Y cuando en eso estaban, subiendo y bajando de la tribuna uno y otro, el priista oaxaqueño Héctor Pablo Ramírez Puga alzó su voz desde su curul para cuestionarles:
-Quiero decirles a los dos diputados federales, del PAN y del PT, que si con esas graves diferencias todavía quieren hacer alianzas en Oaxaca y Guerrero…, ¡que pena nos dan!
Risas y festejos por el Bronx priista. Pero Corral no la dejó pasar. Respondió al de Miahuatlán:
-A nosotros, el debate casi personalizado con el diputado Noroña no nos va a hacer perder la visión de lo que tenemos que reconstituir en Oaxaca. En Oaxaca vamos a hacer una convocatoria, lo más amplia posible, no sólo con el PRD sino con todas las fuerzas políticas y sociales de Oaxaca, para que rescate y recupere de uno de los peores autoritarismos, y quizás de uno de los peores rostros de su partido en un gobierno estatal, al gobierno de esa entidad. Vamos a ir a recuperar Oaxaca de la pobreza, de la corrupción, del autoritarismo, del cinismo político…
Carcajadas, gritos y rechiflas se alzaron desde el ala priista. Omar Fayad pidió la palabra y le soltó al del blanquiazul:
-Primero, ¿no cree que lo que dijo sobre Oaxaca se llama “prostitución política”. Segundo, ¿cómo piensan recuperar Oaxaca si no pueden recuperar a México de cómo se los dejó Vicente Fox?
La algarabía se levantaba en el recinto de San Lázaro. Javier Corral alegó:
-Si las coaliciones electorales entre partido políticos en México son prostitución, le recuerdo que ustedes acaban de salir de una julio pasado. Si las coaliciones electorales entre partidos diferentes es un acto de prostitución política, su partido no las hubiera incorporado en la legislación electoral.
“No, señor diputado Fayad –siguió–, Oaxaca es una parte del país que le duele a México. Sé que le va a doler que fuerzas tan disímbolas podamos empezar a construir un campo de neutralidad… Yo me voy a empeñar en apoyar ese campo de coincidencia, un campo de visión de futuro en Oaxaca. Sé que le va a poder porque va a ser un giro de un cambio de vida en el país. Va avenir por Oaxaca un rescate fundamental en el rescate de la democracia”.
Los priistas volvían a la rechifla, a las carcajadas en el pleno. César Augusto Santiago, que seguía el debate con los brazos cruzados y recargado en su curul, subió entonces a la tribuna:
-Acabo de escuchar al diputado Corral en una improvisada convocatoria a rescatar Oaxaca de la pobreza. Yo les digo a todos ustedes que falta muy poco para que vean el debate que va a seguir cómo han rescatado a México de la pobreza… Si esa es la forma en que pretenden rescatar Oaxaca, voy a decirlo en términos panistas, ¡Dios nos libre!
“Vamos a escuchar al secretario (Ernesto Cordero) –siguió el chiapaneco del PRI–, vamos a ver cómo rescatan al país de la pobreza. Después de eso escuchemos una vez más la convocatoria a reconstituir zonas del país donde sólo se justifica por un…¡oportunismo desesperado!
“En Oaxaca, señores y señores, va a ganar el PRI otra vez, como ganamos las diputaciones locales, como ganamos las diputaciones federales. Dudo mucho que la prédica del diputado Corral rescate a Oaxaca que, de suyo, está sólidamente trabajando sin necesidad de estas convocatorias de última hora.”
El Bronx oaxaqueño festejaba a su compañero de partido. Francisco Rojas, en su curul, seguía perplejo el debate. Del lado del PAN, Josefina Vázquez Mota ni se inmutaba. Petistas y perredistas simplemente sonreían, y Porfirio Muñoz Ledo decidía dejar al PAN y al PRI trenzarse entre ellos en este debate inesperado. Prefería ocuparse de lo que vendría después: la comparecencia del secretario de Desarrollo Social, del hombre que Felipe Calderón está proyectando hacia la candidatura presidencial del blanquiazul.
Mientras tanto, en la tribuna, César Augusto Santiago y Javier Corral seguían discutiendo. Del tema de Oaxaca saltaron al de los poderes fácticos, al del policía bueno y malo, a si eran progresistas o no, a si eran congruentes con sus dichos y sus hechos. El Presidente de la Mesa Directiva, Francisco Ramírez Acuña, ya no hallaba cómo para aquello. Pasaban de las doce del día y Cordero aún no podía comparecer.
Pero el ambiente en el salón de plenos de San Lázaro estaba más animado que nunca. Y mientras el panista y el priista se pegaban hasta con la cubeta, otros priistas –sumados con perredistas—organizaban las mantas que alzarían ante el titular de Sedesol apenas comenzara a hablar: “¡No más impuestos!”
Martha Anaya
Via : Eje Central
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