Un GPS de los diarios mexicanos

Lo que sucede en México es propio de un género que nace de la ambigüedad democrática.

Por Fausto Pretelín

El Partido Nueva Alianza (Panal habitado por beneficiarios de la beca otorgada por el Estado “Elba Esther Gordillo”) manosea lo que queda de la educación con calidad decreciente a través de sus tentáculos con agresividad creciente. La Jornada (17/01/2011) descubrió los folletos publicitarios que los alumnos reciben del PANAL en manos de…¡sus maestros! Pregunta Soledad Loaeza: “¿Cuál puede ser la autoridad moral de un maestro que está movido fundamentalmente por la determinación de defender la presencia de un partido que no tiene ideología propia, que es un parásito del SNTE, cuyos recursos sostienen las tácticas de movilización partidista y las estrategias electorales?” (La Jornada 20/01/2011.)

El espejo de la realidad dibuja un claro fracaso educativo en el país. La misma Soledad remata a gol de la siguiente manera: “Basta aplicar un examen de ortografía, de matemáticas o de historia de México a un grupo de adolescentes, para comprobar el elevadísimo costo que el poder de sindicatos de maestros ha significado para nuestras niñas y niños”. No es necesario ir lejos, la ortografía mediática nos revela que las nuevas aportaciones de la Real Academia integrada por Televisa y TV Azteca han decidido escribir Kalimba con siete acentos escatológicos.

Denisse Maerker, en El Universal (19/01/2011), sumerge su posición al ámbito electorero del Panal al escribir lo siguiente: “El que los niños no deberían ser objeto de la propaganda electoral, parecería ser un valor compartido por todos, pero no, fue demasiada tentación para el Panal, que tiene, además, garantizada la complicidad de los directores de escuela y la protección de los secretarios de educación. Y es que, regalando cuadernillos se le llega a los padres vía sus niños, y de pasada se deja sembrada la semillita de la simpatía por el partido de los bonitos cuadernos en los futuros electores”. Vaya problemón para la SEP. La publicidad representa un juguete visual para los niños. El osito Bimbo obsequia grasas trans al aparato digestivo de los infantes y, ahora, el Panal les regala el pasaporte a una aventura por el mundo de la ignorancia. La vida es bella.

Lo que sucede en México es propio de un género que nace de la ambigüedad democrática, la pornopolítica.

Ciro Gómez Leyva aplaude la entrevista realizada por la estrella del sensacionalismo, Carlos Loret de Mola a otra estrella, la del modelo del narco aspiracionismo, el JJ. En su columna de Milenio (20/01/2011), Gómez Leyva no esconde el merengue al escribir: “Sus frases, lógica, agresividad, desdén, desplantes (del JJ) registrados en la espléndida entrevista que le hizo Carlos Loret de Mola formarán parte del mejor archivo para tratar de comprender los tiempos que vivimos”. En efecto, en los tiempos que vivimos, las narco estrellas mediáticas elevan el rating a Televisa y TV Azteca a costa de las garantías individuales (¿Qué carajo significarán las palabras “Garantías Individuales”?).

Ricardo Alemán lo subraya con claridad en su artículo de Excélsior (20/01/2011): “(Genaro García Luna) convirtió en un circo la captura (del JJ), ensució las averiguaciones y confirmó el simplón argumento de los críticos de la eficiencia del Estado y de sus instituciones en la lucha contra el crimen y el narcotráfico. ¿Cuál argumento? El que pregona que la lucha contra los criminales sólo busca efectos mediáticos. Y, en efecto, cuando por instrucciones de Genaro García Luna “prestaron” a las televisoras al presunto narcotraficante y criminal José Jorge Balderas, para montar el circo del rating, en realidad García Luna convirtió un importante triunfo en otro golpe de descrédito a su labor”.

La diversión ha colonizado los terrenos del derecho. La risa ecléctica no deja de ser risa. Las satisfacciones ya son monopolio de la pantalla. Las circunstancias de acontecimientos disímbolos se han descolorido. El respeto por la función pública se obsequia a los códigos escatológicos de los moneros televisivos, redactores, igual de una telenovela que de un noticiero. Mientras tanto, la sociedad aplaude. En los cafés se realizan análisis sobre las camisetas del JJ. Sobre la Chiva y su competidora, la modelo colombiana, se experimentan menús sexistas. La risa ecléctica.

Ricardo Alemán pregunta: “¿Dónde tiene la cabeza el titular de Seguridad Pública federal? ¿A quién de sus genios en comunicación se le ocurrió dejar que las televisoras hicieran el papel de ministerios públicos, jueces y pontificadores morales? ¿Qué no ha tenido suficiente García Luna con la torpeza del montaje que por poco y consigue la liberación de la secuestradora Florence Cassez?

Los argumentos de la realidad son ficticios.