viernes, 18 de febrero de 2011

Vaciladas de Calderón

Francisco Rodríguez

February 18, 2011

¡Ah, qué vacilador! Pese a todos los problemas que se le vienen encima, inició la semana de muy buen humor, jugando a los contribuyentes mexicanos una bromita de esas muy canallas.

Y es que muy temprano –que al fin ya sabemos que sale de entre las sábanas a las 06:30 de la mañana–, el señor Felipe Calderón citó a los medios para anunciar que su magnánima Administración decidió “hacer deducibles las colegiaturas” que los paterfamilia pagan a escuelas privadas, dado que el Estado ha sido incapaz de cumplir cabalmente la Constitución, brindado educación gratuita y laica.

Muy buena la vacilada. Porque de inmediato, en los portales on line de no pocos medios, en alertas noticiosas se divulgó la buena nueva y, empleando literales las palabras del ocupante de Los Pinos, prácticamente todas las personas que recibieron la información creyeron que la deducibilidad aplicaba para el total del monto pagado a las escuelas privadas.

Calderón, empero, los vaciló. Porque un par de horas después, apresurado, sudoroso, el no muy capaz actuario que finge ser el secretario de Hacienda –las finanzas nacionales se manejan desde el FMI– volvió a citar a los medios para aclarar las palabras de Calderón. Que no. Que no era por el total de las colegiaturas. Que había montos máximos, dependiendo de los grados escolares que cursaran los dependientes del contribuyente.

Otra vacilada, ahora a cargo del joven Cordero que no es de Dios y que, por supuesto, no quita a Calderón sus pecados del mundo. Porque, al consultar con fiscalistas prestigiados, éstos aclaran que, en realidad, la medida que Josefina Vázquez Mota calificara como “histórica” –a lo mejor, vacilando ella a Calderón– no es un deducible impositivo, sino una devolución de impuestos, lo que por supuesto es muy distinto. ¿Ha intentado usted alguna vez que “Lolita” le haga una devolución fiscal? Se convierte en “Dolores” y le pide a usted que le presente como requisito hasta el certificado de defunción de sus bisabuelos.

La vacilada, además, son los mínimos montos a devolver. En algunos sitios de internet, por ejemplo, existen ya simuladores. Hice ahí el cálculo de la devolución que le correspondería a mi hermana menor, quien tiene a sus trillizos cursando la educación preprimaria, y por los cuales paga colegiaturas que suman más de 180 mil pesos anuales. Con ingresos de prácticamente el doble –la mitad de su salario es invertido en la educación de sus hijos–, ella tendría derecho a una devolución de 10 mil 019 pesos con 52 centavos. Una vacilada, ¿o no?

De magnífico humor, Calderón hizo creer que su vacilada no sólo era “histórica” (jejeje), sino que además le ponía plumas a sus gallos –¿pollitos?– Lujambio y/o Cordero para el palenque del 2012.

Se les volverán a caer en abril del 2011, cuando los contribuyentes se percaten de esta auténtica vacilada.

Lo peor que en este rico vacilón cayeron también los priístas, quienes reclamaron que el michoacano les había robado la gran idea. Ideota, en efecto. Vacilada, pues.

¿De qué se trata ya en serio?

Pues de meter en cintura a no pocas instituciones educativas. Algunas que operan en la informalidad. Otras, que “inflan” la matrícula.

También, claro, a incrementar la base de contribuyentes.

Porque ingenuos habrá que, ganando menos de 400 mil pesos anuales –y por lo tanto, sin obligación de registrarse al padrón de pagaimpuestos–, caigan embelesados en brazos de “Lolita”, quien rápidamente se les transformará en “Dolores”.

Vacilón, ¡qué rico vacilón!

Esperemos a ver el resultado de esta otra medida que se le revertirá a la Administración fallida. En abril del año que entra. A escasos dos meses de las elecciones.

Índice Flamígero: “Artículo 31: Son obligaciones de los mexicanos:… IV. Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del estado y municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes.”: Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Y ante este texto, vale preguntar si el decreto firmado el lunes por Felipe Calderón, rodeado de niños “acarreados” en la madrugada para que sirvieran de escenografía, ¿es proporcional y equitativa? ¿Beneficia igual a un contribuyente radicado en la nuevoleonesa Colonia del Valle del municipio de Garza García, que a un beneficiario de Oportunidades en Cochoapa El Grande, Guerrero, donde 73.95 por ciento de su población vive en pobreza alimentaria? ¿Mexicanos de primera y de segunda?

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