miércoles, 21 de diciembre de 2011

La invasión china - Enrique Quintana

REFORMA

COORDENADAS, Enrique Quintana

Ya son 10 años de que China es parte de la OMC y en esta década ha cambiado al mundo

Las exportaciones de China al resto de naciones se han cuadruplicado en esta década. Esta nación es ya el primer exportador del orbe y el segundo importador global.

No se trata solamente de un cambio macroeconómico. La presencia de los productos chinos en el mundo han significado que muchas empresas hayan sido desplazadas, que muchos empleos se hayan perdido en naciones como México.

Al mismo tiempo, las importaciones de China también han representado una extraordinaria oportunidad para muchos, desafortunadamente para pocos en México.

Una encuesta, por ejemplo, señala que el 61 por ciento de los estadounidenses cree que la expansión económica china de los últimos años ha sido mala para ellos, mientras que sólo el 15 por ciento piensa que ha sido buena.

Si se hiciera un ejercicio parecido en México, las proporciones serían semejantes, o incluso podría haber una proporción mayor de quienes piensan que la mala fortuna de muchas empresas del País tiene que ver con China.

Y si se ven los números del comercio exterior con ese país, se pueden explicar esas percepciones.

En el pasado mes de octubre, importamos de China 4 mil 722 millones de dólares. En octubre de 2001, poco antes de su ingreso a la OMC, la cifra era de 474 millones de dólares, es decir, casi se multiplicaron en 10 veces, más del doble que el ritmo de crecimiento hacia el conjunto del mundo.

Esto significa una tasa anual media de 23 por ciento.

Hace una década, aproximadamente 3 centavos de cada dólar que México desembolsaba en importaciones se iba a China. Hoy son 15.5 centavos por cada dólar. La proporción se disparó en más de 5 veces.

Y para ver la terrible asimetría constatamos que las exportaciones mexicanas hacia China fueron de 34 millones de dólares en octubre de 2001 y llegaron a 438 millones en el mismo mes de este año.

Aunque pareciera que el crecimiento es explosivo, pues es de 12 veces en una década, parte de una base tan pequeña, que hace que las exportaciones de China a nuestro País superen en casi 11 veces las de México hacia aquella nación.

Hay muchas críticas a la estrategia china. Algunos piensan que hay comercio desleal, pues con frecuencia el valor al que se venden algunos productos es inferior al simple costo de sus materias primas.

O bien, hay quienes consideran que la manipulación del tipo de cambio, para impedir que el yuan se aprecie a pesar de la llegada masiva de divisas a esa nación, es determinante de un comercio desventajoso para los demás.

Es probable que muchas de estas críticas tengan razón y también lo es que México debiera haber hecho más en el pasado para defenderse.

Pero, sin duda, el problema principal con el que nos enfrentamos es que carecemos de una estrategia global para hacerle frente a este cambio que ha hecho que el mundo sea diferente.

Ojalá que dentro de 10 años no vayamos a seguir reseñando la imparable invasión de los productos chinos en México, mientras que aquí seguimos con incursiones tímidas que no tienen ningún impacto general en la que va a ser pronto, sin duda, la economía más grande del mundo.

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