Por Rodrigo Henríquez
De la ayuda internacional recibida por estos,me ha impresionado la generosa y humilde actitud del Presidente Morales. Apenas conocida la tragedia en La Paz , señaló que “Bolivia compartirá lo poco que tiene y su pobreza” con nuestro país (cierto, tenemos el triple de PIB percápita que Bolivia), lo que se ha traducido en una importante donación de agua y de dinero del pueblo boliviano a través de la campaña “Chile y Haití te necesita a ti”. No obstante, y ya a título personal, Morales anunció la donación del 50% de su sueldo y el 30% del de sus ministros. Este ‘gesto’ retrata al menos 2 hechos. Primero, contraviene algunas ligeras opiniones del estilo “los chilenos producen más envidia que admiración[…] Perú y Bolivia no han superado el rencor de conflictos pasados y siguen identificando a Chile con sus demonios” (El Pais.com). Segundo, que para avanzar en la unión de los pueblos es vital el rol de los jefes de Estado, no sólo en sus decisiones, sino en sus gestos, pues es desde ese cargo donde el “dar hasta que duela” cobra más sentido. ¿Es necesario haber trabajado desde los 5 años pastoreando llamas como Evo para tener esa vocación humanitaria?. Si una tragedia ocurriera a nuestros vecinos, ¿Será capaz nuestro próximo Presidente de mostrar tal reciprocídad?, considerando que declaró que solo con su futuro sueldo (7,5 veces más que el de su par boliviano) “no le alcanza”.
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