David Aponte
El aumento de los delitos en México no es un asunto de percepción ni de un manejo distorsionado de los analistas, los académicos, los centros ciudadanos de monitoreo y los medios de comunicación, como pretende hacer creer el gobierno de Felipe Calderón en el tema de los asesinatos, con las comparaciones internacionales, a tasa por cada 100 mil habitantes. El crimen ha venido en aumento desde principios de la década de los 90. Los datos oficiales son una bofetada a quienes buscan presentar al territorio mexicano como un paraíso, como una zona de confort, frente a otras naciones salvajes.
Los datos registrados en la década 1991-2001 evidencian un aumento de casi 80 por ciento en los ilícitos del orden común y federal. Las autoridades del país registraron 853 mil actos de esta naturaleza en 1991 y un millón 512 mil en 2001. Y la fiebre siguió su camino hacia arriba hasta 2007, de acuerdo con estadísticas oficiales Son datos duros y contundentes que muestran la ruta que ha seguido el país y, en consecuencia, el fortalecimiento de la delincuencia común y los grupos criminales organizados.
Pero no solamente ha crecido el número de delitos cometidos en agravio de la sociedad; también ha aumentado la cifra de denuncia. Los mexicanos han salido poco a poco de las sombras, del estado de pasmo y miedo, para llevar sus casos ante la autoridad ministerial. Las estadísticas muestran que la presentación de denuncias aumento de un millón 580 mil a un millón 715 mil entre 2006 y 2007. La cifra representa apenas el 8.6 por ciento. El pico más alto de los ilícitos denunciados por cada 100 mil habitantes se alcanzó en 1997. Sin embargo, el acumulado de 1991 a 2007 enseña 47 por ciento. Durante ese lapso, la delincuencia organizada comenzó a subir su nivel de crímenes en distintos estados del país. ¿Sirve de algo que los ciudadanos acudan ante los agentes del ministerio público? ¿Ha avanzado el sistema de investigación y la procuración de la justicia en México?
Los datos oficiales y algunos otros de centros civiles de monitoreo del comportamiento delictivos son contundentes respecto de los efectos de la denuncia ciudadana ante los agentes del ministerio público: 93 por ciento de los ilícitos llevados ante las autoridades quedaron en la impunidad. Sólo 7 por ciento llega a los jueces y, al final de los procesos judiciales, únicamente el 2 por ciento alcanza una sentencia. Aquí no se toma en cuenta la llamada cifra negra: las encuestas en la materia describen un aumento de los ilícitos que no se denuncian y que es cercano al 80 por ciento.
Las gráficas elaboradas por el gobierno federal, a propósito del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, muestra una curva ascendente desde 1997 en la incidencia delictiva: una espiral que comienza con un millón 544 mil, que tiene una leve baja en los siguientes tres años, que posteriormente se mantiene en el millón y medio y que alcanza la cúspide en 2007 con un millón 715 mil ilícitos, registrados por las autoridades.
¿Cuáles son los estados con mayores problemas de delincuencia? La quinta encuesta 2007 del Instituto Ciudadano de Estudios contra la Inseguridad, que preside Luis de la Barreda Solórzano, señala al Distrito Federal, Estado de México, Baja California, Tamaulipas y Nuevo León, como los sitios con mayores niveles de crímenes, sin dejar de mencionar al estado de Chihuahua, que ha tenido una seria evolución criminal.
La actual situación de violencia en los estados del norte, señalados en la encuesta, es una muestra del desarrollo sin freno de los delitos del orden común y de los crímenes de alto impacto de los grupos de la delincuencia organizada. Las entidades norteñas han enseñado en las últimas semanas una cara violentísima, con enfrentamientos en las zonas urbanas, multihomicidios de personas ajenas a las bandas del narcotráfico y bloqueos de sus vías de circulación. Paralelamente, el crimen organizado ha comenzado a mostrarse con mayor frecuencia en el DF, que tiene además otros problemas de delitos comunes.
Estas son las cifras criminales del México real. No son percepciones ni datos manipulados para afectar la imagen del país en el exterior. La evolución de los delitos está registrada por las autoridades federales.
daponte@ejecentral.com.mx
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