Elliot Carver es un personaje ficticio de la serie de novelas de Ian Fleming que dio lugar a la saga cinematográfica sobre James Bond, el espía británico que con matrícula 007 tenía permiso para matar.
Carver aparece en la película El Mañana Nunca Muere, cuya sinopsis en Wikipedia lo ubica promoviendo “un estado de tensión entre Gran Bretaña y China, próximas a declararse la guerra. Carver busca crear noticias él mismo para que su nueva cadena de noticias sea la primera en ‘documentar’ el hecho y así ganar audiencia… (y) pide a sus demás secuaces seguir manipulando medios para seguir ganando popularidad: por ejemplo vender software con virus para que así el público compre el antivirus del mismo Carver; o la divulgación de un video del Presidente de Estados Unidos con su amante, si éste no derogaba la ley que subía las tarifas de TV por cable. Para Carver no hay mejor noticia que una mala noticia.”
En Inglaterra se especuló sobre el personaje inspirador de Fleming. Unos decían que era un retrato de Robert Maxwell quien, a partir del Daily Mirror erigió un emporio mediático. Otros, que era una caricatura del tycoon Rupert Murdoch, quien en las últimas semanas ha dado tanto de qué hablar.
Como Fleming, el autor de incontables best sellers Irving Wallace abordó el tema de la simbiosis manipulación periodística – sumisión de los políticos en su novela El Todopoderoso, donde el heredero Edward Armstead, quien ha vivido sojuzgado por su padre, decide competir con él fundando su propio diario, el Record –y haciendo suya a la mujer que fue amante de su progenitor–, e inventando primicias, merced a un grupo terrorista actuando directamente bajo sus órdenes.
De ficción o satíricas, ambas novelas serían costumbristas –como dicen respecto a la obra de Franz Kafka– de haber sido escritas en México por mexicanos.
Pero en nuestro país, más que los editores o aún los periodistas son los propios políticos quienes crean las primicias.
Son los políticos quienes espían.
Son los políticos quienes divulgan, ya no soterrada, ahora hasta abiertamente y sin tapujos, sus propias porquerías.
Y lo peor es que, excedidos de cinismo, carecen de la humildad –así y tal vez fingida– de un Murdoch que, ante un comité del Parlamento británico, externó un “I’m sorry”.
Caso paradigmático el de César Nava, quien en ese momento era marioneta partidista de Felipe Calderón –hoy ya desechado, como lo fue antes Germán Martínez–, al salir a los medios a exhibir, sin la mínima pudicia, grabaciones telefónicas del gobernador veracruzano Fidel Herrera Beltrán obtenidas ilegalmente.
¿Cometió algún delito quien ahora ya nada más es esposo de la cantante Patylú?
Por supuesto que sí. Y claro, no fue tocado ni con una foja de investigación judicial, ni mucho menos citado a explicar y hasta a expiar sus crímenes ante alguna comisión senatorial o diputadil, cuando menos. Delincuente exhibido con las manos en la masa preparada por Miguel Ángel Yunes Linares –él mantuvo espiado a Herrera Beltrán durante prácticamente todo el sexenio de éste–, Nava está libre pues nunca se hizo el menor caso a las denuncias sobre este acto de delincuencia organizada. Delincuencia organizada, sí, porque al menos fueron tres personajes quienes participaron en el ilícito: Calderón, su títere en turno, y por supuesto Yunes Linares.
Y ellos mismos soltaron a la jauría mediática. Comenzaron a cobrar lo que antes habían pagado –contratos publicitarios en aeropuertos, licitaciones amañadas para proveer análisis clínicos, subrogaciones médicas, construcción de clínicas y hospitales– y un medio, lo mismo que uno de sus locutores, hasta la fecha continúan haciendo de Herrera Beltrán el árbol caído del que sacan raja.
Un solo ejemplo. Pero son decenas. Muchos de ellos ya mencionados en espacios de colegas siempre bien informados.
Los “Carver” de aquí no son periodistas. Tampoco editores. Son políticos. O aprendices de políticos. Inventan las noticias. Pero eso sí, todos juntos, sacan provecho de ellas.
Índice Flamígero: La relación César Nava guión Miguel Ángel Yunes es prácticamente aérea. Y no por su volatilidad, sino porque en su calidad de presidente formal del CEN del PAN el primero usaba la aeronave del ISSSTE para la mayoría de sus giras en el interior y aún fuera del país. + + + Por cierto que en la dependencia en la que es encargado “el sobrino” del ocupante de la SSA e hijo de su “mamá bien atendida” han comenzado a tomar represalias en contra de delegados federales que también demandan una auditoría al órgano bipartita de salud y seguridad social. Les cerraron las llaves presupuestales. A algunos, incluso, ya ni siquiera les permiten adquirir directamente los medicamentos no abastecidos por los canales que debieran ser formales. Los perjudicados, por supuesto, son los derechohabientes. Se cuentan más de la mitad de las delegaciones estatales en esa criminal situación.
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