La Estela de Luz, sin la Plaza del Bicentenario
Foto: Eduardo Miranda
El arquitecto César Pérez Becerril, quien con su Estela de Luz ganó el concurso conmemorativo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución en 2010, y que está próximo a inaugurarse (un año y tres meses después de lo previsto), no se explica por qué aumentó el presupuesto si su proyecto se redujo 85% y le fue abortada inexplicablemente la plaza que cumpliría varias funciones significativas. “Se burlaron del presidente y de la historia del país”, explica.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- La pregunta que esparce el arquitecto César Pérez Becerril (encargado del despacho que ganó el Proyecto Monumento Conmemorativo del Bicentenario de la Independencia a través de un concurso público) es: ¿Por qué subió el presupuesto de la Estela de Luz a más de mil millones de pesos (mil 36 millones 460 mil) cuando quedó en menos de 15% de las 3 hectáreas que abarcaba la idea original con un costo de 400 millones de pesos?
La Estela de Luz, el proyecto con el que el gobierno federal celebró el Bicentenario de la Independencia, debió ser inaugurada hace un año tres meses y quedaría como el monumento emblemático de este sexenio, pero se truncó por la corrupción y las anomalías de construcción y tipo administrativo que ha padecido. Detrás de todo están III Servicios (filial de Pemex y encargada de la obra), la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
Según III Servicios, dejó lista la construcción y el 31 la entregó a Banjercito, “sólo dependerá de la agenda del presidente para señalar el día de la inauguración”. Pero no hubo el mayor ruido al respecto. No fue presentada por Felipe Calderón el 31 de diciembre como se había informado. Hasta el cierre de esta edición, se desconocía la fecha oficial de su apertura.
Pero el pasado 17 de diciembre, a las 14:46 horas, en su cuenta de twitter Calderón mostró una foto del monumento conmemorativo y escribó:
“La Estela de Luz, en el momento de la colocación del último panel de cuarzo.”
Luego, a partir del 20 de diciembre, varios diarios nacionales anunciaban la inauguración, sin citar una fuente, el jueves 5, y que habría un segundo acto tres días después, el domingo 8.
No obstante, el Diario Oficial de la Federación publicó el 22 del mes pasado que se retiraron del servicio del Gobierno del Distrito Federal los 4 mil 662.77 metros cuadrados que rodean a la Estela de Luz porque serán responsabilidad de la SEP, a través de Conaculta, donde se llevarán a cabo actividades culturales.
En tanto, Ignacio López, actual director de III Servicios, declaraba a los medios que iba a demandar a Pérez Becerril por “daños ocasionados” a la empresa que representa, “porque el arquitecto fue el principal responsable de que los costos de la estela se elevarán al entregar incompleto el proyecto ejecutivo. No descartó además hacer lo mismo contra el INEHRM.
Pérez Becerril, a su vez, afirma a Proceso que está a la espera de que lo haga para sacar con detalle toda la verdad.
La construcción de dos columnas de 104 metros de altura y una plaza en Paseo de la Reforma y Lieja se inició el 22 de septiembre de 2009, y enseguida comenzaron los conflictos. Su autor percibió problemas de corrupción (Proceso 1812). Juan Alberto Bravo Hernández, quien entonces era responsable del monumento en III Servicios, ya había laborado para Gutiérrez Cortina Infraestructura (Gutsa) y debía invitar a cuando menos tres empresas a concursar para construir el proyecto, pero la ganadora, casualmente, fue Gutsa, que estaba inhabilitada por la Secretaría de la Función Pública (SFP) por incumplimiento de contratos en obras de la Autopista del Sol.
Pérez Becerril pidió en 2010 que la SFP realizara auditorías, por lo que despidieron a Bravo Hernández y al entonces director de III Servicios, Agustín Castro, junto con otros 25 trabajadores. Al entrar Ignacio López como director de iii Servicios, Pérez Becerril le entregó toda la documentación, y luego a éste le negó la entrada a la obra.
Hacia julio de 2011, el arquitecto dio a conocer que Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública, lo presionaba para que no revelara la corrupción del proyecto. Lujambio negó todo a Proceso. En tanto, Pérez Becerril llevó, junto con el diputado del Partido Verde, Pablo Escudero, la documentación a la Auditoría Superior de la Federación. Y el Colegio de Arquitectos avaló la estela del arquitecto.
El pasado 13 de diciembre la SFP inhabilitó por 12 años para ocupar cualquier empleo en el gobierno federal al exdirector general de iii Servicios, Agustín Castro Benítez, por irregularidades en la construcción de la Estela de Luz; por un año al exgerente de administración y finanzas, Ricardo Morales, y al exgerente jurídico de dicha instancia, Rubén Arenal, además de que citó a proceso de responsabilidad administrativa a quienes formaron parte del Comité de Obras Públicas. Se trata de 10 personas.
Una rampa
El monumento ha sido terminado, pero con modificaciones. Pérez Becerril denuncia en entrevista que pusieron un rampa porque según ellos el proyecto no cumplía con un área para discapacitados, “pero no dijeron que mi proyecto tenía considerados elevadores para esas personas y de la tercera edad, con las dimensiones máximas para que pudieran entrar y salir con holgura y acceder a los diferentes niveles de este espacio”.
Explica que el segundo sótano, donde se recordaría a la tercera parte de la población que dio su vida para tener un país libre con una posibilidad de un futuro mejor, iba recubierto de obsidiana, pero pusieron tabla roca.
“La concepción de esta área la transformaron porque también la redujeron”, notifica.
De nuevo le surge el interrogante:
“¿Por qué subió el presupuesto a más de mil millones de pesos si ya no hay obsidiana y se redujo este espacio, dónde está ese dinero?”
–¿Qué opina de esa rampa?
–Imaginemos la subida de más de 150 metros lineales de una rampa para un minusválido en silla de ruedas o muletas, cuando propuse elevadores. Bueno, también quitaron un muro donde existiría un mensaje conmemorativo a las 62 lenguas indígenas que se hablan en el país.
Habla de que cambiaron las escalinatas que completan el foro para actividades artísticas y culturales, y que funcionarían como asientos:
“Eran de 60 metros de longitud, de granito macizo para que duraran más de 200 años; las redujeron a la mitad, a 33 metros de longitud, y las construyeron de placas.”
Pérez Becerril recalca que todo abarcaba tres hectáreas, 30 mil metros cuadrados, pero abolieron la Plaza del Bicentenario sobre el Circuito Interior, “donde integrábamos una zona arbolada, reorganizábamos lo que es la rampa de los microbuses e integrábamos el Museo de Arte Moderno… ahora sólo quedó, bueno, ni 15% del proyecto original.”
Incluso la gente no caminaría por la vía vehicular, sino por la Plaza Bicentenario, y se recuperaban las aguas en la temporada de lluvia:
“Éstas se purifican y salían juegos de agua pura, evitando que los niños se enfermaran; éstos iban a tener un sistema de iluminación. ¡Iba a ser la fuente más grande de México!”
La Plaza Bicentenario mediría dos hectáreas de las tres en total del proyecto.
De la reducción a 15% donde se creó la Estela de Luz, opina tajante:
“Se burlaron del presidente, de la sociedad mexicana y, más allá, de la historia de este país.”
Para mediados de enero el Colegio Mexicano de Ingenieros Civiles presentará en la Cámara de Diputados un dictamen a favor del proyecto de Pérez Becerril.
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