Los Talibanes tienen una apuesta: tronar cualquier acuerdo y, si es posible, paralizar la agenda nacional. De momento están acuartelados, pero es inminente su aparición, lo que significa que están decididos a reconfigurar el paquete presupuestal para 2011 y, en consecuencia, a cancelar cualquier aspiración del gobierno en turno para mejorar el estado de la nación.
Este grupo opera en las filas del PRI, el partido que determinará el curso del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) y la Ley de Ingresos para el ejercicio 2011. Se trata, a detalle, del bastión priísta que viene de Oaxaca, Guerrero, Puebla y trata de empujar un posicionamiento partidista que tiene en mente una locura a como dé lugar: bajar todos los impuestos (IVA, IETU, ISR) sin importar el impacto que ello podría tener en las finanzas públicas.
¿Cumplirán con su cometido? De acuerdo con cálculos hechos desde las mismas oficinas del CEN del PRI, este grupo está generando presión, pero se enfrenta a una masa numerosa de priístas que no quieren descarrilar las negociaciones con sus opositores (PAN y PRD, principalmente).
Sin embargo, lo que ya se considera como una decisión tomada es que la propuesta presidencial para destinar y ejercer el gasto público entrará al quirófano y sufrirá una cirugía mayor, que podría traducirse en: la reducción del gasto corriente, ampliar recursos para los gobiernos de los estados, penas para quien incurra en subejercicios, la descentralización de los programas de combate a la pobreza... La suerte del PEF 2011 está echada.
Por lo pronto, sólo hay un factor que mantiene en suspenso el tono –y alcance– de las negociaciones legislativas para confeccionar el paquete presupuestal: las elecciones que tendrán lugar en 2011.
En el war room del PRI ya se tiene un resumen ejecutivo de las prioridades presupuestales del gobierno federal, pero también se sigue con lupa el activismo que la oposición está ejecutando para amarrar alianzas políticas rumbo a las elecciones estatales del próximo año. Así, se anticipa que si hay una cruzada contra el PRI, los acuerdos alrededor del PEF se descompondrán y podrían culminar en un PEF acotado e inspirado en una revancha política.
Bajo el cristal priísta, el paquete propuesto por Felipe Calderón tiene la intención de favorecer las causas oficialistas y castigar las partidas manejadas por la oposición. Se acusa que se pretende un incremento para las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional, que ya pidió 992.7 mp más; pero se castiga el fondo para la policía de estados y municipios; en educación, se disminuyen los recursos para las universidades estatales. En salud, más recursos para el Seguro Popular, pero se reduce la partida para la construcción de hospitales; en infraestructura, se contempla una drástica reducción para caminos rurales.
Ante estas consideraciones, la fracción parlamentaria más numerosa en la Cámara de Diputados alista la operación para replantear el orden de los factores e, inicialmente, se concentrará en la Ley de Ingresos 2011. De esta forma, puede anticiparse que la consigna –que aparentemente ya cuenta con el respaldo del PRD– será frenar el un incremento de 1.2% en promedio al gasto corriente de la propuesta presidencial, así como bajar la tasa del IVA a 15% que implicaría una disminución de 30,000 mdp (cifra que supuestamente no afectaría el equilibrio de las finanzas públicas).
De manera simultánea, un círculo de legisladores trabaja en la confección de una “reforma fiscal” que, entre otras cosas, contemplaría la exención del IETU a los pequeños contribuyentes y, aunque todavía no hay un posicionamiento claro, se prevé la discusión en torno del tratamiento fiscal a las empresas, lo que incluye los regímenes especiales.
Políticamente, la apuesta es lamentar la postura de la SHCP de no encauzar el debate hacia una reforma fiscal integral y, técnicamente, revisar la duplicidad del IETU y el ISR, la desaparición de alguno de ellos. Finalmente, los gobernadores también serán un poder decisorio y, entre otras cosas, exigirán la descentralización de los programas de combate a la pobreza, pues consideran que actualmente hay una perversión política en su manejo.
GLOSA: LA OTRA BATALLA
La Glosa del IV Informe de Gobierno también encenderá los ánimos. Francisco Blake (Segob) será el primer blanco de ataque, pues acudirá el viernes 24 de septiembre. Después le tocará el turno a Genaro García Luna (SSP), el 27 de septiembre; Heriberto F. Guerra (Sedesol), el 29; mientras que Bruno Ferrari (SE) y Juan José Suárez Coppel (Pemex) acudirán el 4 de octubre. Se espera un rudo debate en tres comparecencias: las de Juan Molinar (SCT), el 1 de octubre; Arturo Chávez Chávez (PGR), el 6; y Javier Lozano (STyPS), el 8. (Por Alejandro García)
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