martes, 7 de diciembre de 2010

Oaxaca: Un gobierno inolvidable


Joel Hernández Santiago

December 7, 2010

A Oaxaca se regresa siempre. Quienes salimos de allá, por las razones que se quiera, siempre volvemos. Cuando se han venido a la ciudad de México aquí hacen vida, tienen hijos a los que se cría como oaxaqueños, se trabaja duro, se consigue algo, si se puede, pero cuando el cálculo da para terminar el ciclo, entonces se regresa, y si no alcanza el tiempo, se le pide a la familia “que se lo lleven para allá”… Hay pocos oaxaqueños enterrados en panteones del D.F., o del extranjero.

En Oaxaca, cuando uno nace, que casi siempre ocurre en la casa familiar y en cuanto se lanza el primer grito de auxilio porque deja de vivir en paz para vivir aquí, entonces se corta el ombligo y se entierra en el patio de la casa “para que, después de todo, cuando pase el tiempo, regrese a su casa, que es donde pertenece”, se dice. Así lo hacen nuestras madres…

Todo esto es bueno. Pero hemos tocado dos categorías que dibujan la consecuencia del problema: la pobreza y la emigración.

Muchos oaxaqueños –cuatrocientos mil cada caño- han tenido que salir de su patria porque ahí hay mucha pobreza. No hay trabajo y no hay forma de vivir ‘como Dios manda’. Históricamente Oaxaca ha sido y es uno de los estados más pobres de la República. Fue durante muchos años un estado de campesinos: ya no lo es; fue un estado gran productor de metales preciosos: ya no lo es; fue un estado que retenía a su gente para el comercio: ya no.

… y, bueno: el retrato de ovalito es muy sencillo: Oaxaca tiene 3.5 millones de habitantes, 52% mujeres y 48% hombres. Según CONEVAL, en la entidad conviven el 27.1 por ciento de oaxaqueños vulnerables por carencia social, que es decir, pobres, pero que tienen para comer hoy; 34.4 en condición moderada, que es una clase media más o menos asegurada a corto plazo; 27.6 en pobreza extrema que son aquellos que no tienen ni para hoy ni para mañana, apenas el 9.4 por ciento que viven bien-requetebien y 1.4 por ciento son vulnerables por ingreso, con rumbo a la pobreza.

De los 570 municipios del estado, 253 tienen un alto rezago social y 48 de ellos un rezago altísimo, que es decir, viven con cien años de retraso en el desarrollo del país. El 30.7 de los jóvenes tienen un rezago educativo serio; el 19.3 por ciento de los jóvenes de 15 años o más son analfabetas, el 32.6 por ciento de las viviendas particulares tienen piso de tierra y el 10.1 por ciento del total no disponen de servicios sanitarios… De acceso a la salud ya ni se diga, al 56.2 se le dificulta contar con un doctor que les quite el dolor y les regrese la vida, además de que…

Este es el desastre que dejó el señor Ulises Ruiz (PRI) y es el estado que recibe el señor Gabino Cué en donde gobernará el agua y el aceite, como es la coalición entre el PAN y el PRD y el quien ha integrado un gabinete repartido entre los participantes de la coalición reinante.

Al final de cuentas la coloratura de gobierno tendrá que ajustarse a las necesidades y exigencias de los oaxaqueños. El punto central es que uno espera un gobierno de soluciones eficientes, no sólo un gobierno ‘de unidad’ o de ‘reconciliación’ o de ‘acuerdos de paz y entendimiento’ según dijo en su discurso de toma de posesión.

No se necesita en Oaxaca un gobierno de frases célebres, como las que ha dictado el señor Gabino Cué: “Queremos mejorar y que se acabe la corrupción”; “El primer servidor público que no atienda a la gente o abuse del poder, no seguirá en el gobierno” o “Sólo unidos podremos resolver nuestros problemas”… Y mucho menos un gobierno dispendioso –como se pudo sospechar con el gasto que realizó en la ceremonia de su toma de posesión y con publicaciones apologéticas de su campaña de tan alto costo e inútiles-.

En Oaxaca se requiere un gobierno que sea eso: gobierno; uno que elimine la pobreza, la desigualdad, la miseria, el abandono, la insalubridad, la injusticia, los desequilibrios sociales, la falta de educación de calidad desde el inicio; con mejores universidades y mejores universitarios; con tierra productiva y distribución justa de la riqueza que resulta del trabajo de todos y en donde la burocracia deje de serlo para ponerse a disposición de quien les paga con sus contribuciones…Queremos limpiar el sudor de la frente con todo cumplido para todos y sin corruptelas ni engaños.

Y si, es cierto: queremos ver que se revisen las cuentas y los hechos del señor Ulises Ruiz y su gente. Y si hubiera desdoro a las arcas de los oaxaqueños, que sean retribuidas y que se mande a la cárcel a quien haya cometido delito de gobierno y delito de humanidad.

Que ya no salgan los oaxaqueños de su tierra para que estén ahí, trabajando, produciendo, viviendo, siendo felices porque tienen buen gobierno y resguardando el ombligo que tienen enterrado en el patio de la casa. Eso hará un gobierno inolvidable. Eso hará que todos, ahí si, en unidad, construyan a un estado dechado de virtudes y con esa ‘luz resplandeciente que haga brillar la cara de los cielos’. Así, y sólo así.

jhsantiago@prodigy.net.mx


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