viernes, 5 de noviembre de 2010

LA PUNTA DEL ICEBERG

El Semanario, Opinion

El caso Mexicana pone en evidencia la crisis que vive el sector aeronáutico nacional. Una crisis detonada desde hace mucho tiempo y que es resultado de gran cantidad de errores; de ellos, el más importante ha sido la falta de entendimiento del Estado Mexicano relativo a cómo impulsar el desarrollo de sectores estratégicos.

El sector de aviación es sin duda clave para el desarrollo de las naciones; y aún más en un país como México: grande, con orografía compleja y donde aún hay mucho que hacer en materia de infraestructura (carreteras insuficientes y ferrocarriles inexistentes). En este escenario la aviación comercial juega un papel clave como generador e integrador de vínculos económicos y comerciales. No es de sorprender, por tanto, que gran parte de las rutas de comercio en nuestra nación pasen por nodos regionales como el DF, Guadalajara o Monterrey, aunque no necesariamente sea la forma más eficiente de hacer negocios.

Es justamente en este punto donde inicia la tragedia aeronáutica nacional. Cuando se han realizado intentos por definir las reglas del juego en el sector (léase instrumentación de políticas aeronáuticas), éstas han tenido como fundamento supuestos equivocados. Tal vez el más profundo de ellos tiene su origen en conceptos que vemos repetidos en otros sectores: la defensa de la “soberanía” y de la “seguridad nacional” justifican la importancia de un sector estratégico cuya explotación se limita a mexicanos.

La consecuencia de esta conceptualización es clave para la problemática del sistema. Por un lado incentivó la concentración en dos empresas de aviación troncales, lo que impulsó la formación de entes económicos desproporcionadamente grandes relativos al tamaño del mercado interno. En este rubro es posible integrar como problemas secundarios al empoderamiento sindical y con ello a los irracionales costos laborales asociados a ellos. Un segundo efecto nocivo de la concentración es que a empresas tan grandes no les resulta rentable la apertura de rutas cortas o hacia destinos secundarios, lo que implicó en buena medida que sólo hasta tiempos muy recientes se haya identificado la necesidad de contar con infraestructura aeroportuaria en ciudades medianas del interior del país.

Por otro lado, la política aeronáutica en México se ha entendido más como una forma de repartir un pastel bajo el argumento de que la competencia en este sector se basa en dominancia sobre rutas, y no necesariamente sobre la cantidad de oferentes del servicio. Falso. El resultado de esta visión es que el problema de la concentración se resume a resolver cómo otorgar de forma ordenada slots (permisos de operación de rutas) a las empresas que hoy día participan en el negocio, sin cambiar la estructura de la organización de la industria. El efecto inmediato es que las empresas que detentan esos slots poseen un poder casi monopólico sobre ese segmento del mercado. No hay que hacer un análisis exhaustivo para identificar que dos de los efectos inmediatos de esta dominancia local son el incremento de precio y el desincentivo a la inversión.

El paisaje no es positivo para el consumidor final. La concentración, los altos costos laborales y el poder monopólico sobre slots, hacen que el consumidor no sea relevante en la ecuación aeronáutica mexicana. Puesto en corto, los usuarios de los servicios de aviación carecemos de peso en la negociación y sufrimos las consecuencias de ello: altos precios y mal servicio.

La falta de una política aeronáutica real y de fondo, que atienda a los problemas originales del sector, y que además tenga como estandarte al empoderamiento del consumidor, es lo que México requiere inmediatamente. Desafortunadamente, debates inocuos en el Congreso combinados con falta de capacidad y de sentido de urgencia en el Ejecutivo limitan el desarrollo de un sector que es efectivamente estratégico para el crecimiento de México. El problema de raíz es que la definición de “estratégico” en nuestro país nunca ha estado bien planteada.

(El Semanario Agencia, ESA)

No hay comentarios: