El creador de los programas de evaluación educativa de la OCDE urgió a México a acelerar el paso en elevar la calidad de la enseñanza, ya que al ritmo actual tardará 50 años en alcanzar el nivel de alto rendimiento que plantea el organismo internacional
Nurit Martínez
El Universal
nurit.martinez@eluniversal.com.mx
México necesita “acelerar mucho más el paso” y emprender las acciones que modifiquen su sistema educativo, puesto que al nivel actual “tardará 50 años en alcanzar los niveles de alto rendimiento que pide la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”, asegura Andreas Scheleicher, creador del Programa de Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés).
El jefe de la División de Indicadores de esa organización, advierte que México “no se puede dar el lujo, de tardarse cincuenta años, medio siglo” en mejorar la calidad de su educación, debido a que se han medido las consecuencias de malos resultados de los estudiantes en áreas como el sector económico y “las repercusiones son muy dramáticas, por ejemplo, en el acceso laboral. Además de que un mal desempeño de los estudiantes en las escuelas de nivel básico predice el fracaso en la educación superior”.
Después de participar en las cuatro evaluaciones comparativas internacionales, Scheleicher afirma, en entrevista con EL UNIVERSAL, que México “sí ha logrado mejorar, está en el camino correcto; ha implementado políticas públicas, incentivos para profesores y el examen para ingresar al sistema como docente; ha desarrollado un sistema de rendición de cuentas y ha creado nuevos programas de estudio, ingredientes importantes, pero ahora el reto es acelerar el ritmo. Van en el camino correcto, pero tienen que avanzar mucho más rápido para lograr un avance significativo”.
El experto internacional de la evaluación de los sistemas educativos afirma que en el actual contexto de desarrollo y competencia mundial, “la brecha entre la gente con buena y mala educación es cada vez más grande. La educación puede ser un catalizador, tiene un gran potencial para cambiar un entorno, el entorno en el que vivimos”, dice el creador de las mediciones internacionales de evaluación.
El especialista de la OCDE afirma que invertir más dinero en la educación “no es garantía de éxito”, por lo que el reto es cómo invertir.
Respecto a los maestros dice que se debe llevar a los mejores a las zonas más necesitadas, las más pobres y de bajos desempeños. Dice que “no ayuda” que los maestros sólo se evalúen una sola vez para garantizarles un puesto para el resto de su vida.
Para mover el sistema educativo y llevarlo al nivel promedio que tienen los países de la OCDE (500 puntos en lectura, matemáticas y ciencias), ¿cuántos años nos podría llevar en la ruta que hoy tiene México?
Todo depende de la velocidad de avance que le den ustedes, al nivel actual de avance, le va llevar a México 50 años. México nos ha demostrado en los últimos años que lo puede hacer. México ha demostrado que sí puede mejorar el desempeño y puede cerrar las brechas socioeconómicas, la pregunta ahora es ¿hay que acelerarlo? Sí, porque no podemos esperar medio siglo para estar al nivel que quisiéramos. El mundo sigue avanzando, los sistemas siguen evolucionando, y no se quedan como están ahorita, nuestros parámetros cambian, entonces la velocidad es la clave.
En caso de que los niveles de desempeño de México permanezcan, en donde 40% de los jóvenes se ubican en los niveles más bajos de lectura y 51% en matemáticas, ¿qué nos espera en el futuro?
De hecho, nosotros hemos medido las consecuencias de resultados malos para distintos países y podemos ver que existen resultados muy dramáticos en términos de acceso al mercado laboral y acceso de educación superior. Un mal desempeño en las escuelas predice un fracaso en la educación superior.
Explica que “nunca se había visto (en la historia del mundo) tanto la oportunidad de desarrollo en la vida de la gente que alcanza una buena educación, que está bien educada”.
Las dimensiones de tener una buena educación, agrega, implican tener acceso a oportunidades nunca vistas. Sin embargo, “tampoco nunca habíamos visto los castigos entre la gente que no tiene una buena educación, o sea, en términos de quedar fuera de la participación social. No tener acceso a una serie de cosas que nos da el no tener una buena educación”.
“Las consecuencias de los estudiantes con mal desempeño son más dramáticas el día de hoy comparativamente con lo que era el pasado”.
Cuando se entregaron los resultados de PISA 2009 el gobierno federal planteó que México va en la ruta correcta para llegar a la meta fijada de 435 puntos en promedio para el año 2012. ¿Es suficiente para lo que OCDE está esperando en términos de la competencia internacional?
Nosotros pensamos que hay muchas cosas que se están haciendo correctamente pero todavía tenemos que acelerar mucho más el paso para llegar a enfrentar a los países con los que compite México.
En el caso de los maestros, la OCDE recomendó hace tres meses que hay que evaluar a los docentes, pero ¿qué hacer con los maestros que tienen malos resultados?
La cuestión no es cómo nos deshacemos del maestro, definitivamente no creo que muchos sistemas en el mundo se puedan deshacerse de los profesores. La pregunta es cómo podemos crear incentivos para mejorar su trabajo.
“Uno se tiene que preguntar si nuestro profesor está haciendo un mal trabajo porque no quiere hacer un buen trabajo o si está haciendo un mal trabajo porque no sabe cómo hacer un buen trabajo. Si respondemos ésta preguntas hay muchas cosas que podemos hacer”.
Usted plantea que el maestro es fundamental en la mejora educativo ¿qué puede hacer México para que las tareas políticas que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) combina con sus tareas educativas no intervengan en los resultados?
Existen sistemas educativos en donde los sindicatos han logrado transformar su relación con los gobiernos... Lo más importante es la profesión, valorar la profesión. Poner a los profesores en la primera línea en las escuelas y darle contundencia a esto, ayuda mucho en política pública.
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