El G20, el grupo de las 20 principales economías del mundo, está dividido como nunca antes.
Ministros de Finanzas y presidentes de los bancos centrales del grupo iniciaron dos días de debates en Corea del Sur, antes de la cumbre de mandatarios prevista para el 11 de noviembre en el mismo país, con la llamada guerra de divisas en el centro de la polémica.
Estados Unidos acusa a China de manipular el valor de su moneda, al mantenerla artificialmente baja con periódicas intervenciones del Banco Central, mientras que Pekín acusa a Washington de inundar el mundo con dólares y mantener una bajísima tasa de interés.
Entre estas dos posiciones se sitúa el resto, entre los que figuran Brasil, Argentina y México.
"Se ha puesto mucho el acento en la necesidad que China aprecie el yuan, pero lo cierto es que Estados Unidos y la Unión Europea están interviniendo de la misma manera con sus decisiones sobre las tasas de interés", le dijo a BBC Mundo Ha-Joon Chang, economista de la Universidad de Cambridge y autor de "Los 23 mitos del capitalismo".
clic Lea: Los 23 mitos del capitalismo
Boxeo financiero
Alemania, el Reino Unido y Francia representan la posición de los países de la Unión Europea que están del lado de Estados Unidos.
Brasil y el anfitrión Corea del Sur encabezan el grupo de naciones emergentes que se han visto obligadas a intervenir en sus mercados cambiarios porque los inversionistas internacionales buscan en ellas rentabilidad a corto plazo frente a la bajísima tasa de interés y el crecimiento económico de los países centrales.
El peligro que todos están contemplando es una repetición de la guerra de divisas de los años 30, que hundió a prácticamente todo el mundo en un creciente proteccionismo que terminó ahogando el comercio y comprometiendo la recuperación global.
Como dijo esta semana el presidente del Banco Central de Inglaterra, Mervyn King, si no se llega a un acuerdo sobre el tema de las divisas, el siguiente paso es el proteccionismo.
"En la guerra de quién devalúa más su moneda y quién protege más a sus mercados perdemos todos", advirtió King.
Lo que no está claro es cuál es la salida a esta situación.
Retórica y realidad
China dice que el yuan se ha valorizado en lo que va del año, pero que no está dispuesta a permitir una libre cotización por el impacto que tendrá en su economía.
En Estados Unidos no es el momento de modificar las tasas de interés con un crecimiento anémico de su economía y alto desempleo.
Las líneas de fisura comenzaron a manifestarse en la pasada cumbre del G20 en Toronto, cuando algunos países se manifestaron a favor de un nuevo estímulo fiscal a la economía mundial, mientras otros se inclinaban por una reducción del déficit fiscal.
La diferencia con la unidad mostrada por el grupo en cumbres previas es abismal. Luego del estallido de la crisis financiera internacional, en septiembre de 2008, el G20 lideró una respuesta coordinada para evitar una recesión mundial.
Ahora, entre algunos miembros empieza a cundir el desaliento a raíz de las diferencias internas.
En el tramo final de la campaña electoral para la segunda vuelta de los comicios presidenciales, Brasil no enviará su ministro de Finanzas y al presidente del Banco Central a esta reunión en Corea del Sur.
A nivel discursivo, el comunicado de este encuentro preparatorio tratará de encontrar una fórmula retórica para salir del impasse.
Que esto tenga un efecto práctico es dudoso.
En cuyo caso, la credibilidad del G20, que apareció como una de las nuevas estrellas del firmamento internacional en medio de la crisis financiera internacional, quedará en entredicho.
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