DESCONOZCO SI EL gobernador coahuilense Humberto Moreira tenga, además de Rubén, un tercer hermano. Sería una lástima que careciera de él, pues estaría que ni mandado a hacer para ocupar interinamente la posición que el profesor dejará vacante unos meses, antes de entregársela formalmente a su congénere.
A la chita callando, los Moreira son ya una nueva dinastía política mexicana. Y una vez más, la familia se vuelve factor importante para acceder a posiciones de poder.
Roderic Ai Camp, uno de los más avezados estudiosos sobre este tema, señala que la familia es importante como fuente de socialización, ya que el individuo crece en un medio ambiente que conduce hacia el conocimiento político, los intereses, los valores la participación…
Añade que la reputación de la familia y los frecuentes contactos sociales y profesionales con otros líderes influyentes son importantes para un futuro político. Asimismo, explica con respecto a los vínculos familiares que: “Las relaciones familiares son un pasaporte, por así decir, para obtener un acceso fácil a los niveles políticos superiores”.
Los Moreira, Humberto y Rubén –quien aspira a sucederlo– parecieran ya tener todo armado, para que Coahuila se mantenga otros seis años bajo su familiar peculio.
Humberto, quien recién ha rendido su penúltimo informe de gobierno –en realidad, el último– ya anunció que solicitará licencia al cargo para contender por la dirigencia nacional priísta, ahora amodorrada en el rebozo de la tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel.
Y como en los partidos políticos a la mexicana la militancia no cuenta –he ahí el caso de los panistas, donde sólo priva lo que a Felipe Calderón se le antoje–, el todavía mandatario estatal dice ya estar “cincho” en la posición, pues ha recibido los apoyos y beneplácitos de quienes hoy son factótum en el tricolor. Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, los gobernadores y ¡Carlos Salinas de Gortari!, quien fuera su huésped hace cosa de tres años.
Lo que opinen los militantes que aún tiene el tricolor –son muchos más los simpatizantes, ahora que está visto el desorden en el que han convertido al país dos sucesivas administraciones panistas– prácticamente vale queso o sale sobrando.
No es tan cierto, además, que Moreira concite todos los apoyos a su favor. Peña Nieto, por ejemplo, preferiría al hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, quien es su incondicional –y ya hasta presume que será el secretario de Gobernación cuando el mexiquense llegue a Los Pinos en 2012–; mientras que Beltrones estaría más a gusto con el desprestigiado Emilio Gamboa Patrón, a quien tiene más que medido, y en el caso de los gobernadores, todos estarían más conformes si el próximo presidente del CEN del PRI fuese menos protagónico y más efectivo en cuanto a los resultados de lo que el propio Moreira llama “el gobierno de la gente”.
Millones y millones de pesos han sido derrochados del el erario coahuilense en torno al último informe del mandatario estatal. Todos los medios están saturados de su imagen, amén del gasto enorme en hoteles y aviones para los “acarreados de luxe” que invadieron Torreón.
El de Moreira, en Coahuila, ha sido calificado por sus propios gobernados como “de propaganda”. Con ella cubre la debacle económica y la inseguridad pública en que se encuentra sumida esa entidad. Humberto Moreira, no cesa de bombardear a los coahuilenses con datos simulados, que a diario difunden los medios y reporteros que sobreviven de los “apoyos” y facturas de publicidad que el autollamado “Gobierno de la Gente”, cubre de forma abundante, sin apego a legalidad alguna.
Convertido en cementerio del empleo a nivel nacional, Coahuila, ocupó el segundo lugar del país, en personas que perdieron su trabajo durante el año 2009, de acuerdo a información pública.
Y con propaganda es que este “hermano que cualquiera quisiera tener” –parodiando a De la Madrid y su relación con Alfredo del Mazo–, está ahora inmerso en dos campañas. La propia, para dirigir al PRI. Y en la que pretende posicionar a su hermano Rubén, ahora mismo diputado federal, para sucederlo en el gobierno, interinato de por medio.
Por eso es que digo: ¡qué lástima que no tengan un tercer hermano!
Sería el interino perfecto, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: Prácticamente, murió en la indigencia. Lo habían echado del seno familiar aparentemente por sus preferencias sexuales. Almas caritativas lo rescataron y le dieron una chambita en Conasida. El hermano mayor, por su parte, presume universalmente las bodas gay como un avance que coloca a la ciudad en el primer mundo. ¿Congruencia?
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