domingo, 4 de diciembre de 2011

Detectan en ADN tóxicos de autos


contaminación
El automóvil es el principal responsable de la mala calidad del aire en el DF, cuyo parque vehicular supera los 4 millones de unidades.
Foto: Archivo



Realiza UNAM estudios en sangre de capitalinos y encuentra sustancias producidas por la combustión de automóviles que pueden causar cáncer

Mirtha Hernández

Distrito Federal (4 diciembre 2011).- Los capitalinos están expuestos todo el año a la contaminación del aire, pero durante el otoño e invierno respiran más compuestos como los hidrocarburos aromáticos policíclicos que son producidos principalmente por la combustión de los automóviles, y pueden causar cáncer.

Así lo revela un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cual precisa que en esta época la presencia de dichos contaminantes en la sangre de cualquier capitalino es similar al que registran personas que pasan muchas horas en la vía pública, como policías o ambulantes.

"Se presentan más en esta época porque aumentan las inversiones térmicas, las partículas se quedan más tiempo suspendidas, a diferencia de la temporada de lluvias en la que se limpia, lava la atmósfera.

"En esta época tenemos más policíclicos porque aumenta la circulación, en la Navidad todo mundo anda en la calle, y con el frío vienen las inversiones térmicas que hace que los contaminantes se queden sobre la ciudad", explicó María Eugenia Gonsebatt, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.

La académica dirigió un estudio efectuado entre 92 capitalinos voluntarios, no fumadores, de entre 20 y 30 años, a quienes se les tomó una muestra de sangre en la temporada de lluvias o verano y posteriormente, en otoño-invierno, para determinar la presencia de estos contaminantes en el ácido desoxirribonucleico (ADN)

"(Los estudios) indican que hay más de estos hidrocarburos en invierno que en verano (algo que ya sospechábamos), que estas sustancias están en el aire, la estamos respirando y que puede formar aductos, lo cual representa un riesgo para desarrollar cáncer.

"Por ejemplo, en los fumadores, se ha demostrado que tienen más aductos que las personas que no fuman. Estos aductos inducen mutaciones en el ADN asociadas con el desarrollo de cáncer", agregó la especialista del Departamento de Medicina Genómica y Toxicológica Ambiental de la UNAM.

El estudio se realizó en colaboración con investigadores del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos- quienes desarrollaron un anticuerpo para detectar el benzo(a) pireno unido al ADN, uno de los hidrocarburos aromáticos policíclicos más estudiados.

La relevancia del estudio, subrayó Gonsebatt, consiste en mostrar el impacto que estos compuestos químicos tienen en los humanos.

También, su presencia en adultos jóvenes, quienes tendrán exposición a estos compuestos por varios años, lo que podría derivar en un problema de salud pública.

"Tenemos niveles similares a los que se han encontrado en gente de otros países que está en la vía pública, pero estas personas (los capitalinos) pasan la mayoría del tiempo en espacios cerrados", agregó la especialista.

Llamó a que el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México incluya la medición de estos compuestos y se disminuyan las fuentes de emisión a partir de mantener medidas como la verificación de los automóviles.

"La RAMA da información de la cantidad de partículas que se emiten, pero no de policíclicos aromáticos y sería muy importante determinar los niveles de estos compuestos. Se ha mejorado el parque vehicular, el monitoreo ambiental ha permitido disminuir las inversiones térmicas, pero ésta tiene que ser una batalla, una tarea constante", agregó la investigadora.

Eligen a 92 de 500

Para realizar el estudio del impacto de los hidrocarburos aromáticos policíclicos en la salud de los habitantes del DF, investigadores de la UNAM entrevistaron a cerca de 500 personas y de ellas sólo eligieron a 92.

Tras explicar los objetivos del estudio, se evaluó que los voluntarios no fueran fumadores y que no convivieran o pasaran mucho tiempo al lado de fumadores.

"Nos tenían que donar una muestra de sangre y de orina para ver si no eran fumadores y el muestreo se hizo dos veces al año.

"Se les preguntó su edad, dónde vivían, a qué cosas estaban expuestos, qué tipo de alimentos consumían, si habían tenido radiografías, si habían salido del DF y si habían vivido aquí en los últimos 6 meses".

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