martes, 22 de noviembre de 2011

Aliados incómodos - Por Alberto Aguirre

Alberto Aguirre

La negociación política que derivó en el convenio de coalición parcial suscrito por el PRI con Nueva Alianza y el Partido Verde estuvo dirigida por los diputados Jesús Alcántara Núñez y Salomón Rosas quien, además de ser uno de los beneficiados de las diputadas juanitas -cuya irrupción caracterizó, de mala manera a la LXI Legislatura del Congreso de la Unión- es uno de los cuadros elbistas incrustados en la estructura tricolor.

De origen potosino, abogado de profesión, fue el representante legal de Tomás Vázquez Vigil, quien entre 1998 y el 2001 estuvo al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Antes de ese cargo, el legislador acompañó a su jefe en el trienio que fungió como titular de la delegación Coyoacán en el Distrito Federal.

Enrique Salomón Rosas Ramírez en aquellos años estuvo como Director Jurídico y de Gobierno. Era el jefe de Luis Castro Obregón, entonces a cargo de la Dirección de Cultura y Desarrollo Social. Ahora trabaja como Presidente de la Junta Ejecutiva del partido del magisterio.

Alcántara Núñez, por su parte, pertenece a una de las familias más acaudaladas del Estado de México -es homónimo de un extinto dirigente cetemista y socio del emporio que controla ETN, Omnibus de México y Herradura de Plata, además de otras empresas transportistas- y fue parte del gabinete de Enrique Peña Nieto en los primeros años de su sexenio como Gobernador.

Entonces trabajaba junto con Juan José Guerra Abud, quien era Secretario de Desarrollo Económico mexiquense y ahora es Diputado federal por el Partido Verde.

Aunque resulte obvio, hay que decirlo: la arquitectura de la coalición Compromiso por México busca crear una bancada peñista en la próxima Legislatura federal al margen de los sellos partidistas. Para el Senado, por ejemplo, Guerra Abud iría en el segundo lugar de la fórmula que se inscribiría en el Estado de México. A la cabeza -de acuerdo con fuentes cercanas a la dirigencia que (aún) encabeza Humberto Moreira Valdés- iría Emilio Chuayffet Chemor.

Raro sería que los peñistas no llevaran mano en la incubadora del Grupo Atlacomulco. En otras entidades donde se materializa esta rara condición, el PVEM vuelve a salir beneficiado: en Jalisco, por ejemplo, los ecologistas llevarán el primer lugar de los candidatos de la fórmula. Y si todo sale conforme lo planeado, bien podrían postular a Héctor Vielma Ordoñez, quien actualmente es Presidente municipal de Zapopan y aspira a ser candidato a la gubernatura, aunque esa nominación parece tenerla segura el diputado federal Arturo Zamora.

El mismo caso podría ocurrir en Zacatecas, donde el PVEM obtuvo la primera posición de la lista de candidatos al Senado. Esa nominación podría recaer en el actual alcalde de la capital, Arnoldo Rodríguez Reyes, otro peñista que competiría con la cachucha ambientalista.

En el Distrito Federal, si La Maestra Elba Esther Gordillo lo permite, el primer lugar de la fórmula al Senado podría ser ocupado por el empresario Emiliano Alberto Cinta, quien hace seis años era el Secretario General de Nueva Alianza.

En Sinaloa, los dos lugares podrían ser para el exalcalde de Culiacán, Jesús Vizcarra, y para Fernando González, actual subsecretario de Educación Básica en el gobierno federal.

Cosa curiosa: Miguel Ángel Jiménez Godínez -quien fuera el primer Presidente del partido neoaliancista aunque renunció a esa filiación, igual que Cinta- podría ser nominado en el segundo lugar de la fórmula en Puebla. Es él o el actual líder neoaliancista en aquella entidad: Gerardo Islas.

A este cuarteto se sumarían Mónica Arriola Gordillo, para quien estaría asegurada la primera posición en la fórmula que se inscribirá en Chiapas; Cora Cecilia Pineda Alonso y Emilio González, el exgobernador de Nayarit, que desesperadamente busca fuero.

Para el PRI, el costo de ceder tantos espacios puede resultar elevado. En Quintana Roo, por ejemplo, la repulsa a Jorge Emilio González -El Niño Verde- está a punto de causar una escisión en las filas partidistas. Y el gobernador Roberto Borge está dispuesto a apoyar a las bases partidistas, lastimadas por las imposiciones del CEN priísta.

En Chiapas, haber asegurado una posición de privilegio para la hija consentida de Elba Esther provocó el disgusto de los liderazgos locales, que hablan de una coalición… pero con el PRD. Y en Puebla también hay rumores de éxodo. Todo por complacer a los aliados incómodos.

EFECTOS SECUNDARIOS

SPARRING. En vísperas de la definición del proceso de selección del candidato del PRI a la Presidencia, la cúpula tricolor, que encabeza Humberto Moreira, ya cuenta con un plan alternativo, en caso de que el senador Manlio Fabio Beltrones decida no presentarse como precandidato: un exgobernador solicitaría su inscripción a la contienda interna. ¿Sus iniciales? Manuel Ángel Núñez Soto.

EN CIERNES. Con Alejandro Poiré instalado en el Palacio de Covián y con pleno control de la política interior, el presidente Felipe Calderón Hinojosa se enfila hacia un nuevo ajuste en el gabinete. Algunos integrantes del equipo presidencial -Javier Lozano Alarcón y Salvador Casillas son los ejemplos más contundentes- dejarán sus cargos para irse a conseguir votos. Otros, como Alonso Lujambio y Heriberto Félix Guerra se irán por causas de fuerza mayor.

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