La secretaria de Seguridad Interna de los Estados Unidos, Janet Napolitano, declaró ayer enfáticamente que los involucrados en el atentado a los dos agentes especiales de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE), “serán ajusticiados”.
Así de claro. Se le ajusticiará. Es decir, se le aplicará la pena de muerte. Y la investigación sobre lo ocurrido –“una agresiva investigación”, de acuerdo a sus propias palabras– está siendo liderada por las autoridades mexicanas, pero Estados Unidos la apoya con un equipo encabezado por agentes del FBI.
Tal es el nivel de “indignación” de su gobierno por el incidente que costó la vida al agente Jaime Zapata y dejó herido a otro, Víctor Ávila, cuando regresaban de San Luis Potosí a la ciudad de México, luego de una reunión con otros funcionarios estadounidenses en esa entidad, según indicó.
¿De qué trataba la reunión? No se detalló el contenido.
Sin embargo, la Embajada de Estados Unidos en México dio a conocer otros detalles:
-Resaltó el hecho de que no iban armados ya que “el gobierno mexicano no autoriza que el personal estadounidense porte armamento” y que “las reuniones entre personal estadounidense de procuración de justicia que trabaja en México son un elemento común de la cooperación bilateral México-Estados Unidos auspiciada por los acuerdos existentes”.
-Sobre la labor de los agentes del ICE, señala que “coordinan investigaciones contra organizaciones criminales transnacionales, y fungen como vínculo entre la Agencia y los gobiernos de diversos países y sus agencias de procuración de justicia”
-Indica que los agentes especiales del ICE “utilizan su autoridad aduanal para brindar información y apoyo en investigación de casos al trabajar con sus contrapartes mexicanas. Este esfuerzo conjunto se aboca a una amplia gama de crímenes transfronterizos que incluyen narcotráfico, explotación infantil, trata de personas, contrabando de sospechosos, contrabando de personas, narcotúneles y contrabando de dinero en efectivo”.
Temas, como se ve, más que relevantes en estos tiempos.
¿Está ahí la respuesta a lo ocurrido con los agentes?
Alejandro Gertz Manero, ex secretario de Seguridad Pública y hoy diputado por Convergencia menciona algo más en torno a lo ocurrido con los agentes especiales de Estados Unidos: la tensión, “muy grande”, que existe hoy en día entre los delincuentes y los vecinos del norte:
Para él, lo ocurrido puede ser una respuesta a las extradiciones de los capos y la información que allá reciben las autoridades para luego, en labores de inteligencia procedentes de Estados Unidos, seguir atrapando en México a otros criminales:
“Yo creo que lo que está ocurriendo es que todo el proyecto de seguridad de este gobierno ha estado encaminado a detener narcotraficantes que están enviando droga hacia los Estados Unidos. La mayor parte de estos detenidos inclusive han sido extraditados por los delitos que han cometido. Entonces, hay una tensión muy grande en razón de esto de los propios delincuentes y de los Estados Unidos en defensa de sus propios intereses”.
Si lo ocurrido con los dos agentes del ICE “es una casualidad, o la consecuencia de todos estos actos en donde se han detenido a los delincuentes que mandan droga hacia los Estados Unidos, es la parte que se tiene que realmente conocer y dilucidar, y ahí es en donde vamos a ver exactamente qué es lo que está pasando”.
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