Basta ver un noticiero o abrir cualquier diario mexicano para comprobar cómo la lucha contra el narcotráfico está desangrando a México. En los más sensacionalistas es frecuente ver imágenes grotescas de cadáveres en bolsas de plástico y restos humanos tirados por el suelo junto a "narcomantas" con advertencias escritas de los carteles de la droga.
A juzgar por lo que uno ve en los medios de comunicación el panorama general del país es desolador. Pero curiosamente aquí, en el Distrito Federal, la gente parece vivir en una suerte de burbuja.
"No lo vivimos tan de cerca. Yo creo que nos enteramos más por los periódicos y por la televisión, pero directamente no lo vemos", le dijo a BBC Mundo Sergio García González, supervisor de una tienda de ropa en el centro de la capital mexicana.
Su comentario resume a la perfección una experiencia que muchos residentes de Ciudad de México comparten: viven acostumbrados a los robos en apartamentos y en el transporte público, a las violaciones, a la trata de personas, a los asaltos en la calle, al "secuestro express", a los robos de vehículos… a la delincuencia en general, pero no a los tiroteos, a las extorsiones ni a las ejecuciones del narcotráfico.
No se ven los muertos
"Lo que no vemos por fortuna son los enfrentamientos, los posicionamientos de los miembros de los carteles y… ¿por qué no decirlo?, los muertos. Estas cosas no se ven... Hasta ahora", le dijo a BBC Mundo Manuel Mondragón, Secretario de Seguridad Pública de Ciudad de México.
Pero eso no quiere decir que el narcotráfico no esté presente en la capital.
"Lo que no vemos por fortuna son los enfrentamientos, los posicionamientos de los miembros de los carteles y… ¿por qué no decirlo?, los muertos"
Manuel Mondragón, Secretario de Seguridad Pública de Ciudad de México
"No podemos decir que Ciudad de México esté ajena a sus productos", apuntó, mencionando tres ejemplos. "¿Droga? la tenemos. Consumo y oferta. Tenemos también robo de automóviles, aunque ha bajado la incidencia, y contrabando de armas".
"Se han detenido personas de los carteles en el DF. Sabemos que han tenido casas, que las han asegurado. Ellos pueden tener posesiones, inmuebles en el DF, pero el manejo como tal y particularmente el enfrentamiento que vemos en otras ciudades, no se ha visto", le dijo Mondragón a BBC Mundo.
Según los expertos consultados por BBC Mundo, la ausencia de enfrentamientos violentos, entre carteles por un lado y entre carteles y autoridades por otro, se debe al hecho de que en la capital se concentra toda la infraestructura del Estado mexicano en términos de seguridad, como la secretaria de la Defensa y la secretaría de la Marina, además de una notable presencia policial.
Eso, esencialmente, es lo que marca la gran diferencia con la situación de otras ciudades mexicanas como Monterrey, Reynosa, Chihuahua o estados como el de Michoacán, "donde las instituciones son más débiles", explica Martín Barrón, criminólogo del Instituto Nacional de Ciencias Penales..
Según el experto, los carteles tienen una actividad mucho más visible en aquellos lugares del país donde tienen "protección social", es decir, "donde tienen conocimiento, presencia, alianzas, donde saben que la gente los va a proteger", algo que no ocurre en el DF.
Además, hay otro matiz importante: aquí, los propios narcotraficantes parecen querer pasar desapercibidos.
Bajo perfil
Según Barrón, a las propias organizaciones del crimen organizado les interesa no llamar la atención en la capital, "primero para no enfrentarse a todo el sistema de seguridad y segundo para no afectar a su economía", resultante de sus actividades de lavado de dinero.
"El punto focal de estar en el DF es la enorme movilidad económica de la ciudad", dijo el criminólogo.
"Hemos visto en Monterrey, en Sinaloa, en Tijuana, en Juárez, en Reynosa cómo las organizaciones delictivas han hecho negocio a través de inmobiliarias, casas de bolsa, casas de cambio, todo tipo de tiendas, como joyerías, mueblerías, etc. Si esto ha pasado en las pequeñas ciudades, donde hay cierta movilidad económica, pensemos en lo que puede suceder en la Ciudad de México", explicó.
Además, su enorme población y extensión la convierten en una ciudad perfecta para no hacerse notar, "donde los vecinos de los condominios no se conocen, donde no se puede identificar fácilmente a alguien de fuera, a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades más pequeñas del país".
Por otro lado, agrega Barrón, "en los (años) '50 o '60, el narcotraficante tenía una vestimenta, una apariencia distintiva. Hoy no, visten bien, elegantemente, estudian, trabajan o aparentan trabajar con una fachada de un negocio, y esto les permite pasar desapercibidos. Es lo que se llama 'mimetización social'. Ellos lo han logrado y nadie puede detectarlos tan fácilmente".
El paraíso del "narcomenudeo"
Con más de 20 millones de residentes en su zona metropolitana el DF es también el mayor mercado de consumo interno de México.
"Hoy (los narcotraficantes) visten bien, elegantemente, estudian, trabajan y esto les permite pasar desapercibidos. Es lo que se llama 'mimetización social'"
Martín Barrón, criminólogo del Instituto Nacional de Ciencias Penales
Aunque el gran negocio para los carteles sigue siendo Estados Unidos, a la capital entran grandes cantidades de droga, que es distribuida localmente por grupos de "narcomenudeo".
Precisamente uno de los grandes puntos de entrada es el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde ha habido decomisos significativos y, sí, también ejecuciones de trabajadores de aduanas atribuidas por las autoridades al narcotráfico.
Por su situación geográfica, en el centro del país y a la vez no muy alejado de las costas del Pacífico y del Golfo de México, el DF se perfila como un buen "centro de distribución" para la mercancía, según Barrón.
Es también un lugar ideal de paso para narcotraficantes de todos los niveles, con una amplia oferta de oportunidades para hacer operaciones, blanquear dinero, y cómo no, también socializar y gastar la plata de este lucrativo negocio.
Lo curioso es que todo esto suceda sin que por ello al DF le salpique la violencia de los estados vecinos, donde según Mondragón, el Secretario de Seguridad Pública de la capital mexicana, "ya se han dado manifestaciones muy fuertes de presencia del crimen organizado".
¿Una capital "blindada"?
La respuesta oficial es "No".
"Un cerco específico para evitar la presencia del crimen organizado, como tal, no lo tenemos, no", declaró Mondragón.
"Lo que sí tenemos", continuó, "es una vinculación permanente en materia de información y corresponsabilidad en la persecución de los delitos, información sobre nuestros propios cuerpos policíacos e intercambio tecnológico" con los municipios conurbados y con los estados con los que el DF hace frontera.
¿Se podrá aplicar alguna lección de la capital a otras ciudades del país que sí han sucumbido a la violencia del narcotráfico? La respuesta de Barrón es contundente: "El DF no es el país. La estrategia que funciona aquí no tiene por qué funcionar en otro lugar".
Parece entonces que el secreto de la aparente tranquilidad capitalina radica en características únicas, casi "naturales", de Ciudad de México. ¿Y así hasta cuando?
"Nunca puede uno estar cierto de que estos fenómenos (de violencia ligada al narcotráfico) no se puedan desencadenar un día. Sería atrevidísimo de mi parte decir que aquí eso no va a ocurrir nunca", dijo Mondragón.
"Tenemos que estar preparados y lo estamos, pero esperemos que las circunstancias nos sigan favoreciendo en ese sentido", concluyó.
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