viernes, 11 de febrero de 2011

Un peligro para EU

Francisco Rodríguez

February 11, 2011

Una tras otra, las amenazas del gobierno estadounidense a la fallida Administración de Felipe Calderón en materia de su fracasada guerra en contra de la delincuencia se han quedado sin respuesta. Balbuceantes, medrosas, apocadas, las referencias que los colaboradores del ocupante de Los Pinos a los calificativos negativos que en catarata han caído en los últimos días son de verdadera pena ajena.

Ha hablado, por ejemplo, el “segundo de a bordo” Francisco Blake Mora. “Están totalmente fuera de lugar”, tartamudeó ante los señalamientos de Joseph Westphal, subsecretario del Ejército de EU, sobre México, sobre la posibilidad de que desde allá nos envíen tropas a arreglar el tiradero (de cadáveres) que Calderón ha desatado desde 2006.

Porque antes que simple juego de palabras —como dice una cosa dice la otra—, viniendo de quién viene, más parece una amenaza que avanzaría desde la aplicación de una política meramente injerencista con el vecino del sur, hasta una acción totalmente intervencionista y militarista por parte de EU contra México. Y han sido pronunciadas como para tentar al contrario, medir el terreno y ver cómo andan sus reacciones.

Y las reacciones son lentas, sosas, cual las que también ha ofertado la ocupante de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la señora Patricia Espinosa Cantellano, quien ha dicho a los funcionarios dependientes de la Casa Blanca –¿la señora Clinton incluida?– que si no saben lo que pasa en México que mejor no declaren.

“Estado fallido” han dicho los estadounidenses respecto al que dice jefaturar Calderón.

Territorio en el que priva la “narcoinsurgencia”, ha calificado la secretaria de Estado.

No son una sino varias las descalificaciones que en la materia ha externado Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interna de por allá.

Militares como Westphal, apenas lo mismo el jefe del espionaje estadounidense James Clapper… para no mencionar a los conductores de la cadena Fox y otros afines que, más que constantemente, dicen a los contribuyentes que –otra vez parodiando al clásico– México “es un peligro para México”.

No es la primera vez, ni será la última, que desde EU se catalogue a México como un peligro desde su frontera sur. Con todo y que, claro está, el mismo gobierno estadunidense no ha asumido la parte de su responsabilidad —o corresponsabilidad, como lo prometió la secretaria de Estado Hillary Clinton en sus varias visitas— con el gobierno mexicano, como debiera ser frente a una amenaza tan grave como la que representa, ciertamente, el crimen organizado en México y la violencia que ha desatado tanto en la frontera norte como en otros estados del país.

Pero ni el gobierno mexicano ha tomado las medidas pertinentes —porque a estas alturas su estrategia es claramente fallida y aún así no revisa sus acciones o las complementa con otras indispensables, como atacar el corazón de las finanzas del crimen organizado, el lavado de dinero, la depuración policiaca, la impunidad y la corrupción, etcétera—, como tampoco exige que la prometida corresponsabilidad se deje del palabrerío y el injerencismo de EU, para atender el problema en su dimensión precisamente global. Lo que eso incluiría acciones muy concretas por parte del gobierno estadounidense. Pero nada.

Y de colofón llegan declaraciones convertidas en auténticas amenazas; esas sí, a la seguridad nacional de México. Ni se diga que los dichos del señor Westphal carecen de lógica; dentro de la lógica imperial de las relaciones exteriores de EU. O que “el segundo civil más importante” en el Ejército no sabe lo que dice o carece del documento base o sustento; porque es así como procede todo funcionario de ese país al hacer declaraciones. O que el Pentágono no es una institución de inteligencia —como la CIA y la diplomacia, entre otras—, imperial y de guerra.

Por lo tanto, el señor sabe lo que dice y por qué. Pese a que luego se retracta. Resulta temerario, y de cuidado, lo que dijo. 1) Que en México hay una forma de insurgencia encabezada por los carteles de la droga, 2) Potencialmente podrían tomar el gobierno, 3) Lo cual implicaría una respuesta militar estadounidense. Soltó que uno de los flancos estratégicos más preocupantes para su país, más allá de las guerras en Irak y Afganistán, es América Latina y particularmente México.

No obstante, el mismo lunes por la tarde fue “obligado” a desmentir su posición afirmando que sus palabras no expresaban la política oficial de Washington.

Aunque todos sabemos que sí… ¿o no?

Índice Flamígero: Desde ayer por la tarde, Tristán Canales Najar, uno de los principales directivos de Grupo Salinas y TV Azteca es el nuevo presidente de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión. Habilidoso en el manejo de las relaciones humanas, su arribo a la CIRT en momentos difíciles para la industria es promisorio. ¡Enhorabuena!

www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com

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