Contra viento y marea, pero se hizo.
Gabino Cué parece no creerlo. Es el precandidato de la alianza “Unidos por la Paz y el Progreso”.
César Nava levanta manos y brazos: puño cerrado, de un lado; y el otro acompaña la mano de Gabino por todo lo alto.
Jesús Ortega luce exultante. Al igual que el líder panista, vive el momento como un triunfo personal: es un golpe al mismísimo Andrés Manuel López Obrador.
Manuel Camacho Solís, artífice en buena medida de esta alianza PAN, PRD, PT, Convergencia, que busca llevar al ex contendiente de Ulises Ruiz a la gubernatura de Oaxaca, apunta el objetivo:
“No se trata de matar al dinosaurio, sino de estar en igualdad de condiciones en la competencia electoral que viene”.
Más de mil quinientas personas los miran, los escuchan y gritan ¡vivas!, como si el sólo hecho de formalizar la candidatura común significase el triunfo en las urnas.
En las oficinas de gobierno oaxaqueñas los rostros denotan enojo, pero sus palabras arrojan desprecio: “Ni con ese imbécil nos ganan…”
Camacho subraya que no se trata de “matar al dinosaurio” priista en estas elecciones, pero César Nava y Jesús Ortega aseguran que se trata de “acabar con los cacicazgos, la corrupción y la opacidad en el uso de recursos públicos.”
Es más, el líder del sol azteca responde a los ataques que le ha lanzado Ulises Ruiz y asevera: “Vamos a derrotarlo porque esta alianza tiene el objetivo también de poner en su lugar a aquellos gobernadores que pactan las elecciones en las mesas oscuras de Bucareli”.
Nava hace como que no escucha aquello de las “mesas oscuras de Bucareli”.
En el ambiente huele a revancha. Una revancha guardada durante casi seis años. Ya hay hasta quienes imaginan al propio gobernador tras las rejas. “Y si no, cuando menos algunos de sus secretarios…”, comentan entre los asistentes.
Por las calles y en algunos medios locales, hay quienes afirman que esta alianza “nació muerta”, que el poder de Ulises, del PRI, va mucho más allá de este intento por arrebatarle el estado al tricolor: “Son los usos y costumbres…”, sueltan y ríen.
Gabino Cué llama a todos los sectores a promover su voto razonado por un cambio en las formas de hacer política.
Su mirada está puesta en el palacio de gobierno.
“¡Huele a triunfo y huele a victoria!”, grita César Nava.
La aventura que culminará el próxima 4 de julio –y cuya construcción ya dejó varios damnificados en el camino–, ha comenzado. Y, reconózcanlo o no, intentarán matar al dinosaurio.
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