sábado, 18 de septiembre de 2010

23 periodistas asesinados durante el sexenio de Calderón


El último ha sido el fotógrafo Luis Carlos Santiago Orozco, del Diario de Juárez. Al menos ocho de ellos ha muerto en represalia directa por sus informes sobre crímenes y corrupción, dos plagas idénticas que han socavado la estabilidad del país, señala el Comité para la Protección de los Periodistas.

Redacción EjeCentral.com.mx

El asesinato del fotógrafo Luis Carlos Santiago Orozco, del Diario de Juárez, es sólo la última entrada de una violenta tendencia contra trabajadores de los medios de comunicación que se ha repetido a lo largo del sexenio calderonista.

Un total de 23 periodistas han sido asesinados durante el mandato de Felipe Calderón, al menos ocho de ellos en represalia directa por sus informes sobre crímenes y corrupción, dos plagas idénticas que han socavado la estabilidad del país, destacó a principios de este mes el Comité para la Protección de los Periodistas (CPP) en el informe titulado Silencio o Muerte en la Prensa Mexicana.

“Los narcotraficantes, los criminales y los funcionarios corruptos que amenazan el futuro de México han asesinado, aterrorizado y cooptado a los periodistas, conscientes de que controlar el flujo informativo beneficiará sus intereses”, señala el CPP.

“La influencia de la delincuencia organizada en cada aspecto de la sociedad, incluyendo el gobierno, la policía y los ministerios públicos, ha convertido a México en el país más letal para la prensa en el hemisferio occidental y en uno de los lugares más peligrosos del mundo para ejercer el derecho humano fundamental a la libre expresión”.

Tan sólo en el 2010, de acuerdo con la misma fuente, suman 9 los periodistas asesinados bajo causas que fueron o no esclarecidas.

Un estudio realizado por el Instituto Transfronterizo de la Universidad de San Diego en marzo del 2010 encontró una compleja serie de razones para el incremento repentino de la violencia: las brutales rivalidades producto de la desintegración de las grandes organizaciones delictivas, el creciente consumo nacional de estupefacientes, el incremento en la seguridad en la frontera con los Estados Unidos y la dinámica cambiante de la corrupción política después de que el Partido Revolucionario Institucional perdiera el control del poder, señala el CPP.

Además de aquellos que fueron asesinados, decenas de periodistas han sido objeto de ataques, secuestros o se han visto forzados al exilio por su cobertura sobre crímenes y corrupción.

“La impunidad sistemática permite que se arraigue la inseguridad. El sobrecargado y disfuncional sistema de justicia penal de México no ha podido investigar en forma exitosa más del 90 por ciento de los delitos relacionados con la libertad de prensa, según investigaciones del CPJ, perpetuando así un clima de temor e intimidación en el que los ataques no resueltos se convierten en la regla general”, añade el informe.

Con el homicidio de Santiago se elevó a 65 el número de periodistas asesinados del año 2000 a la fecha, de los cuales tiene registro la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.


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