MÉXICO, 7 de septiembre, 2010.-La educación es una buena inversión en tiempos de crisis, señala la OCDE en su informe anual, publicado hoy, y advierte de los perjuicios que pueden tener los recortes en política educativa en tiempos de rigor presupuestario.
El organismo internacional resalta que "los recursos públicos inyectados en la educación permiten finalmente generar ingresos fiscales todavía más importantes", porque a mayor formación académica superiores son los recursos que se generan.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que un diplomado universitario genera de media a lo largo de su vida activa 119,000 dólares suplementarios en concepto de impuestos sobre la renta y otras contribuciones sociales.
Eso hace que su aportación suplementaria a las arcas del Estado sea casi tres veces superior al volumen de inversión pública en educación por estudiante, indica el informe.
"Para la sociedad, los beneficios son todavía más importantes porque numerosas ventajas de la educación no están directamente reflejadas en el impuesto sobre la renta", precisa.
Una mayor formación académica se traduce en una vida laboral más larga y acrecienta las posibilidades de conseguir un trabajo.
Según el informe, en los países de la OCDE el desempleo entre los titulados universitarios fue inferior o igual al 4%, mientras que entre los que no tenían estudios secundarios superó el 9%.
La crisis económica, subraya el documento, ha aumentado la demanda de personal cualificado, lo que permite a los titulados universitarios encontrar más fácilmente un empleo.
Por otro lado, la organización destaca la importancia de la formación continua en un mercado laboral en el que la demanda de competencias se intensifica y se flexibiliza.
El informe señala que los titulados universitarios están más dispuestos a retomar los estudios en edad adulta que aquellos que carecen de títulos.
"En este momento, los que tiene más necesidades de formación son los que menos opciones tienen de beneficiarse de ella", indica.
La organización reconoce la necesidad de los Estados de apretarse el cinturón en momentos de crisis, pero aconseja no reducir los gastos en educación e incrementar los esfuerzos para mejorar la eficacia y eficiencia de las inversiones en ese campo.
Optimizar los recursos para adaptar el sistema educativo a la demanda de competencias de un mercado laboral que evoluciona rápidamente es la receta que aconseja la OCDE.
En México, 98% de gasto educativo se va en ¡sueldos!
En días en que se comienza a definir la distribución de los dineros de las arcas públicas para el año próximo, viene como balde agua helada que se revele que en un tema sensible como es la educación, 98% de su gasto se destine a gasto corriente, es decir, en sueldos y salarios.
De acuerdo con el estudio “Evaluación del gasto en educación, salud, infraestructura y equidad social 2010”, en México el gasto educativo es sumamente rígido ya que más del 95% se va a sueldos y salarios.
Realizado por Centro de Análisis México Evalúa, el informe concluye que en el país la educación no es gratuita y además tiene malos resultados.
Se detalla que las familias en México gastan el 0.83 del PIB en educación pública (y 0.98% en educación privada).
Se calcula que las familias más pobres destinan hasta casi un 30% del gasto de su hogar a cubrir imprevistos en sus escuelas.
El análisis expone que México ha ocupado en gasto público en educación, el primer sitio entre los países que conforman la OCDE durante varios años, sin embargo, no parece garantizar buenos resultados.
Un ejemplo de ello es que uno de cada dos estudiantes mexicanos de 15 años se ubica en los niveles mínimos de desempeño que establece PISA (por sus siglas en inglés, significa Programme for International Student Assessment). (El Semanario Agencia, ESA)
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