miércoles, 19 de enero de 2011

Precandidatos “chatarra”

Francisco Rodríguez

January 19, 2011

Perdí el control a partir de la segunda quincena de diciembre. Lasañas, bolillos, baguettes, teleras, chapatas rellenas de rebosante bacalao frito y refrito en considerables cantidades de aceite de oliva, romeritos en mole de Xico con sus croquetas de camarón fresco, pavo con su respectivo relleno, almendras, nueces, frutas secas, mazapanes, chocolates y, para rematar, ponches de frutas, panetone italiano y generosas porciones de fruitcake.

Tras mi regreso de estas vacaciones gastronómicas –pantagruélicas, dirá algún lector–, justo el lunes 10 de enero, comencé la consabida dieta de los propósitos de 2011. Llevo ya perdidos 3 kilos con 200 gramos, lo que espero aumentar al paso de las siguientes semanas… si es que en mi camino no se aparece una cooperativa escolar.

Porque, tras la escandalera mediática que tuvo como protagonistas a los ocupantes de las carteras de Salud y Educación, los señores Córdoba y Lujambio, respectivamente –aunque por los resultados de su tarea, uno podría ocupar el puesto del otro, sin que se notase mayor diferencia–, parieron los montes y la lucha (¿o dijeron guerra?) en contra de la obesidad infantil, provocada por el alto consumo de alimentos (sic) “chatarra”, quedó en mera escaramuza, en la que ambos individuos resultaron apaleados por las grandes empresas domésticas y transnacionales que campean en las tienditas de las escuelas de nuestro país.

Pepsico, Unilever, Kellog’s, Bimbo, et al, se treparon a las barbas de la fallida y muy blandengue Administración de Felipe Calderón –a las que debe apoyos que lo convirtieron en ocupante de Los Pinos– e impusieron su ley, por sobre la aprobada por el Congreso. Encontraron una fórmula: porciones mínimas de las mismas porquerías que –publicidad engañosa de por medio– hacen llegar a la boca de los niños mexicanos.

Tal, cual reflejo del fracaso de la política de desarrollo del país. Y es que, desde la ausencia de crecimiento del ingreso per cápita en los últimos 25 anos, hasta el paulatino desmantelamiento de la industria nacional, que ha sido remplazada por trasnacionales, pasando por un modelo educacional politizado, clientelar y obsoleto –así diseñado por la SEP–, hasta una participación de los medios de comunicación masiva que han distorsionado los patrones de consumo tradicionales para favorecer a grandes trasnacionales, que muchas veces nos venden lo que ya no pueden vender en sus países.

Sin duda esta falta de control es una vergüenza para las autoridades relacionadas con el sector Educación y con el sector Salud, para los padres de familia, el magisterio y la ciudadanía en general.

Pero es una vergüenza que se ampara en sendas precandidaturas. La del ocupante de la SSA, al gobierno de Guanajuato.

La del señor Lujambio, a la Presidencia de la República.

Ambos, Córdoba y Lujambio, necesitan de los apoyos de los fabricantes y distribuidores de “chatarra” para alcanzar sus fines. Tanto como aún la requiere el señor Calderón, quien mantiene su ocupación de Los Pinos merced al sostén de las Fuerzas Armadas y las fuerzas policíacas, pero también del gran capital que lo maneja como a un títere, y no quisiera en esa posición a quien hiciera valer la ley.

Se impuso, pues, la “chatarra”.

Como debe ser, cuando se tiene a secretarios del despacho –ambos precandidatos– que también son “chatarra”, ¿o no?

Índice Flamígero: “Contradicciones Patológicas”, titula el psicoanalista social José Antonio Lara Peinado a su colaboración de hoy: “Es necesario hacer ver a la gente las contradicciones patológicas de los políticos y la televisión con el fin de reflexionar seriamente sobre lo que pasa realmente en el país. El secretario de Educación se dice listo para contender por la Presidencia, mientras México ocupa los últimos lugares a nivel mundial en el rubro educativo. Los senadores estrenarán nuevas y millonarias instalaciones, mientras los mexicanos estrenamos el aumento a la gasolina, a la tortilla, al agua, a la luz, el gas, etc… La televisión habla y habla de Kalimba, pero calla los casos de abuso sexual infantil que hay en todo México, y guarda silencio ante los feminicidios, pero sobre todo acalla a sus locutores estrellas cuando estos entrevistan a políticos que les compran publicidad. Ahora ya no hablan de guerra, hablan de lucha, queriendo reducir lo que hacen a una pura cuestión conceptual, mientras en la calle sus conceptos se dirimen a balazos y sangre. Hablan de apego y respeto a las instituciones, cuando ellos en sus actos las han corrompido. Todo está puesto en las elecciones venideras, en las alianzas, en los candidatos, y sin embargo los mexicanos viven en el desempleo, la pobreza, el hambre. Hablan los políticos de cómo acabar con la comida “chatarra” (pero no’más de mentiritas), sin embargo no nos dicen cómo acabar con los políticos ‘chatarra’, con la televisión ‘chatarra’, con sus acuerdos ‘chatarra’. Hablan de que, ahora sí, se respetará a los migrantes, y sin embargo políticos y televisión promueven el racismo y la explotación a los que menos tienen. Pudiera continuar mostrando contradicciones, sin embargo, las anteriores son suficientes para demostrar el estado esquizoide de los políticos mexicanos.”

www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com

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