sábado, 12 de marzo de 2011

"¿Hay que esperar 16 mil muertos más para hacer algo?", se pregunta Marcos

  • Carta del dirigente zapatista al filósofo Luis Villoro, de frente a los comicios de 2012

Pone sobre la mesa la posibilidad de que en Edomex y DF los daños colaterales aumenten

Hermann Bellinghausen/ I
Periódico La Jornada
Sábado 12 de marzo de 2011, p. 20

¿Por qué la supuesta gran organización nacional que se prepara para que en las próximas elecciones federales, ahora sí, gane un proyecto alternativo de nación, no hace algo ahora? Digo, si piensan que pueden movilizar a millones de mexicanos para que voten por alguien, ¿por qué no movilizarlos para parar la guerra y que el país sobreviva? ¿O es un cálculo mezquino y ruin? ¿Que la cuenta de muertes y destrucción reste al oponente y sume al elegido?

Si van más de 34 mil muertos en cuatro años –más de 8 mil muertes anuales–, pero aún falta poco más de un año para hacer algo, el subcomandante Marcos se pregunta en una carta al filósofo Luis Villoro: ¿hay que esperar 16 mil muertos más para hacer algo? En referencia a quienes se concentran en la inminente lucha electoral mientras el futuro del país se desmorona desde hoy, comparte cuestionamientos en un intercambio epistolar en curso.

Esto, lamenta el jefe rebelde, cuando el pensamiento crítico vuelve a ser postergado, pues primero lo primero: el 2012. Pronostica que la situacional nacional se va a poner peor. Si los punteros actuales, Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard, “gobiernan las entidades con mayor número de ciudadanos, ¿no es de esperar que ahí aumente la ‘guerra contra la delincuencia organizada’ con su cauda de ‘daños colaterales’”?

El mismo camino

Ante ello, ¿qué harán quienes promueven plataformas electorales? Nada. Se responde. Van a seguir el mismo camino de intolerancia y satanización de cuando en 2006 todo lo que no fuera a favor de López Obrador era acusado de servir a la derecha. Los que nos atacaron y calumniaron entonces y ahora siguen el mismo camino frente a otros movimientos, organizaciones, protestas, movilizaciones.

En el texto Apuntes sobre las guerras, cuya versión completa ha sido dada a conocer por la revista Rebeldía y el sitio electrónico enlacezapatista.ezln.org.mx, Marcos confía a Villoro su esperanza de que la palabra vaya y venga, sorteando retenes y patrullajes militares y policiacos, de nuestro acá hasta su allá, aunque luego pasa que la palabra se va para otros lados y no importa si alguien la recoge y la lanza de nuevo (que para eso son las palabras y las ideas).

Observa que lo primero que aparece en la realidad de nuestro calendario y geografía es una antigua conocida de los pueblos originarios de México: la guerra. A partir de las conflagraciones mayores del capitalismo (de Vietnam a Irak), explica: La voluntad que trata de imponer el capitalismo es destruir/despoblar y reconstruir/reordenar. En la etapa actual del capitalismo es preciso destruir el territorio conquistado y despoblarlo. De manera simultánea, se opera la reconstrucción de ese territorio y el reordenamiento de su tejido social, pero ahora con otra lógica, ya que las guerras imponen una nueva geografía.

Foto
El jefe guerrillero, en imagen de 2007Foto José Antonio López

Aludiendo a los contendientes de la arena prelectoral, quienes sacan sus mezquinas sumas y restas ante la cuenta mortal, el subcomandante zapatista recuerda: Hace 17 años, el 12 de enero de 1994, una gigantesca movilización ciudadana paró la guerra acá. Frente al horror, la destrucción y las muertes, la reacción fue casi inmediata, contundente, eficaz. Ahora es el pasmo, la avaricia, la intolerancia, la ruindad que escatima apoyos y convoca a la inmovilidad, y la ineficacia.

Menciona excepciones como “la iniciativa loable de un grupo de trabajadores de la cultura (‘No más sangre’)”, descalificada desde su inicio “por no ‘plegarse’ ante un proyecto electoral”. Ahora que los movimientos en puja político-electoral tienen la guerra en sus ciudades, calles, carreteras, casas, ¿qué han hecho?, pregunta. ¿Pedirle a la gente que espere al 2012?

Mientras todo se derrumba nos dicen que lo importante es analizar resultados electorales, posibilidades. Llaman a aguantar hasta el momento de tachar la boleta, y de vuelta a esperar que todo se arregle y se vuelva a levantar el frágil castillo de naipes de la clase política mexicana.

En referencia al inicio de la Otra Campaña, el jefe zapatista expresa: ¿Recuerdan que ellos se burlaron y atacaron el que desde 2005 llamáramos a la gente a organizarse según sus propias demandas, historia, identidad y aspiraciones y no apostar a que alguien allá arriba iba a solucionar todo? ¿Nos equivocamos nosotros o ellos?

Pone en duda que actualmente alguien pueda hacer suyo el vamos ganando del gobierno federal, y ver con respeto y no con miedo a soldados, marinos y policías.

Al final, advierte Marcos, van a permanecer quienes resistieron y no se vendieron, rindieron ni claudicaron, entendieron que las soluciones no vienen de arriba, sino que se construyen abajo. Quienes frente a la guerra no se quedaron inmóviles esperando el nuevo espectáculo malabarista de la clase política, sino que construyeron una alternativa social, no individual, de libertad, justicia, trabajo y paz”.

La carta completa

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