Sólo la Presidencia de la República se ha mantenido sin cambios, siendo, en la era de la pluralidad, la misma presidencia autoritaria y hegemónica que, nos habían dicho, debía cambiar.
1. Discurso pendular.
Sin duda con un fuerte énfasis mediático y electoral, los mensajes presidenciales en los últimos días han estado cargados de reproches y elusión de responsabilidades. Analizados de manera somera, podría concluirse que el gobierno federal ha estado realizando lo adecuado y son la sociedad, los partidos, el Congreso, los otros niveles de gobierno y hasta el exterior los responsables de que las cosas no les salgan bien.
El discurso viene a ser la otra cara de lo que hace dos años, tras el secuestro y asesinato de su hijo, le diría Alejandro Martí a los gobernantes; “si no pueden, renuncien”.
Ahora, el presidente Calderón le espetó a 300 integrantes de la organización Líderes Mexicanos, que si no les gusta, pues se vuelvan gobernantes. Este discurso intolerante y antidemocrático en realidad revela el malestar de un gobernante que cree, quizá hasta sinceramente, que ha hecho bien las cosas y que se da cuenta que la realidad no le responde, no se comporta como él había previsto.
En todo el mundo, una situación así sería impensable. El discurso requiere guardar una conexión estrecha con la realidad, sea para entenderla y proponer soluciones; sea para interpretarla y buscar convencer, en busca de apoyos. Pero ese lenguaje de “si no les gusta, háganlo ustedes” es inusual, propio del cansancio o de la tensión interior que, también se sabe, está surgiendo entre las fuerzas armadas respecto de la manera en que el gobierno está enfrentando los problemas.
De ahí que la única conexión observable en el discurso presidencial sea, precisamente, con el discurso de las Fuerzas Armadas pronunciado en la ceremonia conmemorativa de la gesta de los Niños Héroes. Ahí, la cadete sargento segundo Evelin Zarate Blanco, imbuida de disciplina militar, cuestionó a los escépticos que no creen que las cosas estén bien, pues “el derecho a la salud, educación, vivienda y alimentación son logros inéditos a ponderar, ya que nunca antes hubo tantas escuelas, hospitales, carreteras, fábricas, viviendas y espacios deportivos como hoy”.
Previamente, el general Secretario de la Defensa Nacional urgió al Congreso a aprobar la Ley de Seguridad Nacional, buscando el marco legal que permita a las Fuerzas Armadas actuar como lo han hecho hasta el momento, fuera de los cuarteles en tiempos de paz, constituyendo la verdadera línea de defensa en la cruenta guerra del narco. Lo que inquieta a los militares es que, en las postrimerías del sexenio, el tema se quede sin legislar y surjan “comisiones de la verdad” o más denuncias de presunta violación a los derechos humanos que sienten en el banquillo de los acusados a las Fuerzas Armadas, que dicho sea de paso, han hecho su labor en medio de las más difíciles circunstancias, conteniendo y combatiendo a un ejército irregular de sicarios armados hasta los dientes.
En realidad, el discurso cargado de sarcasmo e ironía sólo ha mostrado de qué manera la precaria situación legal en que actúan las Fuerzas Armadas puede llegar a ser un problema mayor, de no aprobarse la minuta de reformas a la Ley de Seguridad Nacional que regularice las actividades militares en la seguridad interior.
En todo caso, no deberá dejarse de lado que, para los visitadores de la ONU en materia de Derechos Humanos, incluido el célebre juez español Baltasar Garzón, quien recientemente estuviera en México, regularizar las acciones militares no implica olvidar las denuncias de presuntas violaciones a los derechos humanos, sino en todo caso, revisar y resolver las denuncias en el fuero civil, como lo ha señalado la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en apego a los compromisos firmados por México en los tratados internacionales.
2. Gobierno de Coalición.
El senador Manlio Fabio Beltrones, con el respaldo de los líderes parlamentarios del PAN y el PRD en el Senado, José González Morfín y Carlos Navarrete Ruiz, respectivamente, presentó la iniciativa de reforma a la Constitución que haría posible la apertura de la institución presidencial, agregando a las facultades actuales de la Presidencia, la de optar por la integración de un gobierno de coalición, en caso de que las circunstancias electorales, políticas o económicas lo requirieran.
De esta forma, el titular del Ejecutivo Federal dispondría de dos motores para hacer funcionar el régimen presidencial. El primer motor son las atribuciones actuales que tiene para integrar gobierno, nombrar y remover libremente a los secretarios de Despacho y demás servidores públicos de la Administración Pública Federal y diseñar las programas y políticas públicas, proveyendo en la esfera administrativa lo necesario para la exacta observancia de las leyes. Esta circunstancia, que es limitativa cuando el Presidente de la República no posee una mayoría clara en el Congreso, se torna en fortaleza si cuenta con mayoría propia, como sucedió en los tiempos de un partido hegemónico.
Si no fuere el caso, como ha sucedido desde 1997, cuando el Presidente de la República no ha contado con mayoría congresional, de aprobarse la iniciativa en comento dispondría de un instrumento formidable para establecer una coalición política y agregarle respaldo legislativo al Gobierno Federal. Se encendería así el segundo motor de la democracia, que requeriría entonces de la ratificación del Gabinete por el Senado y el registro por las Cámaras de las políticas públicas convenidas por los partidos coaligantes para su seguimiento y observancia.
De igual forma, como contempla la iniciativa en comento, el Presidente de la República tendría voz en el Congreso, por sí o a través del Secretario de Gobernación, para presentar iniciativas, rendir informes o responder preguntas parlamentarias, mediando solicitud por escrito, invitación o requerimiento para ello. Esta facultad vendría a constreñir la situación actual, en la que prácticamente el Ejecutivo y el Legislativo no poseen atribuciones formales para dialogar e interactuar, llegando incluso al absurdo de la carencia de contactos formales y frecuentes entre ambos poderes.
Con dos motores, la Presidencia de la República se fortalece y al mismo tiempo entra en la era de la pluralidad. Teóricamente, esta posibilidad está sustentada, existe en los sistemas parlamentarios en donde el Poder Legislativo está investido de capacidades ejecutivas, vía el Primer Ministro en Inglaterra o bien, el Jefe de Gobierno en Francia. Acorde a la circunstancia mexicana, con una larga tradición presidencialista, el doble motor funcionaría dotando al Ejecutivo Federal de la capacidad de integrar un gobierno de coalición sólo en caso que careciera de mayoría propia, bien para enriquecer la legitimidad obtenida en las urnas, o bien simplemente para agregar respaldo legislativo al que hubiere obtenido.
Tras la alternancia política en el año 2000, muchas cosas han cambiado en México. Nuestro país es más plural, la sociedad es más exigente, las elecciones son muy competidas, la diversidad de partidos y opciones políticas es evidente. Sólo la Presidencia de la República se ha mantenido sin cambios, siendo, en la era de la pluralidad, la misma presidencia autoritaria y hegemónica que, nos habían dicho, debía cambiar. Ahora, parece ser, le ha llegado el momento de transformarse y abrirse a la democracia. Como bien diría el senador Beltrones al presentarla en el Senado, los mexicanos no deben temerle a la democracia ni a la política. Sin duda, muchas cosas podrán pasar, entre otras, que en el Senado se aprobara y en la Cámara de Diputados se empantanara, pero la iniciativa, sin duda, motiva el imaginario político para intentar sacar al país del empantanamiento y el rezago de la confrontación entre el Ejecutivo y el Legislativo propia de los gobiernos divididos.
3. Prolegómenos de la iniciativa de Gobierno de Coalición.
El proceso legislativo de la reforma del Estado puede ilustrar un poco sobre las posibilidades del diseño institucional apropiado. En el Senado, hubo diferentes iniciativas de reforma política, presentadas una por el Ejecutivo Federal y las demás, por las fuerzas parlamentarias representadas. Entre ellas, hubo propuestas relativas a la forma de gobierno, para buscar integrar una mayoría gobernante. Previamente, en el marco de la Ley para la Reforma del Estado, ya se habían revisado sin alcanzar el consenso suficiente, los proyectos de Jefe de Gabinete, esto es, un alto funcionario del Ejecutivo con capacidades para representar y hablar a nombre del Gobierno en el Congreso; y la de Jefe de Gobierno, que consiste en dividir las atribuciones presidenciales en dos partes, la Jefatura del Estado y la Jefatura de Gobierno, dejando esta última a la correlación de fuerzas que se demostrara en el Congreso.
Después, el Ejecutivo Federal propuso la segunda vuelta electoral; este mecanismo propicia que las dos candidaturas más votadas disputen una segunda final, lo que asegura una definición clara del vencedor, pero no necesariamente una capacidad de gobierno. Se propuso también el migrar hacia la forma pura de representación, lo que llevaría a un régimen parlamentario; y, entre ambas, el Grupo Parlamentario del PRI propuso la ratificación de integrantes de Gabinete como un mecanismo para incentivar el diálogo y los acuerdos que pudieran llevar a conformar una mayoría gobernante, al tiempo de asegurar que los más aptos y capaces estuvieran al frente de los despachos presidenciales. Al respecto, también en la Cámara Baja algunos diputados del PRI (tres, para ser más exacto) propusieron devolver a la Constitución la cláusula de gobernabilidad que por ahora sólo permanece para el caso del Distrito Federal, lo que permite a un gobierno tener mayoría legislativa automática, pero no necesariamente gobernabilidad (recuérdense los escándalos de los famosos “mayoriteos” cuando existió esta cláusula en el nivel federal).
De ahí que ahora, la fórmula Beltrones propuesta sea la del doble motor para la Presidencia de la República, que pudiera estar inaugurando, de aprobarse, una nueva era de la Presidencia democrática, con estabilidad política y mayor gobernabilidad.
4. Reforma política en reversa.
Sin embargo, la suerte de la reforma política podría ser indicativa del momento tan conservador que está viviendo la Cámara de Diputados. La minuta aprobada en el Senado incluía las llamadas “cartas ciudadanas” (candidatura independiente, iniciativa ciudadana y consulta popular en temas de trascendencia constitucional); la reelección legislativa y de munícipes en forma consecutiva para propiciar una mayor rendición de cuentas entre los funcionarios electos y los ciudadanos electores; la iniciativa preferente y reconducción presupuestal para dotar de nuevas capacidades al Ejecutivo ante el Legislativo, y el mecanismo de sustitución del Presidente de la República en caso de ausencia o incapacidad total, por ahora insuficientemente regulada en la Constitución.
Al momento, tras rehusar la convocatoria a un periodo extraordinario que ventilara ésta y otras reformas pendientes, finalmente las comisiones legislativas están entrando en materia y la de Puntos Constitucionales ha dictaminado sólo cuatro de los componentes de la Minuta del Senado, excluyendo la reelección legislativa y de munícipes de forma consecutiva, la reconducción presupuestal y el mecanismo de sustitución total del Presidente de la República en caso de ausencia o incapacidad total.
De esta forma, la reforma política estará trunca, ya de por sí limitada sin la reforma del régimen presidencial que, por fortuna, estará muy pronto corriendo por una pista diferente con la iniciativa Beltrones previamente comentada. Lo que los diputados están dictaminando, al parecer dominados por la preeminencia mexiquense, es muy similar a lo expuesto por el ahora ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña, en un artículo recientemente publicado en El Universal y que consideraba sólo las “cartas ciudadanas” más la iniciativa preferente, además de señalar que insistiría en la restitución de la antidemocrática cláusula de gobernabilidad.
La definición de un Estado eficaz no necesariamente pasa por la idea de un Estado democrático. Eficaces fueron los autoritarismos de antaño, como eficaces son todavía algunas dictaduras en el mundo, como la cubana, China, Vietnam o Corea del Norte. De no ampliarse los horizontes de la democracia y la política en el Estado, la idea de un Estado eficaz bien pudiera ser, otra vez, un camino corto hacia una restauración autoritaria; sólo el correcto funcionamiento de los pesos y contrapesos en la democracia puede prevenirlo.
5. Proyecto de Presupuesto Procíclico.
El tema que más ruido mediático y mayor atención legislativa habrá de concitar, es el de presentación y negociación del paquete económico para el 2012 que contiene la Iniciativa de Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación.
¿El V Informe de Gobierno habrá de servir de algo? Como no haya sido para ser la base de los reclamos del Gobierno Federal a la sociedad (“si no les gusta, háganlo ustedes”), el informe presidencial carece de relevancia: no sirve para saber cómo estamos como país, sino sólo para ver de qué manera el Gobierno Federal cree estar haciendo la tarea; no es una rendición de cuentas, pues en él hay una serie de mentiras con algunos elementos de verdad que, paradójicamente, nadie está revisando (cobertura de salud al 100%; más kilómetros de carreteras “construidos o modernizados” que nunca antes; generación de miles de empleos; vamos ganando en materia de seguridad pública, entre otros). Tampoco habrá de servir para ponderar las metas y objetivos que el Gobierno Federal presenta en el proyecto de ingreso y gasto público para 2012.
En las Cámaras, a partir de que el Ejecutivo Federal fue relevado de la obligación de acudir personalmente a la apertura del Congreso para pronunciar un mensaje debido a las situaciones de riesgo y encono que su presencia generaba, el informe presidencial ha caído en la intrascendencia. Concretamente, en el Senado los grupos políticos acordaron no citar a algún secretario a comparecer, con excepción de la cortesía a la titular de Relaciones Exteriores dado que es competencia exclusiva de la Cámara Alta. Por ende, no habrá glosa y las preguntas parlamentarias, poderoso instrumento de las democracias que en la nuestra nadie sabe utilizar, también podrían ser obviadas en esta ocasión. Esta situación muestra el porqué de la urgencia de que el titular del Ejecutivo Federal acuda al Congreso pero no a lucirse con menajes grandilocuentes, sino a rendir cuentas, en sesiones de control (se les denomina “sesiones del Gobierno” en otros Parlamentos) en donde pueda dar respuesta a preguntas e interpelaciones de manera directa con los representantes populares.
Si no se hace el ejercicio de rendición de cuentas, el análisis de una nueva propuesta financiera y presupuestal para el año próximo se debilita, pues no existe referente para comprender si las metas y objetivos plantados por el Gobierno Federal hacen sentido y son racionales. Por ejemplo, ¿de qué le sirve al ciudadano promedio que el precio del barril de petróleo esté alto o bajo? En realidad, de nada, pues es un ingreso extraordinario para el Gobierno Federal que éste dispone y gasta arbitrariamente, sin que signifique combustibles más baratos o menores impuestos.
Yendo a las cifras presentadas de manera preliminar por el Gobierno Federal, en cu molimiento de su obligación constitucional de entregar a más tardar el 8 de septiembre el proyecto presupuestario, es claro que el paquete contiene una visión inercial: el mismo presupuesto del año anterior, los mismos impuestos, los mismos rubros de gasto, con un incremento promedio del 6.08% que incluye inflación y algo más.
¿Por qué se dice que es “procíclico”? Porque en vez de anticipar el impacto que en todo el mundo está teniendo, otra vez, la volatilidad internacional y las crisis de deuda de los Estados Unidos y los países europeos, al igual que la postración de Japón, el presupuesto recorta rubros importantes del gasto y los reasigna a… seguridad pública, a la profundización de la guerra del narco. De esta forma, lo que más importa para mover el mercado interno, que son las participaciones a los Estados y Municipios, en total habrán de representar 985 mil 355 millones de pesos, el 27% del total del gasto (la suma de los ramos 33 “aportaciones federales para entidades federativas y municipios” y 28 “participaciones a Entidades Federativas y Municipios). En conjunto, el dinero para los Estados de la Federación tendrá una disminución de 0.5% respecto del año actual.
El siguiente rubro que importa, que es la inversión en infraestructura, ésta se reduce, por las secretarías de Agricultura verá disminuido su presupuesto en 16% (¿acaso no importa la producción de alimentos en una época en que los precios internacionales han crecido 25%?) y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes tendrá una reducción del 18% (quizá ello signifique muchos menos kilómetros de carreteras “construidas o modernizadas).
En cambio, en donde se revela la atención del Gobierno Federal no es en la producción o en la infraestructura, sino en la carrera armamentista que libra contra los narcos, por un lado, y entre la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública, por el otro. Sedena tendrá un incremento presupuestal del 11%, pasando de 50 mil a 55 mil 610 millones de pesos; por su parte, la SSP del ingeniero Genaro García Luna, el consentido del Presidente Calderón y del aspirante oficial, Ernesto Cordero, pasará a ejercer 40 mil 536 millones de pesos, 14% más de lo que ejercerá en 2011, cuyo presupuesto es de 35 mil 519 millones. La diferencia es que el Ejército Nacional tiene 220 mil elementos y es la primera línea de defensa y contención del narco y de cualquier otra amenaza a la seguridad nacional, incluidas las guerrillas, en tanto que los muchachos de García Luna son 36 mil elementos, mucho mejor pagados y con armamento sofisticado inclusive superior al que tiene el Ejército (a la SSP le entregan los Blackhawk, el equipo de la Plataforma México y los interceptores no tripulados Predator de la Iniciativa Mérida).
Conforme al balance de la guerra del narco, resulta difícil comprender cómo es que vamos ganando. No obstante la detención de 21 de los 34 capos publicitados por Genaro García Luna Productions, los ejércitos privados de sicarios parecen no mermar, están bien abastecidos de armas norteamericanas, trafican más droga que nunca y las ganancias millonarias en dólares se lavan impunemente en el sistema financiero norteamericano. Los entre 40 y 50 mil muertos y los miles de casos de violaciones y abusos contra los derechos humanos que documenta la CNDH habrán de quedar para su solventación posterior, conforme a las nuevas reglas asumidas por el Estado mexicano en materia de derechos humanos. No habrá fuero militar, los casos serán conocidos y resueltos por el fuero civil en los próximos meses o años. Las prioridades del gobierno federal parecen estar claras: más guerra y muerte, menos seguridad, menor crecimiento, menos inversión, debilitamiento del mercado interno y menor producción de alimentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario