Peña Nieto ha tenido dos expresiones recientes sobre petróleo: al periódico inglés Financial Times y en la “Cumbre de Negocios” en Querétaro.
El Financial Times aplaudió que el primer posicionado en la carrera presidencial propusiera abrir el sector petrolero a la inversión privada. Peña declaró: “México ha sido prisionero de la ideología, entorpeciendo el desarrollo del sector energético” y dijo que por tanto deben estudiarse mecanismos para liberalizar el sector que garanticen, por un lado, la propiedad del Estado y, por otro, el mayor involucramiento del sector privado.
Extraordinarios comentarios, subraya el periódico, dadas las actitudes dominantes en México, donde el partido de Peña nacionalizó el petróleo manteniendo a Pemex como productor único y la Constitución prohíbe contratos de riesgo con terceros.
En Querétaro Peña insistió en la “necesidad de ser audaces (...) de deponer posiciones ideológicas”, puesto que una acción necesaria para revertir el estancamiento del país, es abrir Pemex al capital privado, haciéndolo más rentable, palanca del crecimiento.
Peña Nieto compartió el foro con el ex embajador norteamericano Davidow, coincidiendo en visiones, éste nos instruyó a abandonar el “tabú” del petróleo.
Liberarnos de la prisión ideológica para abrir Pemex es una posición ideológica, de derecha, de las hegemonías extranjeras que desde la expropiación nos presionan. No lo festeja desinteresadamente el Financial Times; giro histórico recalcan, viniendo de un miembro del partido que expropio el petróleo. Tampoco sorprende su coincidencia con Davidow, cuya tarea de zapa contra nuestra ideología nacionalista es pertinaz.
Decir que no avanzamos más en Pemex por impedir inversión privada, que lo haría más rentable, es ignorar las causas de su situación, tan es rentable que sostiene la mitad del presupuesto nacional, pese a ser despojado de sus recursos para no cobrar impuestos a empresas privilegiadas. Es, en efecto, una de las empresas más importantes del mundo, como lo subraya ese diario, por eso se frota las manos ante la promesa de Peña.
Olvida el precandidato que el petróleo es estratégico, por eso la ley reserva su explotación al Estado. La inversión que propone sería extranjera, para fines estratégicos de sus países, vulnerando nuestra seguridad energética. Pemex no necesita inversión privada, necesita que le dejen sus recursos para mantenerse al nivel de las mejores del mundo. Nuestros recursos petrolíferos y humanos son más que suficientes. Se ignora que los extranjeros están ya aquí, pero intentan eliminar todo estorbo a su explotación que quieren irrestricta. Peña se hace eco de estas pretensiones.
El estancamiento del país, que se pretende atacar con la apertura de Pemex, se debe al modelo económico que, entre otras cosas, busca el dominio del capital extranjero sin políticas propias, lo que agravaría su penetración en Pemex al transferirle ganancias y poder.
Peña provocó a sus competidores. Beltrones declaró: Pemex necesita modernizarse, no privatizarse, la Reforma Energética de 2008 permite involucrar al sector privado sin perder propiedad. El presidente de la Fundación Colosio, asistente de Beltrones, estima que el tema se discutirá en la campaña, algunos consideran suficiente la Reforma Energética. Comentarios interesados, Beltrones aliado a Calderón, presentó la Iniciativa de Reforma aprobada, que supuestamente mejoraba la de aquél, reforma inconstitucional, desnacionalizadora y privatizadora que abrió la puerta a las transnacionales expropiadas en 1938.
Liberarse de la ideología es el problema del PRI, dominado por una cúpula “pragmática”, que obedece únicamente a sus intereses, anulando los valores definitorios, el nacionalismo y la justicia social, convirtiendo al PRI en corresponsable del desastre nacional. La ideología es lo que une a los miembros de un partido, que sin ideología es sólo una pandilla, dictadura oligárquica.
Ex secretario de Estado
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