DICE LA TONADILLA interpretada por Andrés Calamaro –también se la he escuchado a Alejandro Sanz– que “aquello fue una linda primavera, / pero fue solamente la primera, / diez años después el tiempo empieza a pesar, / me quedan balas en la cartuchera, / pero te guardo siempre la primera, / diez años después mejor reír que llorar.”
Y sí, diez años después de que el PAN “sacó al PRI de Los Pinos”, más vale reír que llorar ante la calamidad en la que los blanquiazules han convertido al país: crisis económica, crisis laboral, crisis social, crisis energética, crisis de salud, crisis de seguridad, crisis política, crisis de honestidad. Uno por uno, todos los vicios que durante años achacaron los panistas a los priístas, han sido profundizadas por quienes ondean los colores de la Virgen María en sus estandartes.
Les ha llevado hacerlo apenas una década. En estos diez años, Vicente Fox y Felipe Calderón han reproducido las conductas imperiales de una presidencia que también está en crisis, prácticamente desde el momento mismo en el que, en 2006, un Tribunal falló –y falló– a favor de Calderón.
¿Falta de experiencia aunada a su propia mediocridad?
Es posible. Algunos investigadores (Hayes, Bloom, entre otros) han mostrado que toma aproximadamente diez años desarrollar habilidades en cualquiera de una amplia variedad de áreas, incluyendo el juego de ajedrez, la composición musical, la pintura, el piano, la natación, el tenis, y la investigación en neurosicología y topología.
En México podríamos agregar que a los panistas les ha llevado ya diez años –y puede que todavía sean un par más– convertir al gobierno en una administración fallida. Colocar al país en el peor lugar de crecimiento económico en toda América, pues en materia de desarrollo incluso nos supera el malherido Haití. Diez años han sido suficientes para convertir a todo el territorio en un campo de batalla, cuya finalidad pareciera ser la de hacerse los panistas del negocio…
Dicen Bloom y Hayes al respecto que parece no haber atajos. Diez años o más lleva convertirse en diestro. Incluso Mozart, prodigio musical a los cuatro años, se tomó 13 más antes de empezar a producir música de calidad mundial. En otro género, parecería que los Beatles llegan a escena apareciendo en el espectáculo de Ed Sullivan en 1964. Pero ellos habían estado tocando desde 1957, y aunque tenían una masa de seguidores desde antes, su primer gran éxito, Sgt. Peppers, apareció en 1967.
Samuel Johnson, por su parte, pensaba que se requieren más de diez años: “La excelencia en cualquier área puede lograrse sólo mediante el trabajo de toda una vida; no es algo que pueda adquirirse a un menor precio.”
Y Chaucer se quejaba: “the lyf so short, the craft so long to lerne“, en inglés antiguo, as you see.
Diez años son un hito. Aún para la vida matrimonial.
Y es que según el psicoterapeuta José Luis Fernández, a los diez años de casados los cónyuges atraviesan por una crisis afectiva y de comunicación que podría desencadenar en ruptura.
Le sucede ahora mismo al mal avenido matrimonio de los panistas con la sociedad, pues el mismo Calderón acepta que su guerra en contra de la delincuencia enfrenta su mayor problema en la comunicación.
Pregunta Fernández: ¿Sabía usted que las amistades, el trabajo en exceso, el alcohol, ciertas aficiones deportivas, los hijos y la falta de comunicación son las causas más frecuentes de una separación?
Pues si no lo sabíamos, sí lo intuíamos. Todo lo arriba enlistado –excepción hecha del trabajo en exceso—provoca que las parejas, entre los siete y los diez años de matrimonio, tomen uno de dos caminos: se transforman y evolucionan o se paralizan y separan.
Que el PAN y sus más conspicuos representantes en el poder se transformen o evolucionen –ya los ve usted instalados en el medioevo, anatematizando el aborto y los matrimonios gay, restringiendo entre la población femenina el uso de contraceptivos– requeriría de un milagro guadalupano o, de perdida, que se apareciera un genio mientras Calderón frota la botella.
Así las cosas, la relación de la sociedad con Calderón y sus paniaguados panistas no sólo está paralizada –por el miedo que desde Los Pinos se cultiva–, sino que va derechito a la separación.
Más nos vale a todos.
Mejor un divorcio exprés dentro de un par de años, que continuar viviendo este infierno, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: Para el últimamente hiperactivo Vicente Fox, los recientes diez años han sido muy fructíferos para México en materia de democracia y de libertades. Y para demostrarlo con hechos acotó libérrimamente y, claro, en apego a las normas democráticas: “Sólo los ciegos y necios no quieren ver, o sólo la oposición que busca llevar agua a su molino critica”. O séase que sus opiniones son democráticas, las de los otros no’más nones. No pos’ sí.
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