jueves, 11 de noviembre de 2010

Moreira, candidato “hechizo”

Martha Anaya

November 11, 2010

Están sorprendidos, sin duda.

Pero ya más asimilado el golpe del destape –no sólo de un día o una declaración, sino una campaña a todo lo que da por radio, televisión y prensa– de Humberto Moreira para la presidencia del PRI, en el núcleo duro del PRI piden tomar las cosas calma.

Emilio Gamboa, aspirante a suceder a Beatriz Paredes y actual dirigente de la CNOP, advierte: “nada está escrito, no te vayas con la finta”.

Pero hay inquietud en las filas priistas. De pronto, cuando parecía que las discusiones sobre la sucesión en el PRI se concentraban esencialmente en los nombres de Gamboa y Fidel Herrera (descartado ya Ulises Ruiz tras la derrota del PRI en Oaxaca), la aparición del gobernador de Coahuila entre los aspirantes –y aparentemente con mucho apoyo—les movió el tapete.

En el núcleo duro del partido piden calma. La decisión para elegir al candidato a dirigir el tricolor a partir de marzo del año entrante, afirman, “tiene que pasar por la Santísima Trinidad”. Esto es: Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto. Y para los dos primeros, Moreira, con la figura de Elba Esther Gordillo detrás de él, es inaceptable.

Dentro del grupo cercano a Beatriz Paredes añaden algo más sobre Humberto Moreira: “no tiene discurso, es un hombre vacío, con los vicios del viejo PRI; es un candidato hechizo”.

En las pláticas “en corto” reniegan de La Maestra. ¡Imposible!, sostienen, permitir que vuelva al PRI “la Gordillo”, así sea interpósita persona y mucho menos a la dirigencia.

Escenas y conversaciones transcurrían en el Polyforum Siqueiros, mientras en el podium del auditorio Miguel González Avelar conversa sobre el tema de la educación con Miguel Limón Rojas, Emilio Zebadúa, Mauro Cárdenas, Gilberto Guevara Niebla y Diódoro Guerra, en el marco del coloquio “A cien años de la Revolución ¿Qué sigue?”.

Pero la “grilla” estaba más allá de las filas y lugares ocupados formalmente por la propia Beatriz Paredes, Manuel Aguilera, Marco Bernal, Jaime Aguilera, Sami David y compañía. Estaba en los espacios del café y los cigarrillos a donde asomaban de tanto en tanto los asistentes.

Y es ahí donde repasaban los movimientos de Moreira. Uno decían que “el profe” Humberto tomó la decisión (de lanzarse para dirigir al PRI) a última hora, un par de meses cuando más. Otros aseguraban que venía de más atrás y que si él no estaba seguro quien sí lo estaba era Elba Esther y había ido tejiendo la telaraña ex profeso desde hace cuando menos un año.

Hacían memoria: se remitían a la “encerrona” que tuvo lugar a finales de febrero de este año en la casa de gobierno de Sinaloa, a la que asistieron Elba Esther y los gobernadores de Nuevo León, Rodrigo Medina; de Tamaulipas, Eugenio Hernández; de Colima, Mario Anguiano Moreno; de Hidalgo, Miguel Angel Osorio; y Sinaloa, Jesús Aguilar Padilla.

Y otra más en Saltillo, con los mismos participantes, poquitos después.

Recordaban también el reconocimiento que le otorgó a Moreira en marzo la sección 38 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) , ceremonia que encabezó también La Maestra.

Bueno, hasta el bautizo de la hija del gobernador salió a relucir, en abril de este año, con la presencia –de nueva cuenta—de Elba Esther, y el apadrinamiento del cardenal Norberto Rivera.

Pero aún así, para este grupo de priistas Humberto Moreira no dejaba de ser “un candidato hechizo”.

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