jueves, 3 de diciembre de 2009

¿QUE QUIÉN MANDA EN AL? MIREN AL REAL





Mucho se ha hablado, en estos últimos meses, sobre cómo Brasil ha ido relegando a México a un segundo plano en el liderazgo de América Latina. Lula da Silva, el mecánico tornero por quien los mercados apostaban poco cuando fue elegido presidente en 2002 (previo a las elecciones, el riesgo país se iba a un récord de casi 2,500 pts, las agencias de calificación recomendaban huir del país, y el real se desplomaba a un mínimo de casi 4 reales por dólar), no sólo logró revertir la situación del país, en riesgo de “default” cuando llegó al poder, sino que supo encaminarlo hacia una rápida senda de crecimiento bajo un modelo bien definido (en buena medida diseñado por su predecesor, el ideólogo Fernando Enrique Cardoso) al tiempo que impulsaba firmes políticas sociales y de combate a la pobreza… y todo ello sin traicionar, como sus enemigos auguraban, los principios de la economía de mercado, lo que fue crucial para mantener la confianza de los inversionistas internacionales.

El éxito de Lula creó un intenso magnetismo hacia ese país de modo que, en vez de huir, los inversionistas fueron acudiendo en masa atraídos por el brillo de sus rendimientos y su samba.

Lo hicieron de la mejor manera posible, en la vertiente de inversión extranjera directa (IED), que es la productiva y estable, y la más fiable para financiar los déficits corrientes de forma duradera. Y en eso también ha ganado a México, que partía de una posición menos dramática, hasta confortable.

Cuando Lula llegó al poder, el ritmo de la IED en Brasil era sustancialmente menor a la de México. En 2003, su primer año en el poder, la IED en Brasil apenas ascendió a 10,144 mdd, o en torno a 60% de lo que México recaudó por ese concepto durante ese año (16,528 mdd). Pues bien, al final del mandato de Fox, en 2006, Lula había atrapado ya casi a México al obtener 18,780 mdd en IED comparado con 19,471 mdd.

Un año después, durante el primer año de Calderón, Brasil tomó la delantera. Durante 2007, la IED en Brasil aumentó casi 85% a 34,585 mdd comparado con 27,094 mdd en México. Pero al año siguiente ya le sacaba una cabeza y duplicaba lo obtenido por México: la IED trepaba 30% adicional a más de 45,000 mdd, cuando en México descendía a 22,516 mdd. En lo que llevamos de año, la IED se ha desplomado casi 50% tanto en Brasil como en México, con la diferencia de que el país sudamericano todavía le saca una cabeza en el periodo de enero a septiembre: 17,690 mdd comparado con 9,750 mdd en México, donde durante el tercer trimestre se produjo una salida de capitales por IED de 637 mdd, la primera desde 1967.

La inversión en cartera también ha acudido a raudales, sobre todo en los últimos meses. En Brasil, sólo en octubre, la inversión en cartera ascendió a una cifra récord de 17,119 mdd, de los cuales 14,449 mdd fueron en bolsa, cuando en México, durante todo el tercer trimestre, la inversión de cartera fue de 4,335 mdd. En lo que llevamos de año, la inversión en cartera en Brasil asciende a 40,000 mdd frente a 5,200 mdd en México. Tanto es así que Brasil tuvo que imponer una tasa de 2% el pasado 19 de octubre sobre la compra, por capitales foráneos, de acciones o títulos de renta fija, lo que a pesar de los esfuerzos puede ser insuficiente para detener la masiva entrada de capitales.

De hecho, la bolsa de Sao Paulo, el Bovespa, ha subido en reales, en lo que llevamos de año, 82%, el doble de lo que ha trepado la bolsa mexicana, 42%. Si lo medimos en dólares, el Bovespa ha ganado casi el triple, 145% comparado con 53% de la bolsa.

A los inversionistas les seduce de Brasil que haya crecido con buenos fundamentos en los últimos años y haya sabido capear bien el temporal. Durante el primer semestre del año, el PIB de Brasil se contrajo 1.5% comparado con 9% en México, y todo gracias a que Lula tuvo un proyecto de un país y a un equipo competente que lo hiciera posible.

De este modo, el real brasileño se ha convertido en la divisa del mundo que más ha trepado contra el dólar desde 2003. La divisa brasileña cotiza en torno a los 1.70 reales contra el dólar, muy lejos de los 4 reales de octubre de 2002. Desde principios de 2003 hasta el 1 de diciembre de 2009, el real se ha apreciado 105%, la más fuerte del mundo, en tanto el peso mexicano se ha hundido 19%, sólo superado por el nuevo bolívar venezolano (-19%) o la corona de Islandia (-33%).

En lo que llevamos de año, la situación es parecida: el real se ha fortalecido 35% contra el dólar, por encima del dólar australiano (31%), el primer país de la OCDE en elevar tasas en esta crisis. El oro, del que tanto se platica por su imparable ascenso, ha subido un poco más que el real, 36%. El peso mexicano se ha apreciado un modesto 6.7%.

¿Qué si México ha perdido el liderazgo frente a Brasil? El real brasileño, cuando menos, dice que sí, que los empresarios e inversionistas cada vez miran más y con más encanto a Brasil que a nuestro querido México, y es allí donde meten el dinero.

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