Invasión “Humanitaria” en Haití
Por Enrique Cisneros Luján
La política imperialista de los Estados Unidos hacia América Latina es revertir la tendencia de pueblos que se rebelan y de gobiernos que secundan la organización popular. Para ello se han trazado un plan que aproveche el engaño de las “bondades democráticas” de Barack Obama, para ir penetrando paulatinamente.
Los métodos son diversos: en Honduras fue un abierto y descarado golpe de estado en que los militares expulsaron al presidente elegido en las urnas; en Chile, el apoyo electoral secreto al pinochetista ultraderechista Sebastián Piñero; en México, el apoyo incondicional al espurio Felipe Calderón, a cambio de colombianizar el país; en Haití, la “invasión humanitaria”, tomando como pretexto una campaña auxiliar a damnificados del sismo.
En todos los países hay una táctica invasora semejante : de una o de otra manera hay que llevar al estado a la bancarrota y a partir de allí, intervenir en calidad de “salvadores”, ya sea en lo económico, político o militar.
En Haití, Cuba m andó médicos, los gringos mandaron soldados que en helicópteros y con metralletas en las manos, van tomando posesión. Obama declaró que llegarán 10,500 marines para “restablecer el orden” ¿Cuál orden? ¿Sustituirán estos soldados a los de la ONU que de una manera menos descarada tienen invadido a Haití desde 2004?
En este momento político en que Venezuela se levanta como ejemplo “nocivo” (desde el punto de vista gringo) para toda Latinoamérica. Ahora que Cuba cumplió 51 años de resistencia revolucionaria, Haití tiene una posición geográfica estratégica para atacarlos a ambos.
Haití vivió durante décadas en constante terremoto: de 177 países es el #150 en pobreza extrema, tiene 70 % de analfabetismo; en un país donde la mayoría del combustible es por medio de leña y carbón pero el 98% de sus bosques están destruidos y su agricultura está devastada… Haití vive un terremoto permanente. Sin embargo, nadie se acordaba de esa tragedia. Ahora, a raíz del terremoto hasta los fabricantes de la Coca Cola resultaron benefactores y “redujeron su propaganda televisiva para mandar ayuda al pueblo haitiano” ¿no resulta esto sospechoso?
En Haití como en todas las Antillas, los españoles, holandeses, franceses, eliminaron a los indígenas y repoblaron con esclavos negros traídos de África. Ahora que tanto se habla de bicentenarios de independencia, a los opresores se les olvidó que en 1803-04, en Haití, se dio la primera rebelión de independencia aboliendo el 1º de enero de 1804 la esclavitud; allí 400,000 esclavos se sublevaron ante 30,000 colonos franceses. Los haitianos derrotaron al general más prestigiado de Napoleón. Para los opresores actuales, festejadores de bicentenarios, eso no valió la pena recordarlo.
A partir de ese triunfo Haití ha sido invadido y masacrado. Estados Unidos invadió y saqueó a Haití de 1915 a 1934, dejando a partir de esa fecha a los Duvalier, dictadores títeres que consumaron su obra nefasta. Cuando 1991 el pueblo eligió a un gobernante que no dependía de Washington, Jean-Bertrand Aristide, este fue derrocado y reinstalado según necesidades de Washington hasta que en 2004 se crearon para ese país la Misión de Naciones Unidas para la estabilización de Haití (MINUSTAH) que es una fuerza de ocupación disfrazada, que sirve a los intereses neoliberales. Ahora, el presidente de Estados Unidos Barack Obama considera que llegó el tiempo de volver a ocupar a Haití sin intermediarios. Las necesidades militares de los halcones de Washington, los señores de la guerra lo requieren y Obama cumple disciplinadamente la orden.
Esto es parte de un plan continental que en los próximos meses traerá nuevas “sorpresas” que según se aprecian van desde lo militar hasta ahora lo humanitario, o lo que es lo mismo, cuando la Coca Cola se vuelve generosa.
El método no importa, lo que vale es reconquistar el poder político. En México y Colombia, junto al quiebre nacional económico, se pretexta un estado fallido que no tiene capacidad para combatir al narcotráfico y se envían asesores hasta llegar a la instalación de bases militares: en Colombia acaban de firmar la instalación de siete bases gringas, en México ya deambulan y ejercen su poder norteamericanos de la DEA y militares que controlan a pasajeros en más de una decena de aeropuertos.
En Chile, los medios de comunicación, con una clara orientación neoliberal se encargaron de vender a los votantes la idea de que el macro crecimiento económico del 3% se ha estancado, por lo que se requiere de la intervención de capitales foráneos, sobre todo norteamericanos.
En Honduras, una supuesta indefinición yanqui respecto al golpe militar (que contó con la venia gringa), le dio tiempo a los golpistas para simular una elección seudo democrática y llevar al poder al candidato de la derecha neoliberal, mismo que fue reconocido inmediatamente por los Estados Unidos.
En Haití vuelven los yanquis, ahora como rambos que avientan ayuda en paracaídas, mientras fuerzas de ocupación llegan armados, en helicópteros, a las inmediaciones del palacio de gobierno. No hay vuelta de hoja, eso es una invasión con pretextos humanitarios cocacoleros.
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