Hay de locos a locos, que ni qué. Y eso quedó bien claro entre los señores diputados.
Para unos, resultaba una locura aprobar la minuta del Senado en materia de reforma política.
Para otros, rechazar la reforma que abriría la posibilidad a las candidaturas ciudadanas y a la reelección de alcaldes y legisladores, era una requeté locura.
¡Y pum!, entre una y otra locura, que le dan para atrás a la Reforma Política. Los diputados la discutirán hasta julio o agosto –luego de realizar foros sobre el tema–, lo que ya imposibilita su aplicación a partir del 2012.
Sonrieron priistas, perredistas, verdes y petistas integrantes de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados.
“Fue el tiro de gracia” a la reforma política, dijo Carlos Alberto Pérez Cuevas, y los panistas abandonaron la sesión de trabajo.
Catorce a cuatro quedó la votación.
Pero en medio de la discusión que se dio sobre el tema, es de destacar la intervención del mexiquense Humberto Benitez Treviño, presidente de la Comisión de Justicia, a propósito de la reelección. O más bien, de su rechazo a la reelección. Va parte de su exposición:
“No estoy a favor de que, como diputado, me reelijan, porque ¿dónde quedan las posibilidades políticas para las generaciones emergentes?
“¿Quién va a lograr la reelección? –se preguntó–. ¡Los que tengan más dinero para financiar las campañas!; no los de más talento.
“El 115 constitucional prohíbe la reelección de presidentes municipales –indicó–. ¿Vamos a empezar a reelegir presidentes municipales, después a diputados locales, a diputados federales, a senadores y a gobernadores?
“¡Al rato, otro loco en la Presidencia de la República va a querer reelegirse!
“¿Que acaso ya se nos olvidó que Porfirio Díaz en 1869 se levantó en armas contra el presidente Juárez con el Plan de la Noria y que en 1876 el mismo Díaz se levantó en armas contra el presidente Sebastián Lerdo de Tejada con el Plan de Tuxtepec? Al final decía: ‘que ningún ciudadano se imponga y se perpetúe en el poder y esta será la última Revolución’.
“Díaz fue un hombre incongruente –reconoció– porque dijo unas cosas e hizo otras. Se mantuvo 34 años y medio en el poder y provocó la última Revolución…”
Benítez Treviño sostuvo que los priistas están mandatados por dos columnas de la vida democrática en México: el sufragio efectivo y la no reelección.
Y advirtió (mensaje incluso para sus propios compañeros de partido en el Senado): “Los mantendremos vigentes”.
Claro que no faltó quien se preguntara de cuándo acá habían mantenido vigente el sufragio efectivo, pero eso es otra historia.
Por lo pronto, Benítez Treviño se lanzó en serio contra la reelección y se manifestó en todo caso por ampliar el mandato de los alcaldes y legisladores locales.
E insistió: “El PRI no permitirá la reelección de diputados federales ni de nadie”.
Se paró pues el asunto.
En lo personal, recordando a algunos personajes de nuestra historia que se emocionaron y buscaron de algún modo su reelección –Miguel Alemán, Luis Echeverría, Carlos Salinas de Gortari—me iría con mucho tiento al respecto.
Nomás de imaginar que Felipe Calderón se reeligiera –porque hay que ser claros, en nuestro México actual los que mandan son los poderes fácticos y el dinero—me declaro en contra.
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