Los políticos han vuelto a la cargada contra Banamex, al que acusan de operar en la ilegalidad debido a que 34% de las acciones de Citigroup, su matriz está en Nueva York, pertenecen al gobierno de EU. El Senado busca que la Suprema Corte se pronuncie en contra de la posición de la Secretaría de Hacienda, que niega que el rescate de Citi (45,000 mdd del erario estadounidense) contravenga las leyes nacionales. Citi, a través de Banamex, informó a esta columna que permanecerá al margen por tratarse de una “controversia constitucional” entre dos poderes, el Legislativo y el Ejecutivo. “Dado que las controversias constitucionales son conflictos de carácter jurídico...Banamex no es parte o sujeto de la misma, por lo que no tenemos opinión al respecto... encontramos coincidencias en la explicación... que Hacienda hizo patente… sobre la participación que algunos gobiernos extranjeros tienen en diferentes instituciones financieras...”
Fuentes cercanas a Citi, que pese a sus monumentales pérdidas sigue ocupando el primer ranking mundial en clientes (200 millones) y sucursales (16,000), reiteraron su tajante rechazo a los “rumores infundados” sobre la venta de activos de Banamex. “Citi no piensa, no quiere y no necesita vender Banamex, como lo han repetido, en público y en privado, sus principales ejecutivos. Citi va a pagar, quizá antes de la fecha pactada a finales de 2010. Para ello necesita sus negocios en los mercados emergentes, de los que México, con Banamex, es indispensable”.
Desde hace varias semanas corre la versión de que el banco está ansioso de devolverle al Tesoro su dinero, “para acabar con el estigma de inválido protegido”. Fuentes en esta ciudad confirmaron que Citi inició conversaciones con el Tesoro sobre cómo vender sus millones de acciones en el banco. Una opción, dijeron, es la oferta accionaria de varios miles de millones de dólares a través de la cual el banco emitiría nuevas acciones al público, mientras que el Tesoro vendería, si no todas, sí parte de su inversión.
Como si la presión interna no fuera suficiente, el príncipe Alwaleed bin Talal de Arabia Saudita, también dueño de un porcentaje de acciones, recientemente pidió al gobierno de EU salirse de Citi, “entre más pronto mejor”. El monarca considera que la única forma de recuperar la confianza de los inversionistas es reprivatizando a Citi. A este paso, es probable que el Tesoro primero liquide su participación a que la Suprema Corte se pronuncie sobre la “controversia constitucional” que indirectamente atañe a Banamex.
HACIENDO VOTOS
Hubo consenso entre las calificadoras, las mismas que contribuyeron al peor descalabro financiero de la historia con sus cuentas alegres, de que detrás de la decisión de Felipe Calderón de liquidar a Luz y Fuerza está su desmedido interés por mejorar la posición fiscal del país en medio de pronósticos negativos sobre su deuda soberana de Standard & Poor’s y Fitch Rating.
Los analistas no descartan que las medidas que está tomando Calderón, desde el alza de impuestos hasta el cierre de secretarías y ahora la liquidación de Luz y Fuerza, sean para complacer a las calificadoras extranjeras. Sabido es que uno de los obstáculos históricos a la inversión nacional y foránea es la falta de competitividad, debido al control monopólico privado y estatal de sectores estratégicos. ¿Habrán pedido las calificadoras la toma de la empresa estatal?
INVERSIONES GOLONDRINAS
Aunque el gobierno mexicano no quiera admitirlo, la inversión extranjera se está yendo de México. De acuerdo con datos inéditos del gobierno de EU, entre 2003 y 2009 el número de empresas estadounidenses con operaciones en México cayó de 2,600 a 1,800, mientras que la participación de EU en la inversión extranjera directa total bajó de 60% a 47%. Con un crecimiento negativo de 7% en 2009, peor que en la crisis de 1994-1995, y con niveles de violencia dignos de una guerra, México es hoy uno de los países menos atractivos de Latinoamérica.
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