Uno de los barrios más antiguos de la ciudad, ligado a numerosos hechos históricos, Tlatelolco se estableció sobre un islote vecino al que tiempo después ocuparía Tenochtitlán. En 1519, cuando llegaron los españoles, los dos asentamientos ya estaban unidos por tierra, mediante chinampas.
De origen, Tlatelolco y Tenochtitlán eran ciudades-estado o señoríos separados, aunque interdependientes. Durante el virreinato se mantuvo la separación: los conquistadores ubicaron en Tlatelolco el Tecpan o residencia de los nobles indígenas que les ayudaban a gobernar a sus vasallos.
En los años 60 del siglo XX se construyó sobre los barrios de Nonoalco y Tlatelolco la unidad habitacional más grande del país, unidad Tlatelolco, que integró a una población heterogénea.
Tlatelolco y los barrios de su perímetro son en mayor parte zonas residenciales o industriales, todas ellas muy populosas, que el visitante quizá quiera explorar como parte de un recorrido que le de una idea muy clara de los grandes contrastes que hay en la ciudad de México. Para los fines de esta guía, la recomendación se centra sobre la Plaza de las Tres Culturas como una extensión del paseo por el Centro Histórico y, en su caso, punta de partida para visitar la Basílica de Guadalupe, ubicada varios kilómetros hacia el norte de Tlatelolco.
Plaza de las Tres Culturas
Eje Central, entre las avenidas Flores Magón y Manuel González
Su concepción arquitectónica permite, de un vistazo, percibir tres etapas del desarrollo cultural de México. La pirámide y el llamado Templo Calendárico son exponentes del mundo prehispánico; la iglesia de Santiago y su anexo, el ex colegio Imperial de la Santa Cruz de Tlatelolco, expresan la época colonial; y los edificios que rodean a la plaza, el mayor conjunto habitacional del país, proyectado por el arquitecto Mario Pani, son manifestaciones de la modernidad. En este lugar se encuentran los edificios de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Esta plaza es famosa en el mundo entero por varias razones.
Desde luego, la zona arqueológica remite al visitante al fascinante mundo prehispánico. Además, el interés va en aumento a partir de nuevos hallazgos que permiten conocer con mayor detalle el origen e historia de este antiguo asentamiento. Estos elementos se complementan con la presencia del antiguo convento de Santiago Tlatelolco, uno de los edificios virreinales más antiguos.
Tratado de Tlatelolco
En el mundo político y diplomático, Tlatelolco es conocido en todo el mundo porque en 1967, en este lugar, se celebró el Tratado de Tlatelolco (Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la America Latina y el Caribe), firmado por los 33 países de America Latina y el Caribe y ratificado sucesivamente por todos ellos (con la excepción de Cuba), además de los signatarios de los protocolos adicionales, que son Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, la República Popular de China y algunas de las repúblicas de la desintegrada Unión Soviética.
2 de octubre de 1968
La Plaza de las Tres Culturas es también conocida en el mundo por los hechos ocurridos aquí el 2 de octubre de 1968, pocos días antes de la inauguración de los juegos de la XIX Olimpiada: en un movimiento popular que ya duraba varios meses, se dio una compleja combinación de fuerzas políticas que derivó hacia una violenta represión.
Las versiones se contradicen, pero fue un hecho que el ejército y otros grupos represivos abrieran fuego contra los asistentes civiles a un mitin que se realizaba en la explanada de la plaza.
La violencia alcanzó límites nunca antes vistos en México. Las noticias de la masacre de Tlatelolco dieron la vuelta al mundo y provocaron numerosas protestas internacionales, y el hecho por sí abrió en la sociedad mexicana una herida que más de 40 años después no acaba de cerrar. "Nunca lo olvidaremos", fue y es la voz de las generaciones que vivieron y atestiguaron tan terrible acontecimiento. El visitante hallará en la plaza, en la explanada donde tuvieron lugar los hechos, una estela alusiva.
Zona Arqueológica
Xaltelolco significa "Monte de arena". En la historia oficial de los antiguos rnexicanos se decía que el asentamiento fue fundado sobre un islote vecino al de Tenochtitlan, por miembros de un calpulli o grupo de la misma etnia y procedencia que los mexica, de quienes disintieron cuando se asignaron los espacios en el primer islote. Tal versión obedecía probablemente a una estrategia política para mantener la lealtad de los tlatelolcas, como habitantes de una ciudad hermana de Tenochtitlan.
Los hallazgos arqueológicos señalan que el asentamiento ya existía en el siglo X, es decir, unos 300 años antes de la fundación de Tenochtitlán. En el siglo XIV y hasta el último cuarto del XV estaba ocupado por vasallos del señorío de Azcapotzalco. En 1473 fue conquistado por Axayácatl, señor de Tenochtitlan, lo que significó su incorporación a los numerosos señoríos tributarios que, sin embargo, conservaban cierta autonomía política.
El último tecutli o señor de Tlatelolco fue Cuauhtémoc, hijo de Ahuizotl, el tlatoani o emperador de México-Tenochtitlán, y de Tlalcapatl, princesa de Tlatelolco. Es decir, en su última etapa la unión política de las dos ciudades fue real.
Tras la caída de Tenochtitlán, los tenochcas se refugiaron en Tlatelolco, donde se libró la más sangrienta de las batallas en la que participaron también las mujeres.
Las ruinas de la Plaza de las Tres Culturas corresponden con el recinto ceremonial de Tlatelolco, muy semejante al de Tenochtitlán y construido con la misma lógica y propósito. El gran tianguis o mercado que por su tamaño y abundante oferta de toda clase de mercancías tanto sorprendió a los españoles en 1520, se encontraba donde hoy está el jardín de Santiago, es decir, detrás de la torre de Relaciones Exteriores.
En los años 90 del siglo XX se encontraron aquí 54 ofrendas correspondientes a 41 entierros, ordenados frente al que fuera el templo de Ehécatl-Quetzalcóatl, del que se conserva la plataforma circular. La interpretación de ese hallazgo es todavía motivo de estudio, como lo son muchos elementos de este sector del que se sabe menos que de la gran Tenochtitlán. El museo de sitio esta detrás del ex convento.
Antiguo Convento de Santiago Tlatelolco.
La iglesia original debió de construirse hacia 1530 aunque el conjunto se terminó hasta los primeros años del siglo siguiente. Entre 1536 y 1566, en este lugar funcionó el Imperial Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, ligado a diferentes acontecimientos y personajes por demás notables, del periodo inmediato a la Conquista y del primer siglo del virreinato.
Quizá lo más importante del Imperial Colegio fue que ahí, durante unos 40 años, trabajó fray Bernardino de Sahagún como maestro y, a veces, como rector. Resultado de ese esfuerzo fue su magna obra, en doce tomos: Historia general de las cosas de la Nueva España, impresionante compendio del mundo prehispánico, basado en las declaraciones de los propios indígenas.
En el siglo XIX este antiguo convento franciscano se utilizó como prisión militar, función que tuvo hasta mediados del siglo XX. Desde 1976 alberga al Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores. El edificio conserva un relieve del siglo XVII; además, en su interior se exhiben algunas pinturas de gran valor.
*Gran Guía Turística Ciudad de México, El País-Aguilar, marzo 03.
Fuente: boletín finsemanenando
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