2012…, todo sabe y huele ya al 2012 –la elección del próximo Presidente de la República– y la reunión este fin de semana del Consejo Nacional del PAN, que se apresta para ir hacia su tercer gobierno consecutivo, no fue la excepción.
Y fue una reunión intensa. Al grado que se soltaron dimes y diretes, la sesión se suspendió en un momento dado por falta de quórum, hubo que enmendarle la plana al discurso de Felipe Calderón al día siguiente y no faltó quien intentara apaciguar las ansias de los suspirantes soltando por ahí que los tiempos para decidir la candidatura panista sería hasta finales del año, si no es que hasta enero próximo.
Comencemos por el discurso a tambor batiente de su dirigente, Gustavo Madero, donde señaló de entrada al enemigo a vencer:
-Si ya se logró romper el mito de la dictadura perfecta –pidió a los Consejeros–, se siga demostrando y desmontando los enclaves autoritarios que los “jurásicos” aún tienen en los estados y se preparen para la consolidación de la transición democrática.
Luego, lo que buscan lograr en las elecciones del 2012
-Al refrendar el triunfo de la Presidencia de la República, al conquistar mayores triunfos en los gobiernos municipales y estatales y lograr mayorías en la Cámara de Diputados y en el Senado, instauraremos la nueva tradición en México: la tradición del PAN como gobierno.
Y el por qué de esta necesidad, en voz del de Chihuahua:
-(Porque) en los gobiernos panistas se privilegia la democracia, a diferencia de otros, donde únicamente hay autocracia “maquillada por el dispendio de la tramoya”.
Pasemos ahora al discurso de Felipe Calderón. Soltó una frase en relación a las candidaturas que cayó como chubasco de agua helada en muchos de los asistentes:
-Sugiero respetuosamente nos aboquemos todos a ver en cada distrito electoral, en cada Estado y cada puesto de elección popular, quién verdaderamente, militante o no, puede responder a ese atributo de ser el o la mejor, porque está en juego el futuro del país y no sólo el futuro en el gobierno de Acción Nacional.
A lo que agregó, para que no quedara duda:
-Sugiero que estemos abiertos a todas y a todos, sin prejuicios, sin compromisos previos amarrados, que hagamos que cada una o uno crezca y sea fuerte, hagamos que cada uno sea demostrablemente mejor que cualquier opción afuera”.
Esbozó la estrategia de campaña:
-Convencer a la ciudadanía acerca de que Acción Nacional es la opción política que debe prevalecer, sobre todo ante 30 millones de jóvenes que votarán por primera vez en el 2012 y no recuerdan el yugo del pasado.
Y la manera de llevarla a cabo:
-Habrá quienes le apuesten a la amnesia y al olvido. Por eso, al PAN le toca recordar el pasado del cual logramos salir y el futuro por el cual se ha luchado.
La conclusión de que el enemigo a vencer en el 2012 era el PRI y la manera de enfrentarlo, no les preocupé mayormente a los Consejeros ahí presentes. Lo que los sobresaltó –y molestó—fue la posibilidad de que el candidato presidencial no fuese panista. No faltó incluso quienes vieran tras las palabras de calderón la posibilidad de que se refiriera a Marcelo Ebrard.
Fue tal el alboroto –rebelión, la calificaron algunos– que se armó por el discurso de Calderón e que muchos de los consejeros se salieron de la sede y dejaron sin quórum la sesión en la que se votaría la integración de la Comisión que armará la plataforma electoral para el 2012. Tomaron camino a cafés, restoranes, casas particulares y encendidos criticaron la posibilidad que sugirió el Presidente de la República.
Llamadas y recados no tardaron en llegar a Madero. La posibilidad de una rebelión dentro de las filas del blanquiazul se estaba gestando. Madero se comunicó a Los Pinos. Había que dar marcha atrás.
Al día siguiente (domingo), lo primero que tuvo hacer Gustavo Madero, fue “reinterpretar” las palabras de Calderón y declarar contundentemente que “el candidato presidencial del PAN será panista”. 99.99 por ciento de posibilidades de que así sea, reiteró.
¿Y lo que dijo el Presidente?, se le interrogó. “Yo creo que se refería más bien a candidatos a diputados o presidentes municipales o cualquier otro cargo de elección popular, no tanto a la Presidencia de la República”, repuso Madero al estilo del ex vocero Rubén Aguilar.
El secretario general del PAN, José González Morfín, intentaba también calmar los ánimos: “Lo único que está decidido es que de acuerdo a nuestros estatutos el candidato será el que decidamos los miembros activos y adherentes del PAN y en ese contexto se abre la posibilidad para cualquier candidato”.
Y entre que bailaba con un argumento y otro, soltó un estate quieto: “no hay que adelantar vísperas, hay que esperar los tiempos legales y seguramente hacia finales de este año o en el mes de enero estaremos tomando la decisión”.
Santiago Creel lo escuchaba como quien oye llover. Insistía en sus aspiraciones ante los reporteros: “Voy por eso, estoy decidido, determinado como nunca para lograr representar al partido y para abrir una tercera etapa de gobiernos de Acción Nacional”.
Y demandaba “reglas claras, una competencia transparente, pareja y árbitro imparcial. No más, no menos”.
Un estira y afloje entre Calderón-Madero y aspirantes-militantes panistas lo que se viviría a fin de cuentas en el Consejo Nacional del PAN este fin de semana. Una probadita de lo que se aproxima en las filas blanquiazules.
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