martes, 10 de agosto de 2010

CFE Inc.

“The Economist”, en su número del 5 de agosto, titula su artículo principal “Leviatán Inc.” En él refiere que algunos gobiernos –el Leviatán en Hobbes- han olvidado, primero, el poco futuro que cualquier negocio puede tener cayendo en sus manos y, segundo, que no se puede ser un buen gobierno pensando sólo en términos empresariales.

Véase la portada del fascículo en cita: largos y pesados tentáculos azules surgen de la obscuridad para atrapar íconos representativos de sectores como la generación de energía eléctrica, las telecomunicaciones, los motores de aviones. La ilustración del artista visual Derek Bacon vale más que mil palabras.

No es casualidad que los gobiernos quieran entrarle al tema de los negocios: el reactivar sectores de la iniciativa privada inyectando dinero público ha sido, en varios países y en diversos momentos, la única alternativa viable. México no ha sido la excepción.

El problema surge cuando los gobiernos se empecinan en querer ser más una empresa buscadora de lucro que una instancia propiciadora de bienestar. La CFE parece estar más interesada en generar ganancias que responder a su responsabilidad social.

En la región Carbonífera, por citar un ejemplo, de manera obcecada la CFE hace cálculos desesperados y desproporcionados con tal de cobrar las facturas pendientes, en lugar de buscar la forma de condonar los adeudos por energía eléctrica de las familias que lo perdieron todo por el paso del huracán “Alex”. Muchas de esas familias participan en la extracción del carbón que genera la energía eléctrica que enciende 14 de cada 100 focos en este país. Paradójicamente, esas familias son las que menos apoyo reciben de la empresa para la que trabajan indirectamente.

A medio año de emprendido el “monedero CFE” no queda del todo claro qué beneficio ha logrado el usuario. Lo que sí se supo es que un puñado de empresas iba a verse muy agraciado con la medida. Y ahora, bajo el esquema del “madruguete”, nos enteramos del prepago de la luz.

Desde principios de este año se conoció la intención de la CFE de instalar un millón y medio de medidores de prepago eléctrico en algunos estados. ¿La razón? Allegarse recursos financieros por anticipado así como garantizar el cobro. Esto es lo que ya se conocía. Lo que sorprende es que, sin decir “agua va”, estén operando ya en Saltillo unos 13 mil medidores bajo este
esquema.

La palabra crédito proviene del latín credititus (de creer). Así “crédito”, en su origen, significa creer o confiar. Los servicios básicos proporcionados por empresas, aun las privadas, siempre han otorgado a sus clientes, cuando menos, un mes de crédito sin intereses (agua, gas natural, telefonía, televisión por cable, internet, etc.). El mensaje es muy claro: si una empresa paraestatal decidió que para ella los ciudadanos ya no somos sujetos crediticios es porque ya no cree en nosotros; por lo tanto se infiere que el Gobierno federal ya no confía en los mexicanos.

La confianza es un valor de ida y vuelta, que se alimenta recíprocamente. ¿Cómo nos piden las instancias federales que tengamos confianza en ellos cuando ellos ya la han perdido en nosotros?

Enrique Martínez y Morales
Twitter:@enriquemym

Fuente: http://www.zocalo.com.mx

1 comentario:

Toño dijo...

Acá en Monterrey ya se ven los beneficios del monedero de CFE. la verdad es que al principio no había tantos negocios participantes pero cada vez lo aceptan en más lugares.
Algunos son de uso común y eso permite que en las compras normales de la familia se acumulen puntos y ahorremos para pagar la luz.