “Pre-Ranger” en Fort Benning, sede del Instituto del Hemisferio Occidental para Cooperación de Seguridad (WHINSEC), escuela en la que Estados Unidos entrena a personal castrense de toda América Latina.
Considerado uno de los más complicados y difíciles de aprobar, el curso de aspirante a Ranger incluye un riguroso entrenamiento militar en condiciones desérticas, alpinas, selváticas y urbanas. Concluye con un simulacro bélico en el que los soldados son enviados a campo durante 4 días a participar en juegos de guerra.
Otros dos militares viajaron al Centro Especial de Guerra John F. Kennedy y 11 más acudieron del 8 al 14 de agosto de ese año a la Universidad de Operaciones de Fuerzas Especiales, en Hulburt Field, Florida, hogar del Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea y la primer Ala de Operaciones Especiales.
Tomaron cursos con la Fuerza Delta y los Seals de la Marina estadounidense.
El Departamento de Estado reportó también cursos para fuerzas especiales en territorio mexicano, como el ofrecido en 2009 por el Comando del Norte a 53 militares vía un programa de entrenamiento móvil designado “SOT”, siglas que en inglés se refieren a Special Operations Training o Entrenamiento de Fuerzas Especiales.
Tres soldados mexicanos fueron enviados durante el verano de ese año a la Escuela de Infantería de los Rangers, basada en Fort Benning, Georgia y dependiente del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos. Permanecieron ahí tres meses, a un costo de 30 mil dólares.
El listado incluye a 9 soldados que recibieron el curso de “Equipos de Reacción Rápida” del 7 de julio al 26 de agosto en la Base Aérea de Lackland, a los que se enseñó tácticas de respuesta a francotiradores, operaciones antiterroristas y protección de personas VIP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario