Dictamen presuntivo
UdeG: cacique contra piadoso
De extraña manera, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha convertido a Andrés Manuel López Obrador en candidato presuntivo a la Presidencia de la República. La involuntaria designación proviene de un acto negativo, específicamente la censura a material de propaganda que los partidos del Trabajo y Convergencia han decidido realizar con AMLO como personaje central, pero podrá acabar siendo positivo para el tabasqueño, a quien sus adversarios parecieran obstinados en promover con base en torpezas como la cometida ayer, cuando el máximo órgano resolutivo en materia de comicios decidió castigar con el silencio obligado en ciertos espots a alguien que hasta ahora había sido solamente un ciudadano en desventajosa búsqueda de conseguir más delante una candidatura que el mencionado tribunal ha preferido dar por asignada para así comenzar a cerrarle el paso desde ahora, cuando procesalmente ni precandidato formal es.
El arranque de purismo mediático de la maltrecha corte politiquera presidida por María del Carmen Alanís contrasta con la circundante realidad abusiva que a ojos y oídos de todo mundo practica el priísta Enrique Peña Nieto, quien inunda los espacios electrónicos con material pagado por el estado de México para promover no solamente presuntos logros administrativos sino, sobre todo, la presencia, propuestas y aspiraciones de quien desde ahora es considerado el candidato presidencial de Televisa, aunque no solamente de esta empresa que por su fuerte influencia es usada como designación insignia, sino de un conjunto de medios de comunicación que mediante rigurosa factura realizan diariamente una evidente campaña de promoción que ni ve ni oye el mencionado tribunal censor.
Tan discutible resulta el sancionar en los tiempos oficiales de dos partidos menores a quien aún no es candidato formal a nada, en medio de una profusión de propaganda pagada a favor de quien es colocado en las encuestas de opinión como puntero en la búsqueda del 2012, que la votación de los magistrados reunidos ayer fue de cuatro a favor y tres en contra de ordenar el retiro de los anuncios en que López Obrador presenta propuestas para cambiar la realidad nacional. El tribunal electoral atendió así el reclamo del Partido Acción Nacional, que se inconformó con la previa resolución de una comisión del IFE que había decidido mantener esos anuncios polémicos. Pero, al actuar de manera conjetural y no con pruebas o hechos firmes, suponiendo que AMLO será candidato presidencial, figurándose que sus discursos políticos de hoy son inevitable resolución jurídica de mañana, el citado Trife discrimina a un ciudadano al negarle el derecho a pronunciar en anuncios para radio y televisión el ideario que a juicio de dos partidos políticos legales es conveniente. Mal paso del tribunal electoral, que agravia el entramado jurídico ya desde ahora muy lastimado y, en contra de lo deseado, abona y promueve la causa política de un ex candidato presidencial al que la fuerza de los hechos va confirmando como firme aspirante a los comicios de 2012 (la aberración presuntiva del Trife fue demostrada ayer por Leonel Cota Montaño, quien fue presidente del PRD y este año ya no repetirá sus andanzas de 2006, pues ha renunciado al sol azteca en razón de inconformidades con el proceso de postulación de candidato a la presidencia municipal de Los Cabos, Baja California Sur, entidad que ya gobernó. Ahora, Cota buscará esa presidencia por otro partido, tal vez el Verde Ecologista. ¿El Trife habría impedido que Cota pronunciara mensajes a nombre de PT y Convergencia por suponer que pretendía repetir el papel jugado en 2006?).
Los enredos de imaginación política pueblan actualmente la política jalisciense. Ayer se realizó una marcha masiva de integrantes de la Universidad de Guadalajara que exigen al gobernador Emilio González Márquez la entrega de cientos de millones de pesos que regatea tratando de frenar los negocios
que dice se hacen con los recursos entregados a una institución cuyo jefe máximo, Raúl Padilla, estuvo entre los caminantes que no ahorraron formas de ridiculización y menosprecio al mandatario panista cuyo ejercicio se ha caracterizado por exabruptos espirituosos, envío oral de sus críticos a zonas damnificadas y derroche del erario para beneficio de la Iglesia católica, encabezada por el preceptor de gobierno, Juan Sandoval, y de Televisa, dado que el llamado góber piadoso también desarrolla pretensiones de ser candidato presidencial.
Vista desde la simplicidad geométrica, la que se vive en Jalisco es una lucha entre la izquierda universitaria y la derecha gobernante. Vista desde un mirador totalmente práctico, es una pelea entre un cacique consolidado y un gobernador mediocre, con banderas de oportunidad que uno lleva con inscripciones de defensa de la educación pública y otro de exigencia de auditorías y cuentas claras en el ejercicio de los recursos asignados. Es un nuevo episodio de la lucha que, impulsado por el propio González Márquez, emprendió el entonces rector Carlos Briseño contra su propio grupo matriz, el de Raúl Padilla, y que le llevó a la destitución de su cargo y a su posterior suicidio. González Márquez, como Briseño en su momento, parece estar en desventaja. Ayer, la marcha universitaria recibió un mensaje de solidaridad del rector de la UNAM, José Narro, y la presencia de los priístas que presiden los municipios de Guadalajara, Tlaquepaque y Tonalá; de los dirigentes estatales de PRI y PRD –partido, éste, dominado totalmente por Padilla, quien mantiene acuerdos con los Chuchos– y de diputados de los dos partidos mencionados y del Verde Ecologista.
Y, mientras continúa el riego estadístico de tepache, con el vocero de optimismos, Alejandro Poiré, demostrando que este mes las funerarias han tenido un poco menos de trabajo que en el trimestre anterior, ¡hasta mañana, con Lujambio nuevamente bajo fuego legislativo!
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