La vorágine informativa de la semana pasada y la devastadora derrota de los demócratas en Massachusetts no le restaron nivel al debut del secretario de Hacienda en las capitales financiera y política del país que decide el destino económico de México. Aun descontando al nutrido séquito de funcionarios que lo acompañó, Ernesto Cordero tuvo casa llena en un almuerzo en Wall Street, en la plática que impartió en el Woodrow Wilson Center y en la cena que le ofreció el embajador Arturo Sarukhan. La mayoría de sus interlocutores –potentados financieros, funcionarios, académicos, consultores y representantes de multilaterales– fueron atraídos por la curiosidad de conocer al primer “no tecnócrata” en ocupar la SHCP en 30 años, al panista que ascendió a la sublime titularidad por ser el “delfín” de Calderón, no por mérito o credenciales propias. ¿Pasó la prueba? No salió reprobado, pero tampoco con mención honorífica.
Como lista de tintorería, Cordero detalló las medidas tomadas por Calderón para reactivar el crecimiento y generar empleos, las que describió de “very good news”, concepto que repitió más de 20 veces. A la lista de “very good news”, sumó los bajos salarios y la depreciación del peso que, dijo, contribuyen a la competitividad; el aniquilamiento del SME, el “monopolio perfecto”; la propuesta de reforma política que tendrá “un enorme impacto sobre la economía”; las “alturas históricas” de las reservas y los contratos de desempeño de Pemex que ayudarán a estabilizar la producción. (Cifrar la productividad en la mal pagada mano de obra de los mexicanos y en una moneda débil fue calificado de “perverso”.)
La embajadora Hattie Babbit le preguntó qué está haciendo el gobierno con los 7 millones de jóvenes “ninis” (ni estudian, ni trabajan). En 2009 se crearon 100,000 empleos y se otorgaron 2 millones de becas para preparatoria, respondió, lo que consideró motivo de orgullo. Nadie le dijo que por cada punto porcentual que baja el PIB, se pierden 200,000 empleos, lo que en 2009 se tradujo en la desaparición de casi un millón. Negó reportes sobre el regreso de millones de indocumentados, pues “si tienen tiempos difíciles en EU, en México será igual”.
Cordero no convenció. “No habla con autoridad y sus respuestas no parecen tener sustancia. En vista de la naturaleza mediática de las elecciones presidenciales de 2012, esto podría ser un serio obstáculo”, observó Duncan Wood, analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). ¿Delfín? ¿Así de flaca está la caballada panista?
ATRACCIÓN SUI GÉNERIS
En Nueva York, Cordero discutió con Bank of America, Merrill Lynch, HSBC, JP Morgan, ING, Deutsche Bank y Goldman Sachs, las regulaciones propuestas por Obama para controlar la avaricia de los banqueros. Posteriormente, tuvo un almuerzo con comensales de altísimo nivel: Roger Atlman (Evercore Partners), Robert Rubin (ex secretario del Tesoro), Paul Volcker (ex presidente de la Reserva Federal), James Wolfensohn (ex presidente del Banco Mundial), Keith Anderson (Soros) y Paul Taubman (Morgan Stanley), Pedro Aspe (Protego), Jacob Frenkel (JP Morgan), y Kevin Kennedy (Goldman Sachs). Por separado, se entrevistó con Vikram Pandit, CEO de Citigroup, dueño de Banamex.
Los asistentes a la cena en la residencia de Sarukhan no fueron de menor calibre: Mack McLarty (consultor clintoniano), Bob Hormats (Departamento de Estado), Mike Froman (Casa Blanca), Simon Rosenberg (gurú del Partido Demócrata), Susan Schwabb (ex representante comercial), Carlos Gutiérrez (ex secretario de Comercio), Lally Weymouth (Newsweek), Mary O’Grady (Wall Street Journal), Andrew Selee (Wilson Center), Susan Segal (Consejo de las Américas), Riordan Roett (Universidad Johns Hopkins), Sidney Weintraub (CSIS) y ejecutivos de Met Life, Honeywell y la Junta de Servicios Financieros. Pocos secretarios de Hacienda latinoamericanos, quizá con la excepción del brasileño, despiertan el interés del mexicano. La explicación está en que son pocos los países que han puesto de rodillas al sistema financiero mundial o que han tenido que ser “rescatados” por el erario estadounidense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario